Un empresario, afincado en Salamanca, ha sido absuelto por la Audiencia Provincial de Valladolid al no poder determinar si el acusado formaba parte de un intercambio de droga como cliente o como camello cuando fue interceptado por agentes de la Guardia Civil.
Los hechos se produjeron en la tarde del 11de septiembre de 2018 a las puertas del cementerio de la localidad de Alaejos,donde una patrulla de la Guardia Civil que pasaba por allí de forma casual vioestacionados en línea dos vehículos y, tras aproximarse a ellos, observó a unode los conductores apearse y plantarse ante la ventanilla del otro, el acusado y vecino de Salamanca.
Los agentes, que entonces creyeron haber presenciado cómo elprocesado hacía entrega al otro de un ?papelina? de cocaína, reconocierondurante el juicio la imposibilidad de certificar con seguridad quién de los dosejercía el papel de ?camello? y quién el de comprador de la sustancia.
Atribuyeron aquel día los papeles a uno y otro ya que detuvieronal acusado con 30 euros en la mano que pensaron que acababa de recibir delsupuesto cliente a cambio de una ?papelina? con un peso de 0,44 gramos queintervinieron al segundo, si bien en la vista oral del juicio, celebrado elpasado 10 de enero, ninguno de los dos agentes pudo descartar la posibilidad deque sorprendieran a los dos sospechosos antes de que se produjera el ?pase? desustancia.
De hecho, el propio acusado, un empresario residente en Salamanca,mantuvo su inocencia y ha asegurado que había quedado con el otro detenido alas puertas del camposanto para que este último le suministrara la droga, dadasu condición de consumidor ocasional.
Autoinculpación del testigo
Pero lo más llamativo del caso es que incluso la persona que fueinterceptada aquel día junto a él, se autoinculpó en el juicio y ha corroboradola versión del acusado, y todo ello a pesar de la advertencia realizada por elmagistrado que presidía la sala respecto de que tal declaración pudieravolverse en su contra y traducirse en la apertura de un procedimiento contra élpor tráfico de drogas.
Pese a mantener su papel de suministrador, el testigo ha matizadoentonces que no tenía previsto percibir dinero alguno por la droga que iba aentregar al procesado y cuya transacción abortó la Guardia Civil.
Finalmente, el tribunal ha absuelto al acusado e incluso haordenado que le sean devueltos los 30 euros que había intervenido la GuardiaCivil.