El turismo rural de Salamanca lanza un SOS: "Nos sentimos discriminados y agraviados, echamos en falta el apoyo de las administraciones"

El futuro de los alojamientos rurales, en el aire después de casi un año sin apenas ingresos: "A una casa rural no pueden venir más de cuatro personas, pero pueden ir miles a un concierto, hay medidas que no se entienden"

Casa rural La Chirumba, en Aldeatejada
Casa rural La Chirumba, en Aldeatejada

"Hay agravios comparativos, nos maltratan respecto a otros sectores, nos sentimos muy discriminados, ¿cómo es posible que a una casa rural no puedan venir más de cuatro personas?" Así se manifiesta Miguel Hernández, responsable de un alojamiento rural en Aldeatejada y uno de los integrantes de la nueva plataforma SOS Turismo Rural Castilla y León que aglutina a 480 alojamientos, de los que unos 80 están ubicados en Salamanca.

"Es tan evidente que hay muchos sectores que lo están pasando mal que, hasta ahora no hemos alzado la voz ni hemos roto platos, pero nosotros también lanzamos un SOS, estamos al límite". 

Las casas y establecimientos de turismo rural, tanto de Salamanca como del resto de Castilla y León, están a punto de cumplir un año "casi a cero", salvo los meses de verano. Mínimos ingresos y unos gastos que siguen a pesar de no recibir clientes, de ahí la puesta en marcha de una plataforma de ámbito regional que reclama a las administraciones "más apoyo a este sector y medidas, porque hay agravios comparativos en relación a otros sectores", explica.

Entre esas medidas que reclaman a las administraciones, en el caso de la Diputación de Salamanca, la plataforma solicitará ayudas que palíen la situación para condonar o aplazar impuestos, "que nos tengan en cuenta".

"Esta situación está haciendo daño a muchísima gente y parece que los perjudicados solo son los de la hostelería"

"Nos sentimos muy discriminados, solo se oye a la hostelería, son los que más ruido hacen y por eso queremos unirnos; esta situación está haciendo daño a muchísima gente y parece que los perjudicados solo son los de la hostelería y no, se está llevando por delante a muchos negocios, con unas medidas que no se entienden".

Miguel Hernández explica que está claro que hay que tomar medidas para frenar los contagios y acabar con esta situación, "pero para todos igual", lamentando que no se permita ir a más de cuatro personas a una casa rural, "pero se pueden juntar miles en un concierto en Madrid".

Dejando claro que están "todos a una" para solucionar la crisis sanitaria, esta nueva plataforma nace, afirma Miguel Hernández, con el objetivo de aglutinar al sector, recabar esfuerzos para hacer fuerza ante la administración, insistiendo en el agravio con otros negocios. "Si a nosotros no nos dejan contar con más de cuatro personas en nuestros establecimientos, ¿por qué en otros casos sí? Somos partidarios de tomar medidas para atajar el virus, pero no entendemos estas diferencias entre unos establecimientos y otros".

Restricciones, limitaciones de movilidad entre comunidades, cierre perimetral de provincias y cancelaciones a consecuencia de la incertidumbre que planea con los movimientos que están poniendo al límite a este sector desde hace casi un año. Salamanca contaba el pasado año con unos 460 establecimientos asentados en la provincia -campings, casas rurales, hoteles y alojamientos rurales-, dando empleo a 600 personas.

La crisis sanitaria derivada de la pandemia, que comenzó en marzo de 2020 con la declaración del Estado de Alarma, ha supuesto el cierre casi permanente de muchos establecimientos que, cada temporada, ponían sus esperanzas en periodos vacacionales, fines de semana y puentes. Esperanzas que, desde hace 11 meses, el virus y las medidas de las distintas administraciones han echado por tierra.

Sin campaña de Semana Santa en 2020 y con un pasado verano limitado y reducido por las restricciones entre comunidades, los alojamientos rurales de la provincia se encuentran a las puertas de otro periodo, la Semana Santa, que tampoco se presenta mejor por lo que siguen las pérdidas suman y siguen.

Como ejemplo, el del propio Miguel Hernández, que cuantifica en 30.000 euros las pérdidas de su casa rural desde marzo del pasado año. No solo es la falta de ingresos por la ausencia de viajeros, explica, "hay que sumar los gastos del negocio, que hay que seguir pagando para mantenerlo en perfectas condiciones, inversiones, hipotecas, luz; tengo piscina climatizada y tiene que estar lista si llega una reserva inmediata...".

Una situación que, a medida que pasan las semanas, se vuelve insostenible y que será inviable de seguir las limitaciones para estos establecimientos rurales.

 

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