ENTREVISTA | José Corbacho y el arte de saber reírse de lo cotidiano: “Las personas que hacemos humor, deberíamos depender del Ministerio de Sanidad”

Este sábado, 6 de abril, el humorista mostrará su show, “Ante todo mucha risa”, en Soho Ledesma a las 21 horas donde promete “que dolerá la mandíbula de tanto reír”

José Corbacho, en "Ante todo mucha risa"
José Corbacho, en "Ante todo mucha risa"

El humor tiene mil formas, mil maneras de entrar en la gente y miles de situaciones que se pueden dar, ya sea en un entorno familiar, con amigos, conocidos, compañeros de trabajo o con uno mismo.

En los últimos tiempos, y con toda la información que nos llega, hacer humor se torna cada vez más complicado, las redes sociales han aumentado el número de humoristas y la competencia es cada vez más difícil.

SALAMANCA24HORAS ha charlado sobre ello con José Corbacho, conocido por haber sido una de las caras de ‘Homo Zapping’, jurado de ‘Tú sí que vales’ o productor de uno de los éxitos de los últimos años, ‘Paquita Salas’.

Corbacho actuará este sábado, 6 de abril, a las 21 horas en Soho Ledesma en una actuación que hará sentirse especial a los asistentes, ya sea por empatizar con él en su particular humor, o por sentarse y decir: “Ante todo mucha risa”, algo que es necesario y más en los tiempos en los que vivimos. 

El humorista y polifacético actor, productor, director, entre otros puestos por los que ha sido conocido tanto en España como lejos de nuestras fronteras, lo deja muy claro desde el principio: “Si es que están pasando tantas cosas que no queda otra que reírse. Y mucho. Y a eso vengo, a reírme de todo un poco. Pero sobre todo a reírme de mí. Bueno, y de lo que me rodea: mi familia, mis padres, mi mujer, mi hijo, mi hermana y mi cuñado, mis amigas, mi perro… Y también de las cosas que me pasan, cómo seguro que les pasan a muchos de ustedes”.

Hablemos del show, José, lo vemos desde el título, “Ante todo mucha risa”, podemos intuir sobre qué va a ir, ¿qué nos vamos a encontrar en el espectáculo que vas a dar en Ledesma?

Básicamente va de reírse, al final si intentas hacer un espectáculo de comedia y la gente no se ríe... porque el humor es muy subjetivo, y a lo mejor lo que le hace gracia a uno, a otro no se la hace. Además, el humor va cambiando, vamos viendo constantemente en los últimos años. Se habla mucho de los límites del humor, de cómo cambia el humor, de lo que podemos reírnos o no podemos reírnos…

Y al final, en el humor, todos tenemos el nuestro. Por ejemplo, es más fácil unificar a la gente en torno al drama que en el humor. Es más, el lío empieza en películas como ‘La sociedad en la nieve’, cuando salen memes y ahí se lía. Dicho esto, lo que intento con este monólogo, es que la gente se ría, se ría mucho, porque al final a mi me gusta concebir el humor como algo que funciona como prueba y error, y si algo no funciona, hay que tener humildad y desechar a lo mejor un chiste a la papelera, y pasar al siguiente. La gente que venga al Soho de Ledesma, pues que se tome una copita quien quiera, que coman lo que quiera y que disfruten del show. Encima me hace mucha ilusión ir a Salamanca porque mi familia materna son charros. Básicamente, hay que reírse de uno mismo para poder verse en todo lo demás. En el show me río mucho de mí mismo y de las circunstancias que me pasan en mi día a día. Eso sí, quiero que la actuación sea diferente a la que puedo hacer en otro sitio.

Me gusta que saque el tema sobre reírse de uno mismo porque, por ‘h’ o por ‘b’, la gente va a empatizar con alguna historia sí o sí.

Es que ten en cuenta que el humor es una forma de comunicación que existe desde que existe la humanidad. Lo vemos en el mundo animal, por ejemplo, desde los monos, que se ríen los unos de los otros y se hacen cosas los unos a los otros. Ten en cuenta que en esto es muy importante, también, los referentes que tenga el público. Creo que por eso muy complicado que un cómico que utilice unos mecanismos aquí, se vaya a Japón y funcionen del mismo modo, que puede darse la situación de que ocurra. 

Al final lo que intento es ver cosas graciosas que me pasen en el día a día, y que al igual que me pasan a mi, seguramente le pase a otra persona. Todos hacemos cosas similares y es ahí cuando te pones las gafas de humorista, y ya ves todo lo demás en clave de humor.

Con este mecanismo, José, sí que puede ser una forma de romper con la cuarta pared existente entre el artista o el famoso, y la gente que se sienta a ver un espectáculo, ¿no?

Totalmente. Ten en cuenta que haciendo un monólogo, esa famosa pared teatral ya se rompe desde el principio. Es más, a mi me gusta que esa pared no exista, preguntarle cosas al público, charlar con él y no tanto meterme con él, que es una corriente que se está dando mucho ahora, pero yo pienso que seguramente haya gente que venga al Soho de Ledesma a disfrutar del show únicamente y ya, y que no le digas nada.

Lo que sí hago es preguntarle a la gente si hacen lo mismo que yo, por ejemplo, si van a un hotel y ven unas zapatillas, si se las llevaban directamente y las meten en la maleta. Eso es lo que busco, conectar con cosas cotidianas con el público. Que aquí todos vivimos en el mismo mundo, y seguramente nos preocupen las mismas cosas. 

En definitiva, el humor y la comedia tienen que servir para relativizar las cosas y para intentar no tomarnos en serio muchas cosas.

Fíjate que nos hablabas antes de las nuevas corrientes, ¿qué te parecen las nuevas corrientes del humor que se están adoptando actualmente?

De entrada, el humor es tan subjetivo y tiene tantos colores que se trata de que cada cómico y cada cómica encuentre su humor. Lo más importante, de verdad, es no dejar a la gente fuera del show y que al final el público no tenga indiferencia a la persona que está en el escenario. Eso es lo peor que nos podría pasar.

También te digo, llevo trabajando en esto muchos años, he estado en otras compañías y a lo mejor a mi eso no me parece tan original, pero al final todo vale, y en el humor y en la comedia, soy un fiel defensor de que todo vale. Siempre intento defender a los humoristas porque nuestro primer mandamiento es: “Hacer reír a la gente y que la gente se entretenga”.

Ten en cuenta que alguien se puede ofender por algo que decimos, pero al final no lo hacemos por eso, puede ser un daño colateral y por eso defiendo también el pedir perdón si metemos la gamba o si nos hemos pasado tres pueblos. 

En ese caso, por la facilidad de acceso a la información, José, ¿puede la gente estar más susceptible ante ciertos temas?

Es que como tú decías, ahora tenemos más acceso a ciertas cosas y me parece muy bueno además, es como el que dice un “mejor antes…”, ¿cómo que mejor antes?, mejor antes nunca. La sociedad evoluciona, todo evoluciona en la vida, y claro, de repente antes, lo que sí podía pasar es que alguien explicaba los chiste en un escenario y nadie tenía acceso a decirle a esa persona que estaba mal lo que había hecho, y ahora sí. Y lo que puede haber es más crítica y también hay que aceptarla. Uno después ya valora si esa crítica es constructiva o no, o si tiene sentido o no. Que alguien te diga algo, te puede hacer reflexionar y que con eso llegues a sitios nuevos, por ejemplo, y eso mola mucho. Es la prueba y error que te comentaba antes. También te digo, es que antes no estábamos mejor que ahora. Antes no nos podíamos reír de muchas cosas, o de ciertas cosas de las que no nos podíamos reír porque no estaban bien, y ahora sí podemos. Eso es una reflexión que tenemos que hacer la gente que nos dedicamos al humor. También te digo, ahora te suelto esta chapa, pero en el escenario soy partidario de que la gente se ría, se ría y se ría, y que les duela la mandíbula de tanto reir, no aspiro a menos (entre risas).

¿Prefieres que en un show se queden con ganas de más o acabar en el punto alto?

Esa duda está siempre después de cada actuación. Yo además no tengo una duración exacta. A veces preguntas algo a alguien, te responde y de repente tienes una conversación chula. O por ejemplo, imaginate, antes de ir al Soho Ledesma me pasa algo por la calle y me da por contarlo porque es gracioso. Hay una base en el show que es improvisación. Intento acabarlo en el punto alto, la verdad. También es cierto, que cuando llevas una hora y pico y alguien te dice, se me ha hecho corto, pues también gusta y mucho. Creo que es una buena señal. Es peor que haga algo de veinte minutos y alguien me diga que se le ha hecho largo. Es como el tiempo para Einstein, es algo relativo, depende de tus sensaciones y de las sensaciones del espectador.

¿Esas sensaciones se dan con la conexión que hablábamos antes?

Exactamente.

En este caso, cada maestrillo tiene su librillo, ¿hay algún mecanismo que utilices para conectar con la gente?

Más que eso, nunca hay que perderle el respeto al público. Cuando vaya el sábado al Soho Ledesma, estaré nervioso antes de salir, sobre todo porque hay gente que ha hecho un esfuerzo para ir a verte. Eso es muy importante respetarlo, y por eso digo: "voy a dar más de lo que quieren, incluso". Es estar atento en todo momento para que el que asista, tenga la sensación de estar asistiendo a algo único. Ten en cuenta que he venido antes a Ledesma que a Salamanca, que es de donde son mis paisanos. Al final voy a hacer como los cómicos de antes, subidos en un banco en la Plaza Mayor hasta que la policía me eche.

Eso tendría su humor también.

Hombre, sería maravilloso (entre risas). Lo dicho, no hay que perder nunca ese respeto del que hablamos.

Me vas a permitir que te haga un par de preguntas, entre ellas tiene que ver con Salamanca. A mi también me gusta que hablemos sobre curiosidades, y como me has dicho que has pasado mucho tiempo en Salamanca, ¿qué te parece si me cuentas alguna?

Por Salamanca me han pasado muchas cosas. Toda la familia de mi madre son charros. En mi familia éramos los típicos chavales que íbamos a Salamanca a pasar el verano. Allí he dado mis primeros besos, he fumado, he bebido… he hecho tantas cosas por primera vez en Salamanca. Fijate, mi hermana se casó en Salamanca y ahí sí que tengo una gran anécdota. Hubo una movida, como una discusión familiar típica de boda entre primos, de repente vi que la gente se acercaba y claro, yo por aquel entonces estaba en un programa llamado ‘Tú sí que vales’, y cuando me vieron la gente empezó a gritar ‘tu si que vales’, y ahí tuvimos que parar la discusión. Fue un espectáculo. En Salamanca siempre han pasado cosas, me he perdido de pequeño por ejemplo, pero he disfrutado mucho de la gente y del ambientazo.

Ya para finalizar, y volviendo de nuevo al show que veremos en Soho Ledesma a las 21 horas. Vivimos en tiempos convulsos, donde podríamos decir perfectamente que la mejor medicina es la risa, José, y por eso la gente debería ir, ¿verdad?

Totalmente. Es más, hace unos tres años, tuve un trasplante renal que además era un riñón de mi hermana que es de Salamanca. Toda mi vida en Hospitalet, pero riñón charro.

Ojo, riñón salmantino.

Riñón charro charro (entre risas). Y me vinieron los sanitarios del hospital, que había un chico joven en la habitación de al lado, y yo me fui allí para animar al chaval. Y es que hasta los médicos te lo dicen, la risa alarga la vida. Está demostrado científicamente. 

Siempre es malo, por ejemplo, cuando a alguien le dicen usted no puede ver esta obra, usted no puede asistir o no puede ir a ver a este humoristas. Te lo decía por eso, a veces las personas que hacemos humor deberíamos depender del Ministerio de Sanidad. Ojalá que un médico diga: te receto estos medicamentos y una entrada para ver a Corbacho el sábado.

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