Esta tradición se remonta al siglo XV, en que existía una cofradía del Santo, con capilla propia, en la desaparecida parroquia de San Martín. En 1610 cobra auge la fiesta y se compra una imagen, se hace una procesión solemne a la que acude numeroso clero y después una subasta, en la que se ofrecen al santo, en una fuente, ofrendas en especie: cabezas de animales sacrificados, patas e incluso morcillas de cerdo, así como animales vivos como ovejas, cabras o cochinillos. Ese día la parroquia obtenía muchos ingresos con la venta de las ofrendas, y repartía pan a los pobres. Además, para animar la fiesta se solía soltar un toro.
Este domingo se recuperó la tradición y por ello a las 12:00 horas se celebró una misa en Santa María La Mayor. Al término tuvo lugar la bendición de animales y seguidamamente se hizo una subasta con los productos donados por establecimientos y vecinos. El importe de la subasta ira íntegramente para promocionar la Semana Santa Ledesmina. Se recuperará así una tracidición que muchos ledesminos todavía recuerdan.
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