Ocho de cada diez pueblos de Salamanca pierden población en la última década

Sólo 53 localidades han crecido o se mantienen, la que más ha sido Moriscos, mientras que 81 pueblos han perdido más de un 20 por ciento de sus vecinos

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Navamorales. Foto G.M.
Navamorales. Foto G.M.

En el año 2013 en Navamorales había 78 personas empadronadas. Diez años después se han quedado sólo 43 vecinos. Este pequeño municipio de la comarca de Guijuelo es la localidad salmantina que más ha sufrido la despoblación en la última década. Casi la mitad de sus vecinos, un 44,8 por ciento, han abandonado el pueblo.

Pero no es el único. Según los datos registrados por el INE, de los 362 municipios que hay en Salamanca, el 85,3 por ciento, es decir, 309 pueblos han perdido población, algunos de ellos llegando a un punto extremo, como es el caso de Navamorales o de La Peña, que ha perdido casi un 39 por ciento de sus vecinos, La Cabeza de Béjar, con un 37,6 por ciento o La Bouza con un 37,3 por ciento. En total, la provincia pierde en diez años un 5,32 por ciento de sus habitantes, quedando este 2023 en 327.170 personas. 

Son los ejemplos más drásticos, pero está situación es, tristemente, algo habitual. Todos ellos tienen menos de 100 habitantes. Son estos los que más sufren una situación que, como la pescadilla que se muerde la cola, parece ya no se puede revertir: sin servicios no hay gente, sin gente no hay servicios. Consecuencia, la gente se va a vivir a municipios que los ofrezcan o simplemente, van muriendo mientras no llega relevo generacional. En total, hay 81 localidades de Salamanca que han perdido más del 20 por ciento de sus vecinos en estos diez años, el 22,3 por ciento del total.  

Los diez pueblos que mas han sufrido el abandono de sus vecinos son, por tanto, y de mayor a menor pérdida, Navamorales, La Peña, La Cabeza de Béjar, La Bouza, Pelayos, Puebla de Azaba, Cerralbo, Negrilla de Palencia, Monforte de la Sierra y Zamarra. Pero el INE también desvela alguna otra sorpresa, como que el municipio más grande de la provincia, Santa Marta de Tormes, está en la lista de los que pierden. Concretamente un 2,32 por ciento. La capital salmantina tambien ha perdido, un 3,73 pasando de 149.528 habitantes en 2013 a 143.954 vecinos.  

Para Sergio Santana, alcalde de Navamorales, ha comentado que "la pérdida de población, no solo se debe a que la gente se haya marchado, sino que han fallecidos cinco personas muy mayores del pueblo". Del mismo modo, ha explicado que el municipio ya no tiene vida social debido a que se perdió el bar durante la pandemia, y que de momento andan en trámites con la Diputación para volver a reabrirlo. Asimismo, ha añadido que "ahora mismo vivimos unos 25 vecinos aquí, pero en verano se multiplica la población hasta las 500 o 600 personas".

En el caso contrario de la tabla se encuentran los que ganan población o, al menos, se mantienen. Son 53 municipios, de los que seis tienen exactamente los mismos habitantes que en 2013. El municipio que más ha crecido lo ha hecho de forma increíble, sacando mucha distancia al siguiente de la lista. Se trata de Moriscos. En estos 10 años la localidad del alfoz ha pasado de tener 304 vecinos a 552. Esto supone un crecimiento del 81,57 por ciento. La cercanía con la capital, el desarrollo tardío del urbanismo, vivienda a mejor precio que en los pueblos de alrededor y mejores servicios, incluido el autobús metropolitano, han hecho que esta pequeña localidad se haya llenado de niños.

Aldeatejada
Aldeatejada

Le sigue Aldeatejada con un crecimiento de población de un 59,4 por ciento. Se trata de otro de los municipios que llegó tarde al boom urbanístico pero que, poco a poco, ha mantenido un crecimiento constante sin perder su esencia de pueblo.

El tercer municipio que más ha aumentado su población es Castellanos de Moriscos. Lo ha hecho en un 41,7 por ciento. Cabe destacar que estos tres primeros municipios de la lista se encuentran ubicados en el alfoz de la capital salmantina. No es el caso del cuarto de la lista, Buenavista, cuyo crecimiento del 35,6 por ciento se debe al desarrollo de la urbanización Cuatro Calzadas. Carrascal de Barregas, también en el alfoz, le sigue con un crecimiento de población del 35,6 por ciento.

Un caso especialmente llamativo es el de Beleña, sexto municipio en la lista de los que más han crecido, aunque en el caso de esta localidad situada junto a la vía de la Plata su repunte de vecinos se debe a su residencia de mayores. Doñinos de Salamanca creció un 23,4 por ciento en esta década, también llegó más tarde que el resto al urbanismo y no tuvo en su momento el despegue de otras localidades de similares características pero está claro que es uno de los pueblos donde más jóvenes se han asentado en los últimos años.

Villasdardo, que durante años ha sido el pueblo más pequeño de Salamanca, ahora destronado de ese ‘honor’ por Cilleros de la Bastida, sorprendentemente ha registrado una tasa de crecimiento del 21,5 por ciento, lo que le deja en el octavo municipio que más ha crecido. Eso sí, si miramos los números absolutos que maneja el INE vemos que la localidad sigue teniendo un problema endémico de falta de vecinos. Ha pasado de tener 19 vecinos a tener 23. Su situación sigue siendo precaria, al igual que la de Sardón de los Frailes, el noveno municipio de la lista de los diez que más han crecido. En estos diez años esta localidad de la comarca de Ledesma ha pasado de tener 81 habitantes a 98. El gran esfuerzo que está haciendo el Ayuntamiento de este pequeño municipio por atraer población pasa por una política de ayudas a los vecinos empadronados que van desde ayudas a los estudios, con cuantías que pueden llegar hasta los 2.000 euros a subvencionar prácticamente en su totalidad el servicio de comida a domicilio para los mayores. Además, el municipio, que cuenta con una generosa línea de ingresos anual, ha apostado por potenciar el turismo y cuenta incluso con piscina climatizada. Esfuerzo que parece está dando sus frutos.

 Sardón de los frailes
Sardón de los frailes

 

El último de la lista de diez sería Pelabravo con un crecimiento del 20,6 por ciento, de nuevo en el segundo cinturón de la capital y que destaca por la abundancia de urbanizaciones con la que cuenta y el constante empadronamiento de gente en su pedanía, Nuevo Naharros.

No deja de ser curioso como algunos de los pueblos más pequeños de la provincia están intentando arañar vecinos y han cerrado esta década en positivo. Algunos de ellos son Carpio de Azaba, Éjeme, Navacarros, Salvatierra de Tormes, Barceo, Espadaña, Valdehijaderos, Tabera de Abajo, San Pedro del Valle, San Morales, Villar de Gallimazo, Vallejera de Riofrío o Zarapicos, entre otros.

Se quedan como estaban en el padrón las localidades de Aldealengua, La Bastida, Berrocal de Huebra, San Pelayo de Guareña, Valdemierque y Zamayón.

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