Caja Rural de Salamanca aprueba en Asamblea General sus cuentas con un beneficio neto de 5,6 millones

Los delegados de las juntas preparatorias sacan adelante los presupuestos anuales del ejercicio 2021 ratificando la gestión realizada

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Fachada Caja Rural.
Fachada Caja Rural.

La Asamblea General de Caja Rural de Salamanca presentó este viernes a sus socios los resultados obtenidos durante el última ejercicio, así como de las acciones más representativas realizadas. Las cuentas fueron aprobadas por unanimidad, incluido un beneficio neto de 5,6 millones.

Según informó la entidad tras el encuentro, durante la Asamblea se renovaron los cargos de Presidencia y cinco vocalías. Como consejeros, entraron Rosa Belén Bonal González y Miguel Ferrero Martín en sustitución Francisco Javier González Albertos y José Antonio Sánchez Sánchez.  

Como presidente del Consejo Rector de la entidad, Ernesto Moronta Vicente, transmitió “el honor” de presidir la Asamblea General de Caja Rural de Salamanca y agradeció su reelección junto a la de los consejeros, comprometiéndose al “desarrollo socioeconómico” de Ávila, Valladolid y Salamanca, provincias donde la entidad tiene sus oficinas físicas.  

La directora General, Isabel Martín Arija, realizó un repaso de los datos económicos, resaltando ese beneficio neto de 5,62 millones de euros, que aumenta un 44 por ciento respecto el año anterior, además de un incremento del volumen de negocio de la Caja en un cinco por ciento, llegando a 1.974 millones de euros.

El crédito a la clientela alcanzó los 566 millones de euros con un incremento anual de un 1,80 por ciento, los que compone una cartera “saneada” que sirve de “palanca” para poder impulsar nuevos proyectos e inversiones.

La buena calidad de sus activos crediticios permitió “recuperar provisiones” y además “mantener prácticamente en su totalidad el fondo constituido el pasado año para posibles insolvencias derivadas de la crisis sanitaria”.

Los depósitos a la clientela ascendieron a 1.074 millones, lo que supone un incremento de un 4,04 por ciento que, junto con los 249 millones en fondos de inversión y carteras, que se incrementaron en un 19 por ciento en el ejercicio 2021, refleja “la confianza que los clientes tienen en la gestión realizada”.  

Todo ello, junto con una ratio de morosidad de un 2,1 por ciento, un ratio de cobertura de un 83,3 por ciento y un ratio de solvencia de un 25,4 por ciento, que demuestran, según la directora general, una entidad financiera con una “fortaleza y liquidez” que la ponen en posición “propicia” para el crecimiento plasmado en su Plan Estratégico 2022-2024.

Así, la entidad financiera busca “el equilibrio” entre los clientes que demandan nuevas herramientas y una innovación necesaria para trabajar desde sus aplicaciones móviles, 'tablets' y ordenadores utilizando los canales digitales, y a su vez, seguir prestando “ese servicio personal que la diferencia”.  

Según recordó la entidad financiera, la política de sostenibilidad de la Caja impulsa los factores ASG. Es decir, “mejora del medio ambiente, atención a fines sociales y una correcta gobernanza, visualizándose en calidad en la gestión y una transparencia que le aporta valor añadido a la entidad”.  

Una forma de cumplir este compromiso lo realiza por medio del Fondo de Educación y Promoción para el que destina el diez por ciento del resultado, disponiendo así de recursos para el fomento de actividades culturales, deportivas y sociales, aparte de aquellas que repercuten en los más vulnerables.

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