Jesús Pascual es un alcalde atípico. No milita en partido alguno aunque, desde su independencia, se integró en el PP para tomar los mandos de su pueblo cuando regreso de hacer Las Américas. Este albercano retornado que quiso echar una mano al lugar que le vio nacer, primero como concejal y ahora como primer edil, no le teme a los retos y es perseverante. Quizá por eso, superado con creces el medio siglo, volvió a las aulas para convertirse en periodista.

Como alcalde se empeñó en solucionar los problemas de abastecimiento de agua y no cejó en el empeño hasta tenerlo casi resuelto. Será una de las labores por las que se recuerde, igual que por haber revitalizado la fiesta del marrano de San Antón. También quedará para el recuerdo de su primera legislatura el ajuste de impuestos destinado a equilibrar las cuentas o la aplicación de ciertas ordenanzas que le costó el recelo de una parte de los vecinos. El tiempo ha normalizado las situaciones y tiempo es justo lo que ahora necesita para pensar en el futuro porque, aunque algunos ya hayan hablado en su nombre, Pascual todavía no tiene decidido si se va a presentar a la reelección.  

- ¿Qué balance hace de estos cuatro años?
- Al principio lo que más me preocupaba era la situación económica. Afortunadamente hoy puedo decir que tenemos una situación financiera perfectamente controlada, cumplimos con todos los requisitos legales en cuanto a deuda y pago a proveedores, estamos al día con todos. Tenemos estabilidad presupuestaria y contamos ahorro neto positivo. 

- ¿Sabía dónde se metía cuando en 2011 asumió la alcaldía cuatro meses antes del final de la anterior legislatura?
- Sí y no. Sabía que la situación del Ayuntamiento era difícil pero en mi vida siempre me han gustado los retos. He sido siempre un luchador. Cuando tome las riendas del ayuntamiento esos cuatro meses vi que las cosas eran ligeramente diferentes a como pensaba pero una vez que decidí presentarme a las elecciones lo hice con todas las consecuencias. Cuando el pueblo me dio su voto de confianza he dedicado todo el tiempo a trabajar por mi pueblo. Mi lema ha sido: ?trabajo y más trabajo? acompañado de un grupo de compañeros que me han apoyado en todo. Entre todos hemos logrado hacer todo lo que hemos podido por el pueblo.

- Es el alcalde en uno de los momentos históricos más destacados puesto que La Alberca celebra el 75 aniversario de su nombramiento como Monumento Nacional.
- Es una fecha importantísima para el pueblo. Somos muy afortunados porque en 1940 nos declararan el primer pueblo de España Monumento Histórico Artístico Nacional. Esa distinción logró que La Alberca haya sido un pueblo pionero en el turismo. Creo que esa declaración es el germen del desarrollo del turismo rural. Soy afortunado por haber logrado, con mucho esfuerzo y llamado a muchas puertas, poner en marcha este año un programa de actos conmemorativos de esta efeméride destinados a promocionar turísticamente el pueblo, que es la principal fuente de ingresos. En esto hay que agradecer la mano que nos han echado desde la Junta de Castilla y León y la Diputación de Salamanca. 

- Y no es lo único que se celebra en este 2015?
- Pues no, porque también conmemoramos los 50 años de la declaración de interés turístico de nuestra fiestas patronales. Somos 12 municipios en toda España los que lo celebramos ahora entre los que destacan celebraciones como los sanfermines, las Fallas, las fiestas del Pilar, las de la Virgen del Rocío, la bajada del río Sella, las Semanas Santas de Zamora y Málaga o la vendimia de Jerez.

- ¿Ha tocado techo el turismo en La Alberca?
- En absoluto. La gente del pueblo es muy emprendedora y sigue invirtiendo en infraestructuras. Siempre está poniéndole la imaginación. Tenemos los brazos abiertos para recibir al turista. Debemos apoyarnos entre todos porque directa o indirectamente a todos nos beneficia el turismo en La Alberca. Una casa en La Alberca vale más que en cualquier otro pueblo y cuanto más turismo venga, mejor para todos.

- A veces puede parecer que la localidad está sobreexplotada turísticamente.
- No es así. Puede haber momentos puntuales en los que lo parezca pero la Alberca tiene muchos días para disfrutarla con tranquilidad, pasear por sus calles, descubrir sus rincones y compartir con nosotros las múltiples tradiciones que mantiene y respeta el pueblo.

- Un político profesional suele desembarcar en el Ayuntamiento con una hoja de ruta trazada, ¿usted también llegó con las ideas claras a la alcaldía?
- Claro. Tras cuatro años como concejal sabía que había que tomar medidas importantísimas para el pueblo empezando por la regulación del tráfico. Fue una decisión muy valiente y protestada al principio por algunos. La Alberca es muy diferente con y sin coches. Antes teníamos una iglesia rodeada de coches y ahora parece que tenemos una Catedral con una gran plaza. 
También hubo que tomar medidas fuertes como la adecuación de los impuestos, lo que implicó una revisión catastral para que realmente se pagara lo justo. Al mismo tiempo regulamos el asunto de los objetos que los comerciantes exponían en la calle. Al principio fueron medidas dolorosas pero eran importantes para, por una parte, mejorar el aspecto del pueblo y, por otro lado, resolver la situación económica. 
En esta vida y en puestos como el mío no queda más remedio que tomar decisiones. Puedo confundirme pero actúo con muy buena fe.

- ¿Ha cumplido los objetivos que se había marcado?
- El día que dices que ya tienes todo hecho, tus objetivos empiezan a caer. Siempre hay que estar con la mente activa para generar nuevas ideas y buscar nuevos objetivos. Hay que buscar permanentemente lo mejor para el pueblo.

- ¿Qué destaca de estos cuatro años?
- No hemos hecho grandes obras pero sí hemos ido resolviendo los problemas del día a día, esos que a veces no se ven. Se han solucionado muchas cosas. Con los primeros planes provinciales se empezaron a renovar las redes de agua potable y de saneamiento y ahora, con los nuevos planes provinciales, seguimos en ello. Eran una de las grandes prioridades. Las tuberías tenían más de 40 años y empezaban a dar problemas. Calculo que para Semana Santa tendremos ya tuberías nuevas desde los depósitos de El Calvario hasta la calle El Chorrito. 

- ¿Y consigue cerrar la legislatura habiendo solucionado los problemas del agua en los meses de verano?
- Ese era otro de los objetivos prioritarios. Ya se aprobó el estudio de impacto ambiental y ahora vamos a firmar un convenio con la Junta y la Diputación de Salamanca para la financiación del azud que se hará en la zona de La Varieta del río Las Datas. Hemos trabajado cuatro años para resolver este problema. Ha sido una ardua tarea que me ha obligado a acudir a muchos organismos y llamar a muchas puertas para que esto llegara a buen término. Nunca decaí en el intento. 

- En esta legislatura arrancó la gestión de la Residencia de Mayores, ¿ha sido un acierto? 
- Sí, estaba construida y la pusimos a funcionar. Cumple un gran servicio tanto para La Alberca como para todos los municipios de la comarca. Está llena e, incluso, tenemos 25 plazas contratadas con la Junta.

- Como concejal decidió darle un impulso a la antigua tradición del Marrano de San Antón, ¿se imaginaba que llegaría a ser la celebración que es ahora?
- Es cierto que se ha reforzado la tradición y, afortunadamente, para ello cuento con el apoyo de muchos albercanos que ven en esta fiesta una forma de promocionar nuestro pueblo y nuestro turismo. Sin su apoyo sería imposible poder realizarlo. Participan empresarios chacineros, restauradores y muchos vecinos del pueblo. 

- ¿Qué se le queda en el tintero en esta legislatura?
- Todos los proyectos que queríamos acometer están en marcha o terminados. Nos sentimos muy satisfechos con lo hecho siempre pensando en el bien del municipio y sin ningún interés particular. Desde el principio nos pusimos a disposición de todos los albercanos que han requerido nuestra atención sin hacer distinción de ninguna clase. Para mí todos tienen el mismo derecho a que se les escuche y se les solucionen sus problemas e inquietudes.  

- ¿Cómo está el asunto del Centro de Recepción de Visitantes?
- En esta legislatura no se ha invertido en él. Aún no se ha recibido la financiación para terminarlo. Falta un dinero al que nosotros no podemos hacer frente. El edificio está ahí y se le pueden dar diversos usos para el pueblo y la comarca y esperemos que cuando vuelva a haber dinero en las instituciones se le busque una utilidad beneficiosa para todos. Lo cierto es que nos ha tocado la época de las vacas flacas y lamentablemente en la de las vacas gordas no se supo ahorrar. Cuando hubo recursos se manejaron con escasez de criterio y a nosotros nos ha tocado trabajar con muy pocos recursos y hemos tenido que aplicar un criterio de austeridad.

- ¿Le quedan ganas de repetir? 
- En esta vida nunca he rechazado los retos. El futuro solo Dios lo sabe. Sigo trabajando con normalidad y para esa decisión todavía falta tiempo aunque está cerca. Aprovecho para agradecer todo el apoyo recibido por parte de mi familia -que han sabido comprender y apoyar en los momentos difíciles- y también el de muchos albercanos y el de mis compañeros de equipo de Gobierno.

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