La desaparición de Francisca y su conexión con el misterioso caso sin resolver del cadáver de El Encinar

Hace ocho meses, el 29 de junio de 2018, fue encontrado en un paraje próximo a la urbanización de Terradillos el cuerpo sin vida de una mujer, que llevaba mucho tiempo muerta. Meses después, los familiares de una mujer de avanzada de edad denunciaron su desaparición a la Guardia Civil de Salamanca. Esta es la historia que establece una conexión entre los dos sucesos

 El Encinar
El Encinar

En la tarde del 29 de junio de 2018, el cuerpo sin vida de una mujer fue hallado en un paraje muy próximo a la urbanización de El Encinar, situada en la localidad de Terradillos. El cadáver se encontraba en una zona de difícil visibilidad, cubierto por maleza y presentaba un avanzado estado de descomposición. Además, le faltaban partes del cuerpo, concretamente de las extremidades, que probablemente según señalaron fuentes oficiales, habrían devorado las alimañas.

Tras la investigación de la Guardia Civil y realizada la autopsia, se pudo determinar que el cuerpo era el de una mujer mayor y que llevaba incluso meses muerta. También se descartó una muerte violenta. Días después, la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, respondió a preguntas de los periodistas que, sobre el hallazgo del cadáver, se estaban "realizando las averiguaciones policiales y cotejando el ADN con la base de datos de desaparecidos", ya que ni Guardia Civil ni Policía Nacional tenían denuncias de personas sin localizar que respondieran a las características de la víctima. Ocho meses después del hallazgo no ha habido ninguna explicación oficial más al respecto.

Bueno, en realidad una sí. El 29 de noviembre de 2018, cuando se cumplían cinco meses de la aparición del cuerpo en El Encinar, la delegada del Gobierno acudió a la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca para dar a conocer una importantísima aprehensión de droga realizada por los agentes salmantinos, en un camión repleto de naranjas que servía para esconder un cargamento de 1.335 kilos de hachís. En la ronda de preguntas de los periodistas, Barcones y la subdelegada del Gobierno en Salamanca, Encarnación Pérez, volvieron a dar explicaciones sobre el tema, afirmando que seguía sin haber ninguna pista sobre la aparición del cuerpo, porque nadie lo había reclamado.

Sin embargo, la publicación de nuevo en los medios de la ausencia de novedades del caso, concretamente en SALAMANCA24HORAS, llamó la atención de un abogado salmantino, que reparó ese día en que llevaba mucho tiempo sin ver a una cliente de avanzada edad que hasta hacía unos meses le visitaba con frecuencia. El letrado reparó en que la mujer contaba entre sus propiedades con una vivienda en El Encinar y decidió ponerse en contacto con sus familiares para preguntar por su paradero.

La desaparición de Francisca

Francisca Marcos V., de 85 años, vive —o al menos vivía hasta hace un tiempo— a caballo entre Salamanca y Ávila desde hacía muchos años. Nacida en un pueblo de la comarca de Guijuelo aunque ya sin lazos con él, residía en compañía de su hermana, una mujer que tenía movilidad reducida y que necesitaba de la ayuda de Francisca para poder disponer de cierta calidad de vida. Ambas eran muy reservadas e introvertidas, especialmente Francisca, que iba y volvía y nunca daba explicaciones. Sin más familia que unos sobrinos con los que tenía muy poca relación, la situación de Francisca se deterioró cuando hace un par de años y por el mes de mayo, falleció su hermana. Fue en ese momento cuando se recluyó en sí misma aún más.

"Sabíamos que lo estaba pasando mal, porque había fallecido la hermana con la que había vivido la mayor parte de su vida, pero ella seguía sin querer cambiar su modo de vida, pese a su edad. Viajaba de Hervás a Ávila y de regreso a El Encinar, donde tenía una casa, después de haber vendido otra que tenía en Salamanca", cuenta María, su sobrina, residente en Segovia. "Hasta hace unos meses cuando quería saber de nosotros nos llamaba por teléfono. Si lo hacíamos nosotros casi nunca atendía. Pero un día dejó de llamar", afirma la mujer, que indica que no tiene ni una sola foto actual de Francisca, sólo las antiguas de la familia.

Claro, sus sobrinos se preocuparon, y más cuando leyeron lo de la aparición del cadáver de El Encinar, por lo que primero hablaron con el abogado de Francisca, y después, en los primeros días de diciembre, se pusieron en contacto con la Guardia Civil de Salamanca para denunciar la desaparición de la anciana. Fue entonces cuando el Instituto Armado recibió la mejor pista para resolver la identidad del cuerpo aparecido en junio en la urbanización de Terradillos. 

"Tenemos miedo de que se encuentre recluida en algún sitio contra su voluntad", indica María. Francisca es una persona muy creyente, que "estaba volcada con la religión" y seguidora de famosos casos de videntes de otras épocas, como el de la finca Prado Nuevo de El Escorial. "Me asusta que pueda encontrarse en una secta", aclara su sobrina. "Mi tía es una buena persona pero a la que no le gusta que se metan en su vida y le pidan explicaciones. No queremos que se nos malinterprete, no buscamos su herencia ni dinero porque no teníamos casi relación, pero queremos saber qué ha ocurrido con ella, por qué ha desaparecido así. Si nos dijeran que está bien y que no quiere saber nada de nosotros, al menos nos tranquilizaríamos", finaliza María.

Un análisis de ADN 

Entretanto, también se ha podido constatar que en todo este tiempo no ha habido ningún movimiento en sus cuentas bancarias que puedan indicar si Francisca sigue viva o no. El hermano de María se entrevistó con los agentes que llevan el caso y tras responder a unas preguntas se optó por realizar una prueba de ADN, con el fin de determinar si el cuerpo de El Encinar es el de Francisca.

Casi un mes después de la prueba y siempre según fuentes oficiales de la Guardia Civil consultadas por SALAMANCA24HORAS, el resultado ha sido "no concluyente", pero eso no significa que Francisca no sea la mujer aparecida en Terradillos. Al no tener descendencia ni hermanos vivos y realizarse la prueba con el ADN de un sobrino, resulta muy complicado determinar con seguridad, ya que el examen no arroja una incompatibilidad definitiva, pero tampoco supera la probabilidad exigida.

El caso vuelve, por tanto, a emborronarse. La Guardia Civil va a tener que seguir buscando pruebas que clarifiquen los dos casos y, quizás, los relacionen —o no— del todo. Es posible que todo pase por solicitar un registro en las casas de Francisca. Mientras tanto, nada se sabe de ella y el reloj sigue corriendo. 

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