Absuelto el hombre de origen marroquí acusado de agredir sexualmente a su sobrina en una finca de Doñinos "al no existir elementos que corroboren lo manifestado" por la víctima

Los repetidos cambios de la víctima a la hora de exponer los hechos han hecho que la Audiencia Provincial de Salamanca haya absuelto al varón

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La Audiencia Provincial de Salamanca ha absuelto a M.A., un varón de origen marroquí que fue acusado de agredir sexualmente en repetidas ocasiones a su sobrina en una finca de Doñinos. La sentencia, a la que ha tenido acceso SALAMANCA24HORAS.COM, y que ha sido notificada por el tribunal, expone que han decidido “absolver a M.A. del delito de agresión sexual continuado del que era acusado”, para el que el Ministerio Fiscal solicitaba una pena de diez años de prisión.

Teniendo solamente la declaración de víctima y acusado como únicas pruebas para determinar la comisión o ausencia de delito, el tribunal ha valorado minuciosamente las mismas atendiendo a la afirmación de que “Es jurisprudencia reiterada del Tribunal Supremo que las declaraciones de la víctima o perjudicado tienen valor de prueba testifical, siempre que se practiquen con las debidas garantías”, atendiendo, por tanto, a tres parámetros que consisten en “el análisis del testimonio desde la perspectiva de su credibilidad subjetiva, de su credibilidad objetiva y de la persistencia en la incriminación”.

Precisamente, y según se recoge en la sentencia, ha sido esa variación a la hora de explicar por parte de la víctima cómo sucedieron los hechos, en los que, en las primeras denuncias, presentadas ante la Guardia Civil, declaraba rotundamente que hubo penetración vaginal, sin embargo, en la vista oral expuso que no se acordaba si finalmente sucedió así.

Esta afirmación, expone el tribunal, “reiterada en varias ocasiones como se ha señalado, tiene una importancia fundamental en la calificación de los hechos, porque si la denunciante se está desdiciendo de lo expuesto anteriormente en cuanto a la existencia de la penetración, mostrando ciertas dudas sobre que esta se hubiera producido, y al ser la única prueba existente sobre dicha penetración esta declaración, la conclusión no puede ser otra que ante la propias dudas puestas de manifiesto por la denunciante, no se puede considerar que la penetración ha existido”.

Del mismo modo, la Audiencia Provincial de Salamanca, declara que la víctima hace alusión a varias agresiones sexuales previas, pero nunca detalla los hechos y realiza una mención vaga de los mismos. “En relación a las otras agresiones sexuales que menciona haber sufrido, en ninguna de ellas mantiene un discurso preciso en relación a cómo ocurrieron los hechos, incluso mantiene versiones dispares respecto al número de agresiones sufridas, así en su primera declaración ante la Guardia Civil señala que no recuerda exactamente las veces que ha sido agredida sexualmente pero que aproximadamente unas diez veces, sin embargo no relata ni brevemente ninguna de ellas solamente hace referencia a un intento de agresión en el vehículo de M.A., así se señala en el atestado”.

En relación al relato de esta agresión, “causa extrañeza a este tribunal dos cuestiones, la primera de ellas que siendo la única agresión o por la menos única que se ha puesto de relieve que ha ocurrido fuera del domicilio -en referencia a una las agresiones expuestas por la víctima en el vehículo del agresor- , la misma haya sido prácticamente obviada casi hasta el final de su extensa declaración en el acto de la vista, dando la sensación además que aparece la referencia a esta agresión ocurrida en el coche de manera accidental, que si no llega a insistir la letrada de la defensa respecto al número de agresiones, no se hubiera hecho mención a la misma”.

Por tanto, según la Audiencia Provincial de Salamanca, “expuestos estos datos tenemos que señalar que no existen elementos de carácter externo o datos objetivos de carácter periférico que tengan entidad suficiente que corroboren lo manifestado por la denunciante”.

Un juicio con muchas dudas

La vista oral de este caso se llevó a cabo el 18 de febrero de 2020 en la sala de la Audiencia Provincial de Salamanca. En ella se acusaba a M.A., por, presuntamente, violar en repetidas ocasiones a su sobrina en una finca de Doñinos. Un juicio, no obstante, que estuvo marcado por muchos interrogantes e indecisión en las declaraciones de ambos intervinientes, puesto que, a pesar de llevar varios años en España, acusado y víctima tuvieron que hacer uso de interprete. Algo que no cambió el devenir de la vista oral, pero que sí dificultó el desarrollo y la exposición de los hechos, puesto que la persona encargada de traducir admitió hablar un dialecto diferente de árabe al de acusado y víctima, por lo que en algunas ocasiones no se pudo expresar con claridad las respuestas de sus interpretados.

Precisamente, por esta dificultad a la hora de expresarse y entenderse, el máximo representante del Tribunal tuvo que interrumpir la vista para ofrecer la posibilidad de no continuar con el juicio si la defensa del acusado lo creía pertinente. El acusado se negó porque “no quiere volver a pasar por esto mismo” y decidió continuar, con la condición de expresar por escrito algunas cosas que no terminara de entender.

El acusado negó categóricamente y en todo momento haber sido el autor de cualquier tipo de acción sexual en contra de la víctima, S.A., afirmando además que “todo es mentira y no pasó nada”. Por otra parte, añadió que precisamente esta denuncia “llegó porque yo le advertí a la víctima que iba a denunciar a su novio por amenazarme; algo que hacía por redes sociales recalcando que me iba a quemar la casa y joder a mi mujer”.

Por su parte la víctima, que en el momento de los supuestos hechos tenía 23 años de edad, afirmó que “la relación con el marido de mi tía era muy buena, nos llevábamos como hermanos. De hecho, él me contó que ya no mantenía relaciones con su mujer y que a ver si yo le podía decir algo para ayudarle”.

Entre lágrimas, la presunta víctima, expuso los hechos como los recordaba de aquel día de verano de 2017. “Mi tía se quedó en el hospital con su hijo y entonces yo me fui en coche con M.A. allí ya comenzó a reírse diciéndome que hoy íbamos a estar solos”. En la misma intervención la víctima detallço que cuando llegó a casa preparó la cena y después de cenar se fue a su habitación a rezar, “en ese momento apareció él y me dijo que quería hablar conmigo, porque siempre le había gustado. Me dijo que tenía una forma de la boca muy bonita y que seguro que la parte de abajo era igual. Fue una frase que no olvidaré nunca".

"Después -prosigue la víctima- se abalanzó sobre mí y me tapó la boca, me rompió el pijama y me bajó los pantalones; yo me quedé en estado de shock y no recuerdo si me penetró o no”. Sin embargo, la propia víctima explicó que a la mañana siguiente se encontró las sábanas llenas de sangre, “como estaba tiesa no sabía si me había penetrado, pero como en ese momento era virgen y vi las manchas de sangre ya es cuando me di cuenta de que sí lo había hecho. Cuando le recriminé su actitud y le enseñé las sábanas me dijo: no toques la cama que le voy a hacer una foto con el móvil”.

Según el testimonio de la víctima, del que ya se especificó en este medio en la crónica del juicio que no estuvo exento de imprecisiones y contradicciones, admitió que la llegó a agredir en al menos dos ocasiones más: una en el salón y otra en la misma habitación cuando ella se estaba echando una siesta, amenazándola con que, si contaba algo, la mataría y la enterraría allí mismo.

Por otro lado, a reiteradas preguntas de la defensa del acusado sobre los motivos por haber tardado tanto en denunciar los presuntos hechos, puesto que fueron denunciados varios meses después, la víctima aseguró que “tenía miedo y no quería destrozar la familia”

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