En su sentencia, los magistrados consideran probado que en la mañana del 6 de diciembre de 2016 y procedentes de la localidad gaditana de Algeciras, llegaron a la ciudad de Salamanca en un vehículo Ford C-Max el autor de los hechos y tres amigos, al parecer, con el fin de vender en la ciudad una partida de hachís.
Ya en la capital salmantina, J.M.A. trabó contacto telefónico con una conocida suya, residente en Santa Marta de Tormes, para ofrecerle la droga o, en caso de no quererla, pedirle información acerca de personas que sí estuvieran interesados en la sustancia estupefaciente.
La mujer de Santa Marta no estaba interesada en la compra de la droga pero, sin embargo, se puso en contacto con otro hombre para ver si él estaba interesado, contestándole éste que no tenía dinero para adquirirla, pero que, como atravesaba dificultades económicas, quería o pensaba hacerse con ella sin pagar nada, es decir, robándola de sus poseedores. Para ello le pidió a su amiga que concertara una reunión para poder conocer y localizar a los llegados de Algeciras.
Se propició así el encuentro en torno a las 22:00 horas de ese mismo día en las inmediaciones de una gasolinera situada en las proximidades de Santa Marta. La mujer de Santa Marta se presentó sola a la cita, pero en otro coche, un Seat Ibiza, a pocos metros de la gasolinera, se encontraba el hombre que pretendía robar la droga, acompañado de un familiar.
Una vez acabada la reunión entre el ahora condenado y la mujer que indicó que, realmente, no estaba interesada en adquirir la mercancía, se despidieron y los llegados de Algeciras iniciaron el viaje de nuevo hacia la provincia de Cádiz, tomando la autovía A-66 en dirección Cáceres.
El hombre que quería robar la droga y su acompañante emprendieron la marcha detrás de ellos en el Seat Ibiza, siguiendo al vehículo Ford C-Max. Al llegar a la altura del kilómetro 365,8, en el término municipal de Beleña, el coche que seguía a los de Algeciras decidió cortar el paso y darles el alto, logrando que detuvieran su marcha.
Los dos hombres salieron del coche y simularon ser agentes de la Guardia Civil, exhibiéndoles una placa falsa. Además, haciendo uso de un walkie-talkie simulado, a modo de transmisor de la Guardia Civil, la víctima les dijo que no se movieran del interior del vehículo, abriendo su maletero en busca de la droga pretendida, y rebuscando para detectar donde podía encontrarse.
En un momento determinado, sospechando los procesados que los dos individuos no eran, en verdad, guardias civiles, salieron del coche con el fin de hacerles frente y evitar que les quitasen la droga. Se produjo un rifirrafe y J.M.A. asestó varias puñaladas a los dos falsos agentes, causando heridas que poco después provocarían la muerte a uno de ellos. Sin embargo, pese a las heridas lograron subirse al coche y escapar del lugar.
Con mucha dificultad y huyendo, consiguieron conducir el Seat Ibiza y pilotar unos breves kilómetros pero, al llegar al kilómetro 367,9 de la carretera N-630 (Gijón-Sevilla), a consecuencia de las heridas poco antes sufridas, el conductor se desvaneció y perdió el conocimiento, en torno a las 23:20 horas de dicho 6 de diciembre, terminando por salirse el coche de la calzada y volcando lateralmente.
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