Bien si no somos muy de andar y solo queremos apreciar el encanto de la naturaleza con el mínimo esfuerzo, o si queremos disfrutar de un día de campo, la ruta de la Mangá es una de las mejores opciones en la provincia salmantina.
Un salto que merece la pena visitar en estas fechas donde el agua no impide circular por el sendero que lleva hasta ella y trae la cantidad suficiente para quedarnos ensimismados mirando la fuerza de la naturaleza mezclada con la tranquilidad de su sonido.
Quizá esta cascada de la Mangá sea una de las grandes desconocidas de la provincia, salvo que se resida en la zona, pero deja claro que el cartel de Candelario de “Pueblo Bonito de España” no solo lo es por el encanto y la magia de sus pedregosas calles.
Para llegar al camino que discurre hasta esta cascada hay que dirigirse hasta la zona suroeste de Candelario, pero primeramente podemos dejar nuestro vehículo en los muchos aparcamientos públicos que ofrece la localidad.
Si tomamos como referencia la Ermita del Cristo del Refugio debemos seguir la calle Simón López y una vez arriba girar a la derecha para encaminar la carretera que va hasta El Travieso.
Precisamente, siguiendo esta carretera y a la altura del Camping Cinco Castaños tomaremos el camino a la derecha donde podremos ver la señalización hacia la Mangá.
Siguiendo este sendero, sin dificultad ni riesgo de perdernos por bifurcaciones, pero con algún tramo donde podemos encontrarnos con abundante agua, llegaremos a la cascada de la Mangá, o de la Jarilla como también se le suele conocer.
Si este precioso paraje no es suficiente para el visitante, se puede continuar la ruta para apreciar las vistas del Travieso o el discurrir del río hasta Puente Nueva, pasando por el Embalse de Navamuño.
Para ello simplemente hay que continuar el sendero, que además viene marcado por estacas con un cuadro verde, donde en un primer momento nos encontraremos una subida que nos llevará a un abierto donde se puede apreciar el encanto de las montañas que rodean a la zona o los verdes parajes que las acompañan. Eso sí, hay que tener cuidado por donde se pisa, puesto que el deshielo hace bajar por el camino el regato que en ciertos puntos está completamente inundado.
Una vez que abandonamos este sendero llegaremos a la carretera. Vía que conecta con la provincia de Cáceres y que nos llevará hasta el Embalse de Navamuño, sin embargo, si llegamos hasta el puente de la Dehesa podremos seguir por el camino que nos encontraremos en frente para poder bordear la carretera y así evitar transitar por ella.
Por asfalto o por tierra, lo cierto es que llegaremos hasta el imponente embalse de Navamuño que viene en este mes de marzo cargado de agua. Una vez allí no solo podremos comprobar las hermosas vistas que ofrece el embalse, sino que podremos situar diferentes puntos de la sierre bejarana que en un día de sol se pueden apreciar sin ningún problema.
Una vez visto el embalse deberemos volver por el camino que acabamos de recorrer y tomar un pequeño sendero a mano derecha indicado también por un poste. A partir de aquí tendremos que bajar por un terreno pedregoso y por ello se deberá bajar con prudencia, sin embargo, el tramo lo merece, no solo por lo que podemos ir viendo por el camino, sino que llegaremos hasta la zona del río y podremos apreciar la zona de Puente Nueva.
Un lugar donde el río Cuerpo de Hombre se mezcla con la orografía y la naturaleza donde deberemos cruzar por el puente para seguir el sendero que nos llevará de vuelta a Candelario.
Por allí, algunos animales de una finca cercana saldrán al paso para saludarnos y alentarnos para el kilómetro y medio que nos quedará para llegar a la localidad y cerrar así está preciosa ruta de la Mangá.
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