Nunca es fácil que el Euromillones sonría si quiera una vez a una provincia. Que lo haga dos en una semana roza lo imposible. Sin embargo, primero una administración de Guijuelo y después otra de la capital fueron sonreídos con el premio más desconocido del sorteo.
'El Millón', que como su propio nombre indica, otorga esa cantidad a su ganador a través de un código. Bueno, ganador o ganadores, como es el caso del último premiado en Salamanca que, aunque fue sellado en la avenida de Villamayor, tuvo su epicentro en Robliza de Cojos.
En concreto lo hizo en un restaurante ubicado en la autovía, junto a una gasolinera. El millón se ha repartido entre cerca de una decena de empleados, pero también extrabajadores, un grupo que lleva jugando cerca de cinco años.
Sin embargo, hay algunos camareros que se han quedado fuera, como uno de ellos, que explica, incluso, que tenía previsto sumarse a partir de enero. "Me alegro por ellos", señala, no obstante, feliz porque les haya tocado el millón a sus compañeros, entre los que se encuentra Ada.
Ella trabaja en la cocina del establecimiento. Es de Paraguay. Explica, emocionada, que vivió la noticia del premio con gran alegría. "Te da tranquilidad, respiras, porque es un colchón importante", destaca, antes de explicar que lo destinará para los estudios de su hija y para que puedan venir los hijos desde Paraguay. "Lo que nos ha pasado es encontrar una aguja en un pajar".
La felicidad de Ada contrasta con la serenidad del resto, que han celebrado el premio con una "caña", para después continuar trabajando, casi como un día cualquiera, pero con más dinero en la cuenta. Aunque reconocen que la tradicional cena de Navidad que celebran todos los años será este año un poco más especial.
La noticia del premio en Robliza de Cojos se ha extendido rápidamente por la zona y la provincia, y más allá, al ser el restaurante un lugar de paso de numerosos vehículos y camiones. En el núcleo urbano, con apenas 200 habitantes empadronados, tampoco ha pasado desapercibido el millón repartido, como confirman vecinos y también Juan, el responsable del bar del pueblo. "Ojalá hubiera tocado aquí el millón", admite, aunque en su caso explica que le gustaría celebrarlo montando una pequeña fiesta.