‘Territorio Vetón’, la profunda huella que dejó en Salamanca el ‘pueblo de los guerreros’

La riqueza arqueológica de la provincia, promocionada por la Diputación, tiene en los castros de las Merchanas y Yecla de Yeltes uno de los mejores exponentes del país

Castro de Yecla de Yeltes. Foto Diputación Salamanca
Castro de Yecla de Yeltes. Foto Diputación Salamanca

Cazadores y depredadores, guerreros que levantaron fortificaciones de piedra, buscadores de oro. La riqueza arqueológica de la provincia permite a los visitantes más aventureros hacer un salto hacia atrás en el tiempo y descubrir a quienes nos precedieron y se asentaron en estas tierras hace miles de años. Castros vetones, pinturas rupestres o minas de oro romanas se reparten por la provincia listas para descubrirnos los secretos y enigmas que todavía guardan.

Hace 2.500 años los vetones, conocidos como ‘pueblo de los antiguos’ o ‘pueblo de los guerreros’ se asentaron en el noroeste salmantino. En una de las zonas con la orografía más escarpada de la provincia levantaron poblados que fortificaron con murallas y hasta nuestros días ha llegado su legado en forma de castros. Son los de ‘Las Merchanas’, en Lumbrales y el de Yecla de Yeltes.

Salamanca arqueológica. Diputación de Salamanca
Salamanca arqueológica. Diputación de Salamanca

Salamanca es uno de los mejores exponentes del legado vetón ya que en ningún otro lugar se conoce una concentración tan alta de pequeños castros. Para disfrutar de esta riqueza patrimonial la Diputación de Salamanca ha creado una ruta cultural que permite a los visitantes conocer y descubrir todos los enigmas del denominado ‘Territorio Vetón’. Esta ruta incorpora dos circuitos: el de Lumbrales y el de Yecla de Yeltes, las dos localidades salmantinas donde se localizan los dos yacimientos arqueológicos más importantes de la península ibérica.

Castro de las merchanas (1)
Castro de las merchanas (1)

 

Circuito de Lumbrales: El Castro de Las Merchanas

Nada mejor para adentrarse en el Territorio Vetón que hacerlo por la que se considera su puerta, Lumbrales. Para disfrutar al máximo de esta ruta, el área de Turismo de la Diputación de Salamanca recomienda hacerlo en la denominada Casa del Conde que alberga el centro de recepción de visitantes. Un edificio modernista, de estilo colonial portugués, que fue construido entre 1875 y 1877 para agasajar a la infanta Isabel, hija de Alfonso XIII, con ocasión de la inauguración del ferrocarril del Duero. En la Casa del Conde y en el Museo Arqueológico existen atractivos recursos didácticos y de interpretación para disfrutar de la visita. El verraco en la puerta de la casa, llamado el burro de la Barrera, da la bienvenida al visitante que puede disfrutar de un camino musealizado hasta el castro con miradores y estaciones interpretativas en las que descubrir las claves de este poblado y de la cultura castreña.

El visitante llega al Mirador del Castro, donde se le informa sobre los vetones y el lugar donde levantaron sus poblados.  A orillas del río ya se vislumbra la primera defensa del castro. El Castro de Las Merchanas conserva prácticamente íntegro todo su recinto amurallado abarcando más de 5 hectáreas de superficie. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931. La muralla y las puertas romana y vetona (donde se han descubierto varios grabados esquemáticos) son algunos de los atractivos de este yacimiento donde destaca también el campo de piedras hincadas, en la parte más accesible del perímetro amurallado. A pesar de la altura y fortaleza de las paredes, los vetones se protegían con miles de piedras dispuestas en vertical a modo de cuchillas, que hacían imposible el ataque de la caballería.

Territorio Vetón. Castro. Foto Diputación Salamanca
Territorio Vetón. Castro. Foto Diputación Salamanca

 

Circuito de Yecla de Yeltes: El castro de Yecla la Vieja ‘El Castillo’

Arranca en Yecla de Yeltes. Las características de este castro y los restos arqueológicos hallados lo convierten en el más importante de los poblados de la penillanura salmantina, según las guías del enclave turístico. El castro de Yecla la Vieja, también conocido como “El Castillo”, se localiza a un par de kilómetros al sur del pueblo y constituye una de las fortificaciones prerromanas más espectaculares de la península. Es un poblado de larga ocupación, quizá llamado originalmente Virlanga. Fue levantado en torno al siglo V antes de Cristo por los vetones, y estuvo ocupado por ellos y sus descendientes hispanorromanos durante casi mil años. Se cree que los conflictos provocaron durante la repoblación de Ledesma en el siglo XII el abandono del asentamiento por la nueva aldea de Yecla, aunque en época de los Reyes Católicos se levantó una ermita dentro del recinto, la de Nuestra Señora del Castillo.

El recorrido marcado por la Diputación en esta ruta empieza en la ermita de Santiago Apóstol, construida sobre una necrópolis tardorromana. En las recientes excavaciones se descubrieron estelas romanas reutilizadas en los muros y también varias tumbas construidas con lajas de piedra, con ajuares funerarios que remiten al siglo V o VI de nuestra era.

La siguiente parada es la impresionante muralla de Yecla que llegó a alcanzar los 5 metros de altura y, en algún punto, los 14 metros de anchura. La necrópolis romana donde se exponen varias tumbas construidas con lajas de granito; la puerta romana con sus grabados de animales (entre ellos el de una yegua acompañada de su cría) y el viejo poblado son otros de los elementos de interés del recorrido.

Este poblado, primero vetón y luego romano, fue ocupado después por los hombres de la Edad Media quienes levantaron casas adosadas a la muralla y largos muros para encerrar el ganado. La puerta sur del Castro, cegada durante siglos, se abre ahora al viajero. En ella se puede descubrir uno de los conjuntos de grabados más importante del Castro, donde el caballo es el máximo protagonista. La muralla posee cientos de éstos misteriosos motivos.

Castro de Yecla de Yeltes. Foto Diputación de Salamanca
Castro de Yecla de Yeltes. Foto Diputación de Salamanca

El paseo permite descubrir también la pensada localización del Castro en la confluencia de dos ríos. Diferentes grabados, el molino del Varlaña, el campo de piedras hincadas construido por los vetones para protegerse de los ataques de la caballería y la ermita de Nuestra Señora del Castillo son otros puntos de interés en la visita. En el pueblo se encuentra el Museo del Castro de Yecla La Vieja, donde la cultura material y espiritual de los vetones es analizada en el aula, con variados recursos audiovisuales y expositivos, incluyendo piezas arqueológicas originales como cerámicas, armas, objetos decorativos y una escultura zoomorfa propia de esta cultura, el “verraco”. También hay cabezas humanas esculpidas en piedra y vestigios de la posterior ocupación romana, con una importante colección de estelas funerarias.

Siega Verde, la vida del paleolítico

Siega Verde es otro de los yacimientos importantes de la provincia que nos permiten descubrir cómo era la vida de los antiguos previos. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, los grabados sobre las rocas conforman el conjunto de arte paleolítico al aire libre más sobresaliente de todo el territorio nacional. Situada en las márgenes del Río Águeda, en un lugar especial que fue elegido por los hombres de la Prehistoria por tratarse de una zona de paso y un privilegiado punto de control y observación de los animales que acudían a este abrevadero permanente.

Grabados rupestres de Siega Verde en la noche
Grabados rupestres de Siega Verde en la noche

El yacimiento ha llegado íntegro a la actualidad. Un total de 645 figuras conforman el mayor enclave con grabados paleolíticos de España. Las especies más representadas son: équidos, bóvidos, cápridos y cérvidos, además de algunos signos, especialmente claviformes. Las figuras aparecen, generalmente, en pequeños grupos de entre 2 y 6 asociaciones, en forma de paneles de mediano y gran tamaño. No obstante, son frecuentes las figuras aisladas representadas en pequeños afloramientos rocosos. El recorrido por los grabados se complementa con la visita al Aula Arqueológica que permite conocer la belleza y la importancia de este impresionante yacimiento arqueológico

Los canchales del valle de Las Batuecas esconden un gran conjunto de pinturas rupestres.  Destaca un grupo de pinturas, datadas en torno a los 7000-5000 años, dentro del denominado arte esquemático; su autoría correspondería a los últimos grupos prehistóricos del calcolítico (Edad del cobre). Se localizan diseminadas a lo largo del curso del río entre quince abrigos de cuarcitas, y están consideradas como el mejor conjunto de pintura esquemática de Salamanca, dentro del arte postpaleolítico.

Pinturas rupestres en Las Batuecas. Foto Diputación de Salamanca
Pinturas rupestres en Las Batuecas. Foto Diputación de Salamanca

 

Por otra parte, a orillas del río Agadón, en el Parque Natural de Las Batuecas - Sierra de Francia está Monsagro. Esta localidad esconde al visitante una original propuesta: la Ruta de las Huellas Fósiles. Hace más de 450 millones de años un océano helado cubría gran parte de la Península Ibérica. En ese mar de aguas poco profundas vivían distintos organismos, como los trilobites, ya desaparecidos, gusanos y otras especies, cuyos rastros quedaron grabados en los fondos marinos arenosos, en las cuarcitas. En las fachadas de las casas es posible observar Crucianas, que reflejan los desplazamientos de los trilobites, o Rusophycus, que representan zonas de reposo. Los gusanos marinos han dejado huellas como los Skolithos o galerías verticales, utilizadas de morada y estructuras en forma de cono llamadas Daedalus.

Centro de interpretación de los mares antiguos. Fotos Andrea M.
Centro de interpretación de los mares antiguos. Fotos Andrea M.

 

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