Los vecinos de Monterrubio de la Sierra llevaban tiempo esperando la cena de hermandad de sus fiestas de verano. Por eso, poco les importó que se fuera la luz durante un largísimo rato. Ni cortos ni perezosos, cogieron velas y candiles para poder sentarse a la mesa juntos y a sumar una anécdota más a las celebraciones.

Aunque en principio pensaron que el problema se subsanaría en poco tiempo, finalmente tuvieron que esperar hasta la medianoche para ver la luz de nuevo. El jolgorio no se detuvo y, con la electricidad de vuelta, pudieron bailar y disfrazarse para no alterar el programa previsto.

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