Ciudad Rodrigo vuelve a celebrar, un año más, el tradicional homenaje a San Blas en el Monasterio de La Caridad, al que a lo largo de la jornada peregrinan miles de mirobrigenses. 

La lluvia, intermitente, no pudo como en ocasiones anteriores con la procesión, una de las costumbres de mayor arraigo en Ciudad Rodrigo, al igual que la de la compra de gargantillas. Un año más volvieron a despacharse de todos los colores en busca de la protección de las gargantas de los fieles.

 

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