Del 'Mataviejas' a 'El Solitario': los rostros de la historia criminal española que han pasado por la cárcel de Topas en sus tres décadas de historia

Por los módulos del penal salmantino han pasado algunos de los delincuentes más mediáticos de los últimos años

La cárcel de Topas. Foto de archivo
La cárcel de Topas. Foto de archivo | David Arranz

Este sábado, 15 de noviembre, la cárcel de Topas cumple 30 años de historia. Fue inaugurada, concretamente, el 15 de noviembre de un ya lejano 1995.

Durante tres décadas de historia, por sus instalaciones, diseñadas para albergar a 1.008 reclusos, han pasado algunos de los delincuentes más relevantes de la historia criminal española reciente.

El Mataviejas, el asesino en serie al que cosieron a puñaladas en Topas

José Rodríguez Vega ha pasado a los anales de la historia criminal como el “Mataviejas”.

Su carrera criminal comenzó cuando, sin haber cumplido los 30 años, se convirtió en el "violador de la vespa" al encontrarlo culpable de haber agredido sexualmente a, al menos, una decena de mujeres. Por estos hechos, fue condenado en 1978 a diecisiete años de prisión aunque, eso sí, solo cumplió ocho en la prisión de Ocaña.

Esta más que notable reducción de condena se debió al buen comportamiento que mantuvo en el penal, así como al perdón que obtuvo de todas sus víctimas excepto de una.

Meses después de su salida de prisión, en 1987, comenzó su cacería en Santander.

José Antonio Rodríguez Vega, El Mataviejas.
José Antonio Rodríguez Vega, El Mataviejas.

El modus operandi de “El Mataviejas” era 'simple': localizaba a sus víctimas, ancianas solitarias, y empleaba las artes de la seducción para ganarse su confianza.

Se ofrecía como albañil, recadero, fontanero... y, una vez concluía sus labores, se citaba con las mujeres para celebrar la conclusión de sus servicios.

Así pues, comenzaba insinuándose con pretensiones sexuales y, al ser rechazado, se abalanzaba sobre la víctima y la asfixiaba. Paralelamente, trataba de penetrarlas y, de no conseguirlo, cometía necrofilia.

Ahora bien, el misterio del asunto radicó en que en los primeros escenarios no había rastro alguno que permitiera dar con la autoría de tan cruentos hechos. Es más, inicialmente ni siquiera se sospechó de que aquellas muertes fueran violentas.

Sin embargo, el alarmante incremento de mujeres de edades similares y halladas en condiciones semejantes, junto a los restos biológicos que empezó a dejar Vega en los escenarios a medida que iba ganando confianza, fueron más que suficientes para que las autoridades comenzaran sus investigaciones, las cuales culminarían con la detención de Vega el 19 de mayo de 1988.

La suerte quiso que durante el registro domiciliario de la casa de Rodríguez Vega, los agentes hallaran las pruebas que terminaron por sentenciar la culpabilidad de José Rodríguez Vega: dentaduras, fotografías, prendas de ropa …

Durante los catorce años que estuvo en prisión cumpliendo condena por los 16 asesinatos, "El Mataviejas" se amparó en el débil argumento de que su juicio no había sido justo, ya que las valoraciones psiquiátricas le habían tachado de psicópata y de un peligro para la sociedad errónamente -o eso decía él-.

Jose Antonio Rodríguez Vega. El Mataviejas EP^_728x418
Jose Antonio Rodríguez Vega. El Mataviejas EP^_728x418

El 22 de octubre de 2002, después de cumplir los 14 años de sentencia en diez cárceles diferentes, el Mataviejas fue trasladado desde la cárcel de Dueñas hasta el centro penitenciario de Topas.

Dos días después de su llegada a Topas, el 24 de octubre, "El Mataviejas" fue asesinado de forma brutal por otros dos presidiarios, González del Valle "El Zanahorio" y Rodriguez Obelleiro.

Armados con un objeto afilado que pretendía hacer las veces de arma blanca, cosieron a Rodríguez Vega a puñaladas. Concretamente, le fueron asestadas 113.

El móvil del crimen nunca se llegó a esclarecer y sus autores, por estos hechos, fueron condenados a trece años de prisión.

El Zanahorio entró en la Audiencia Provincial de Salamanca gritando, ante la mirada estupefacta de periodistas y curiosos: «¡He matado al Mataviejas!».

Alfonso Basterra

El conocido como "caso Asunta" conmocionó a la España de 2013 dada su brutalidad y la implicación en los hechos de los propios padres de la víctima.

Corría el 21 de septiembre. En una pista forestal del municipio de Teo, perteneciente a A Coruña, se halló el cuerpo sin vida de Asunta Basterra Porto, una niña de 12 años y de origen chino cuya desaparición había sido denunciada unas horas antes por sus padres adoptivos: Rosario Porto y Alfonso Basterra.

Las investigaciones policiales, complejas y arduas, arrojaron contradicciones en las declaraciones de Porto y Basterra y la autopsia, por su parte, determinó que la causa de la muerte había sido la asfixia, empleando una cuerda que jugaría un papel crucial en las pruebas periciales durante la celebración del juicio oral.

Archivo: Alfonso Basterra (sentado detrás) y Rosario Porto (delante), durante el juicio por la muerte de Asunta. Europa Press
Archivo: Alfonso Basterra (sentado detrás) y Rosario Porto (delante), durante el juicio por la muerte de Asunta. Europa Press

La sentencia fue implacable: había quedado demostrado que Rosario y Alfonso habían planeado la muerte de su hija adoptiva, por lo que el tribunal los condenó a 18 años de prisión, encontrándoles, por tanto, culpables de un delito de asesinato con alevosía.

Eso sí, el móvil del crimen nunca llegó a esclarecerse. Sobre la mesa se barajaron conflictos familiares, presiones psicológicas y problemas económicos, pero lo cierto es que nunca hubo una conclusión clara ni lo suficientemente fundamentada.

Rosario Porto fue hallada muerta en la prisión de Brieva el 18 de noviembre de 2020. Basterra, por su parte, continúa cumpliendo condena en Topas, donde fue trasladado después de permanecer interno durante 11 años en la cárcel de Teixeiro.

“El Solitario”

Su apodo, “El Solitario”, figuró durante años en las listas negras de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado.

Jaime Giménez Arbe, que así se llamaba realmente, fue el autor material de más de treinta robos a entidades bancarias y del asesinato de dos guardias civiles en Navarra.

Su detención, que dio carpetazo a años de auténtico miedo, se produjo en 2007 en Portugal , durante una operación conjunta de la Benemérita y la Policía Judicial lusa.

Un ejemplo de ello, era la curiosa metódica que empleaba para no dejar impresas sus huellas dactilares: colocaba en todas y cada una de las yemas de sus dedos una cinta de celofán.

Para evitar ser indentificado por sus rasgos, usaba toda una suerte de pelucas, bigotes y barbas falsas.

En el atuendo, además, solía incorporar un chaleco antibalas. Por lo que pudiera ocurrir.

Sus atracos eran, al fin y al cabo, el resultado de un estudio cuidado y extenso.

Solitario acepta atraco banco LAlcudia EDIIMA20150323 2631 4
Solitario acepta atraco banco LAlcudia EDIIMA20150323 2631 4

Tras su extradición y múltiples condenas, El Solitario cumplió parte de su pena en el Centro Penitenciario de Topas.

Fuentes oficiales y penitenciarias informaron, en su momento, que en Topas -donde ingresó en 2019- fue clasificado en segundo grado y desempeñó tareas de limpieza interna, al tiempo que desarrolló una intensa actividad artística.

Su conducta, por entonces, fue descrita como estable y sin incidentes relevantes, aunque permaneció bajo el protocolo FIES debido a su historial delictivo y a la gravedad de sus condenas.

Etarras

La prisión de Topas ha sido durante décadas uno de los principales centros de reclusión para miembros de ETA condenados por asesinatos, secuestros y atentados.

Entre algunos de ellos, estaba Santiago “Santi Potros” Arrospide Sarasola, histórico dirigente de la banda, condenado por su implicación en atentados de gran magnitud, como el de Hipercor en Barcelona y el de la plaza de la República Dominicana en Madrid, en los que murieron decenas de personas.

Gregorio Vicario Setién
Gregorio Vicario Setién

Otros internos han incluido a Iñaki Bilbao Goicoechea, condenado por asesinatos, amenazas graves y colaboración con banda armada; Orkaitz Gallastegui, sentenciado por facilitar información para el asesinato de jueces; y Alberto Viedma Morillas, responsable de asesinatos y homicidios en el marco de la actividad terrorista de ETA. Además, Iñaki Etxeberría y Gregorio Vicario Setién se suman a la lista de internos pertenecientes al comando con condenas por homicidios, secuestros y atentados.

La Operación Nova

A comienzos de la década de 2000, el centro penitenciario de Topas se convirtió en el origen de una de las primeras células yihadistas estructuradas detectadas en cárceles españolas. Entre 2001 y 2002, un grupo de internos liderados por Mohamed Achraf comenzó a radicalizar y reclutar a otros presos, lo que terminaría siendo el germen de la red que posteriormente sería conocida como Mártires para Marruecos. Según la investigación de la Audiencia Nacional, con Baltasar Garzón a la cabeza, el grupo planificaba un atentado de gran impacto contra la sede de la Audiencia en Madrid, para lo cual buscaban captar suicidas y obtener explosivos.

Baltasar Garzón
Baltasar Garzón | EP

La operación policial para desarticular la célula, denominada Operación Nova, se desarrolló en octubre de 2004 e incluyó detenciones en varias provincias. Este episodio marcó un precedente clave en la lucha contra el extremismo islamista dentro del sistema penitenciario español.

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