El accidente de Galisancho en el que murieron cuatro jóvenes será juzgado a mediados de octubre

El conductor del vehículo, A.J.L., se enfrenta a un delito de homicidio imprudente

Así quedó el vehículo tras el accidente de Galisancho
Así quedó el vehículo tras el accidente de Galisancho

En la madrugada del 21 de julio de 2019 sucedió una de las mayores tragedias recientes de la provincia de Salamanca. Cuatro jóvenes vecinos de Alba de Tormes -de entre 17 y 20 años- perdían la vida en un accidente a la altura de Galisancho cuando volvían de las fiestas de Santa Inés.

Un suceso que conmocionó no sólo a la comarca de Alba, sino a toda Salamanca, y que ahora será juzgado en la Audiencia Provincial los próximos 17 y 18 de octubre. Y es que el conductor, A.J.L., se enfrenta a un delito de homicidio imprudente por el que podría acabar en prisión, ya que está penado con entre uno y cuatro años de cárcel.

En concreto, se le juzgará por cuatro delitos de homicidio imprudente -y uno de lesiones- por varios motivos: el conducir bajo los efectos del alcohol, así como de las drogas -dio positivo tanto en cocaína como en TCH en el análisis como en el contraanálisis-, y por un exceso de velocidad que pudo ser la principal causa del accidente.

Asimismo, también se le juzgará por el número de ocupantes del coche, ya que en el turismo siniestrado iban seis personas, cuando apenas tenía cinco plazas. Eso sí, el conductor aseguró ante el juez en septiembre de 2019 que no recordaba “por el golpe en la cabeza” el número de pasajeros que iban junto a él.

Un accidente que marcó a todo un pueblo

El domingo 21 de julio, poco antes de las 07:30 horas de la mañana, entraba una llamada al Servicio de Emergencias de Castilla y León alertando de que un turismo se había salido de la carretera DSA-130 -que une pueblos como Ejeme, Galisancho y Galinduste con la carretera de Alba de Tormes- a la altura de Galisancho, impactando de manera violenta contra un árbol.

Sin embargo, la tragedia comenzó en ese mismo momento, cuando los alertantes se dieron cuenta de que en el coche había seis jóvenes de Alba de Tormes -mismo pueblo del que eran ellos- que volvían de las fiestas de Santa Inés y que habían resultado heridos de gravedad por el choque.

Hasta allí se desplazaron rápidamente una dotación de los Bomberos de la Diputación de Salamanca, la Guardia Civil de tráfico, un helicóptero sanitario, una UVI móvil, tres ambulancias con soporte vital básico y dos equipos médicos de Alba de Tormes para atender a los involucrados.

Sin embargo, al llegar, sólo pudieron certificar la muerte de V.L.E. y R.G.G., de 17 y 20 años, respectivamente, que habían fallecido en el acto; otra joven, R.G.G., de 17 años, perdía la vida de camino al Hospital; y un cuarto, R.V.S., de 19 años, llegaba a recibir atención médica en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, pero fallecía en la tarde del domingo como consecuencia de las graves heridas sufridas.

Así, sólo sobrevivían el conductor, A.J.L., de 29 años de edad; y el copiloto, A.Z.M., de 25 años. Ambos resultaron heridos graves -tuvieron que ser excarcelados por los Bomberos- y eran trasladado al hospital Virgen de la Vega, donde permanecieron ingresados varios días hasta que se recuperaron de las graves lesiones.

El golpe anímico en Alba de Tormes fue devastador. Al día siguiente, en el funeral de los cuatro jóvenes fallecidos, que se celebró en el Pabellón Municipal de la villa ducal, el ambiente era desolador. Nadie llegaba a creerse lo sucedido y todos los allí presentes hablaban de “una generación perdida”, puesto que además se trataba de cuatro jóvenes muy implicados con el pueblo.

Ahora, más de dos años después, es turno para que la justicia determine si el conductor, A.J.L., es culpable de cuatro delitos de homicidio imprudente o si, por el contrario y como él ha defendido, fue una víctima más que perdió a cuatro amigos.

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