Lo que sucede después, con la aparición del demonio y su serpiente de siete cabezas únicamente lo saben quienes se acercaron este sábado a La Alberca, que ha vuelto a ser escenario del enfrentamiento entre las fuerzas del bien y del mal en la tradicional representación de este auto sacramental seguido en masa por vecinos y turistas que llenan el Solano Bajero frente al atrio de la iglesia.
Esta antiquísima escenificación mariana bebe, aseguran los expertos, del teatro semilitúrgico y narra el enfrentamiento entre los mozos del lugar y el demonio empeñado en perturbar las fiestas patronales de La Alberca “con agitado rencor”. En el pueblo serrano, sin embargo, no hay lugar para el mal.