La ermita de Yecla de Yeltes servirá de prueba de un proyecto que persigue evitar intrusiones en edificios históricos

Realizado por la Fundación Santa María la Real, se basa en la colocación de un acelerómetro en un lugar estratégico de la puerta permite detectar cualquier tipo de vibración en la cerradura

 FSMLR LlaveMemoria monasterio
FSMLR LlaveMemoria monasterio

Proteger edificios históricos y conservar antiguas cerraduras es el doble reto que cumple el proyecto 'La llave de la memoria', una experiencia piloto que está realizando la Fundación Santa María la Real. Muchos edificios históricos conservan cerraduras antiguas que, en ocasiones, no funcionan correctamente y que, además, pueden ser fácilmente forzadas para acceder al interior o robadas como una antigüedad. Tras intervenir en más de medio millar de sitios patrimoniales, el equipo de la Fundación Santa María la Real, decidió aprovechar su experiencia en restauración y conservación del patrimonio para dar solución al problema.

“Al trabajar en pequeños pueblos del entorno, en nuestro propio monasterio e incluso en ciudades, nos percatamos del doble riesgo que entrañan estos herrajes antiguos" explica Begoña García, directora del área de Conservación del Patrimonio de la Fundación. "Nos dimos cuenta de que las nuevas tecnologías podían ayudarnos a encontrar una solución y por eso decidimos aplicar nuestro Sistema de Monitorización del Patrimonio para mejorar la seguridad de estos lugares con un impacto visual mínimo”, añade.

La colocación de un acelerómetro en un lugar estratégico de la puerta permite detectar cualquier tipo de vibración en la cerradura. Si además ese acelerómetro está en red, conectado con el sistema de monitorización desarrollado por la Fundación, es capaz de diferenciar los movimientos normales de uso de la cerradura u otros fortuitos ocasionados por el hombre o los animales, de aquellos provocados por un ladrón o por un gamberro.

'La llave de la memoria' está pensada específicamente para edificios patrimoniales y, por lo tanto, procura que el impacto visual sea mínimo, mediante el uso de dispositivos de pequeño tamaño y bajo consumo. Por tro lado, además de mejorar la seguridad no se sustituye los antiguos herrajes o cerraduras por otras nuevas, sino que se las integra con las nuevas tecnologías.

En una segunda fase del proyecto, explica García, el objetivo será facilitar la recuperación de cerraduras o llaves antiguas perdidas o deterioradas y responder a las alertas que el acelerómetro hace saltar en el panel de control con respuestas distintas en función de cada situación como emitir un sonido disuasorio, encender la iluminación o grabar vídeo.

Cuatro casos piloto

El proyecto está implantándose en dos edificios gestionados actualmente por la entidad: el monasterio de Santa María la Real, que alberga el centro expositivo Rom, y en la antigua ermita de Canduela, transformada en un laboratorio experimental donde poder contrastar diferentes tipos de técnicas y materiales, para seguir avanzando en la conservación preventiva del patrimonio.

“Por ahora estamos en fase de pruebas, si el sistema diseñado funciona correctamente, el siguiente paso será extenderlo a otros dos edificios”, comenta Begoña García, quien precisa que los dos espacios serán la ermita de la Virgen del Castillo en Yecla de Yeltes en Salamanca y la iglesia de San Juan en Fermoselle en Zamora, dos templos en los que la Fundación Santa María la Real ya ha intervenido, dentro del Plan Románico Atlántico, promovido por la Junta de Castilla y León y Fundación Iberdrola España.


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