El medio rural se enfrenta desde hace décadas a uno de los problemas más graves que puede sufrir un territorio: la pérdida de población. Este hecho cercena gravemente las posibilidades de desarrollo de los pueblos ya que, además de disminuir el número de vecinos, quienes se van son, principalmente, las mujeres y las personas formadas. 

La despoblación no es sólo un problema de graves consecuencias para los pueblos, puede decirse también que es un problema social, de todos: significa pérdida de valores culturales, de señas de identidad, produce graves desequilibrios territoriales y comienza a traducirse en evidentes riesgos medioambientales como incendios, pérdida de biodiversidad, etcétera. Grupos de la sociedad civil, alcaldes, agentes socioeconómicos y, en general, los habitantes del medio rural se han ido movilizando para evitar la amenaza de clausura de la escuela, la pérdida de servicios como atención médica, el cartero o el cierre de pequeños comercios.

 
Así las cosas, quince grupos de desarrollo rural de las comunidades de Castilla y León, Cantabria, Aragón y Madrid se han unido con la única pretensión de “mantener los pueblos con vida”. En Los Santos se ofrecerá una vivienda para que, de forma completamente gratuita, familias interesadas opten a dejarlo todo en la ciudad o, si las cosas no han ido bien en la urbe, probar suerte y empezar una nueva vida en el mundo rural y adaptándose a lo que el mismo les ofrece. Lo mismo ocurrirá en el pueblo de San Esteban de la Sierra.

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