Una amistad destruida por una noche de borrachera y una brutal agresión en San Pablo

El Juzgado de lo Penal número 1 de Salamanca ha acogido en la mañana de este miércoles, 5 de junio, el juicio contra cuatro jóvenes de entre 23 y 25 años que en la madrugada del 21 de marzo de 2018 agredieron presuntamente a otro joven en la calle San Pablo. El ataque ocasionó una lesión permanente a la víctima en una pierna, sufriendo una fractura de tibia y peroné por la que tuvo que ser operado y pasó 124 días incapacitado. La representante del Ministerio Fiscal solicitaba en su escrito de calificación previo una condena de 1 año y medio de prisión para todos ellos, así como el pago de una indemnización superior a los 20.000 euros como compensación a la víctima

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El juicio se ha desarrollado durante casi dos horas y en él los cuatro jóvenes acusados han decidido contestar a las preguntas de las partes. Los hechos, relatados por ellos mismos, indican que uno de ellos residía en Salamanca y los otros tres habían llegado desde Burgos para pasar al menos un día en su casa. Tal y como han afirmado, por entonces eran amigos, pero el suceso que presuntamente protagonizaron enquistó la relación, hasta el punto de que los lazos de confraternidad han quedado completamente destruidos. 

Los cuatro salieron de fiesta sobre las 23:00 horas y durante la madrugada bebieron "bastante". Chupitos, cerveza, calimocho y algún que otro cubata, tal y como han explicado. Los acusados y el grupo de la víctima coincidieron en una discoteca de Bermejeros, y a la salida, uno de los acusados, identificado por todos como J.G.G., trató de prenderle fuego presuntamente a la cazadora de uno de los amigos de la víctima. Ese fue el primer encontronazo, pero no fue a mayores.

Sin embargo, horas después, sobre las 04:30 horas de la madrugada, ambos grupos coincidieron en la intersección de San Pablo con Rector Esperabé. Al menos dos de los acusados comenzaron a montar jaleo, pidiendo tabaco al otro grupo, que trató, según han explicado todos, incluso los presuntos agresores, de marcharse del lugar porque "no querían problemas".

Los cuatro "amigos" se acusan mutuamente de la agresión

El primero de los acusados en comparecer, G.R.S., ha afirmado que fue su por entonces amigo, J.G.G., el que comenzó a provocar al otro grupo. "Los otros chicos le dijeron que no querían problemas y él empezó a soltarles puñetazos. Fue todo muy rápido pero uno de los chicos cayó al suelo y perdió el conocimiento", ha contado G.R.S. 

El joven ha explicado que recriminó a su amigo J.G.G. su actitud. "Luego pregunté al chico del suelo cuando recobró la consciencia si estaba bien. Mi amigo J.G.G. le había dado un puñetazo en la cabeza", ha comentado sin ningún género de dudas. "Estaba cerca y vi el golpe. No sé si al caer se pudo tropezar con alguien y hacerse aquella lesión. Habíamos bebido bastante", ha comentado. Fue en ese momento cuando llegó la Policía Local y, según el relato de los cuatro acusados, J.G.G. aprovechó para huir. "La Policía le encontró en la calle Mozárbez porque sabían que volvería a mi casa", ha explicado en su declaración. Antes de concluir, G.R.S. ha reiterado que él no agredió a nadie. "Al revés, traté de apaciguar los ánimos y le recriminé lo ocurrido a mi amigo", ha concluido.

El segundo en comparecer ha sido precisamente J.G.G., que se ha defendido de las acusaciones de su amigo como el autor material de la brutal agresión. "Me encaré con uno pero no pegué a nadie en ningún momento. Estoy seguro de ello". Sin embargo, a preguntas de por qué en sede policial afirmó que no llevaba gorra en el momento del suceso, para luego decir que sí la llevaba; y sobre su huida de la Policía, ha explicado que se fue "andando", que no escapó de los agentes.

El tercero de los acusados, P.V.R., también ha señalado que "los chicos no querían problemas y J.G.G. sin ton ni son le pegó un puñetazo" a la víctima. En su caso, P.V.R. ha reiterado que "por entonces éramos amigos. Vamos, yo en mi casa no meto a cualquiera y habíamos salido muchas veces juntos". 

Por último, G.R.M., ha respondido de manera muy curiosa al ser preguntando sobre si la agresión la había cometido J.G.G.. "Estoy seguro que yo no fui, y en el momento de la agresión al grupo de la víctima nos habíamos enfrentado J.G.G.". Después, a preguntas de la defensa de J.G.G. ha sido más explícito. "Él nos pidió que declarásemos a la Policía y en el Juzgado de Instrucción que no sabíamos quién había dado el puñetazo, porque J.G.G. se iba a inculpar". 

Sorprendentemente, los amigos de la víctima reconocen a P.V.R. como el agresor y no a J.G.G.

Cuando parecía que J.G.G. era el presunto autor de la brutal agresión, o al menos así lo habían mantenido sus tres examigos; le ha tocado el turno de declarar a la víctima y los tres amigos que se encontraban con él en el momento de los hechos. La víctima ha declarado por videoconferencia y ha explicado que, como consecuencia del golpe, perdió el conocimiento, por lo que no pudo ver al agresor. 

Pero sus amigos han sido más explícitos y han dejado boquiabiertos a los presentes. Uno de ellos ha afirmado con rotundidad que J.G.G. no había sido, ya que se encontraba forcejeando con él. Misma declaración que la del segundo amigo de la víctima, que ha dicho que "hubo un tumulto muy rápido, pero J.G.G. no pudo ser ya que él había iniciado la discusión y se encontraba encarado con nosotros".

Finalmente, el tercer amigo de la víctima ha indicado que vio con total nitidez la agresión, y que fue P.V.R., el que "por detrás" asestó un puñetazo en el parietal derecho a la víctima, que cayó redonda. 

Eso sí, los cuatro amigos de la víctima han tenido tiempo de exculpar al acusado G.R.S.. "El no se metió en la pelea. Al revés, trató de separar al grupo y le recriminó lo ocurrido a dos de sus amigos".

La fiscal retira la acusación contra G.R.S.

En sus conclusiones finales, la representante del Ministerio Fiscal ha mantenido la acusación contra J.G.G., P.V.R. y G.R.M., indicando que los tres participaron activamente en los hechos. Finalmente, ha retirado la acusación contra G.R.S., al considerar probado que no intervino en la brutal agresión y ha desechado considerar la atenuante por ingesta de alcohol, ya que no ha quedado debidamente acreditada a su parecer.

Por su parte, la defensa de J.G.G. ha señalado a la magistrada que lo único que han tratado los otros tres acusados es de "escurrir el bulto y cargarle la culpa a mi defendido", ya que los testigos, que tienen obligación de decir la verdad, han reconocido que la agresión no la cometió J.G.G.. El juicio ha quedado visto para sentencia con la solicitud de la abogada de P.V.R. y de G.R.M. de que sus defendidos sean absueltos. 

La vista oral, eso sí, ha demostrado la facilidad con que una pésima acción efectuada en pocos segundos puede dar al traste con una amistad. 

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