Las fiestas y las reuniones de amigos en casas han sido desde hace años uno de los motivos por el que los vecinos de la capital del Tormes más se han quejado o llamado directamente a la Policía Local.
A pesar de que Salamanca ha podido presumir de tener una noche tranquila, la madrugada se ha empañado por las llamadas de diferente charros a las autoridades para, o bien cortar de raíz los fuertes ruidos en los domicilios, o para, si fuera necesario, proponer para sanción en el caso de que se hayan sobrepasado los decibelios.
Durante las altas horas del sábado al domingo se han recibido cuatro llamadas por este motivo en la ciudad charra dejando, únicamente, un positivo en la calle Rodillo a las 23:31 horas.
Por lo demás, no ha habido que destacar grandes intervenciones en el centro, que parece que se ha visto tranquilo después del carnaval a pesar de despedir los universitarios el último fin de semana de febrero.