Mario Casal sigue siendo una persona muy querida en Vecinos. Desde su fallecimiento el pasado 25 de junio, todavía en extrañas circunstancias, sus familiares, amigos y otros habitantes del pueblo reclaman que se aclare todo lo sucedido en la noche de San Juan. Y es que una riña, de la que se desconocen los motivos, acabó con la vida del joven, de 34 años. Por el momento sólo otro varón, que era concejal del pueblo, fue detenido -y posteriormente puesto en libertad- por su relación con el crimen.
Precisamente por lo poco que se sabe acerca de la noche de la muerte de Mario, este domingo estaba convocada una concentración en Vecinos bajo el lema “Justicia para Mario”. Un encuentro que nació de la iniciativa del entorno del joven asesinado, que no piensa rendirse hasta que se aclaren todos los hechos.
Este domingo, 26 de julio, más de un mes después de la muerte de Mario, todo aquel que quisiera mostrar solidaridad y reclamar justicia estaba convocado, a las 19 horas, en la entrada del pueblo. Y hasta allí acudieron más de medio millar de personas que, portando una pancarta en la que se podía leer “Justicia para Mario” y ataviados con camisetas con el rostro del joven, pregonaron a los cuatro vientos que esto no puede quedar así.
Y es que, como explicaban ante los medios dos de las convocantes, Jennifer y Rebeca, “queremos que se sepa algo de lo que pasó y que todo se resuelva lo más rápido posible, porque esto no puede quedar así”. Ambas recordaban que con Mario, la noche de su muerte, había 10 o 12 personas “y ninguno habla. Y lo poco que hablan, no dicen la verdad”.
Por ello piden justicia y confían que la concentración, a la que acudieron manifestantes de localidades vecinas e incluso de Salamanca, tanto gente que mantenía una relación con Mario como no, sirva para algo. “Que nos escuchen y que la justicia salga por algún lado”, insisten, reiterando que Mario era una persona “muy buena y muy querida” y para el que no había malas palabras.
“Mario era una persona muy tranquila y muy pacífica, y no hay explicación para lo que pasó”, insistían, antes de guardar un minuto de silencio que se rompía con un aplauso uniforme de todos los allí presentes.
Una concentración pacífica, con una alta concentración de agentes de la Guardia Civil, que posteriormente inició una marcha desde la entrada del pueblo hasta la zona de la iglesia, previo paso por la casa familiar de Mario donde su madre, ante los gritos de ánimo, ha roto a llorar.
Unos gritos que no han sido únicos, puesto que también se ha cantado “El silencio te hace cómplice” y “queremos la verdad”. Todo ello acompañado de silbatos que servían para darle más energía a una protesta, ya de por sí, numerosa.
Una vez llegaron a la plaza del pueblo, turno para que familiares y amigos de Mario hablasen ante todos los asistentes, pidiendo que los culpables, que dejaron tirado a Mario "a pocos metros de su casa", paguen por lo que han hecho. Asimismo, sus amigas, con la voz quebrada por la emoción, aseveraron que no se rendirán y que seguirán reclamando justicia "por ti y por tu familia. Ante la emoción y los aplausos que impedían un discurso más largo, los vecinos de la localidad comenzaron a lanzar vítores en memoria de Mario, continuando después con un gran aplauso.
Tras ellas, fue el alcalde de Vecinos, José Antonio Jiménez Sánchez, quien tomó la palabra, recordando la figura de Mario, quien era una "gran persona que durante el confinamiento hizo mucho por los vecinos del pueblo", y mostró su confianza en una justicia que, eso sí, ha de ser "rápida y verdadera" y tan buena como lo era Mario y lo ha sido su familia.
Además, desveló, también con gran emoción, que la propia familia de Mario decidió donar sus órganos para así salvar la vida de otras muchas personas, agradeciéndoles en nombre de toda esa gente tal detalle y consideración, y terminó deseando que un hecho de estas características no se vuelva a repetir "nunca más" en Vecinos, un pueblo "tranquilo y de gente trabajadora".
Por último se guardaron dos minutos de silencio en recuerdo de Mario. Un recuerdo que no será completo hasta que no se haga justicia.
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