Investigan a dos furtivos por cazar desde un vehículo en Miranda de Azán

Fueron sorprendidos por agentes de Seprona cuando lanzaron dos escopetas y tres pájaros muertos por la ventanilla del vehículo

Motocicletas de Seprona de la Guardia Civil de Salamanca
Motocicletas de Seprona de la Guardia Civil de Salamanca

La Guardia Civil ha interceptado a dos varones sospechosos de caza furtiva en las inmediaciones de la urbanización Las Liebres, en el término municipal de Miranda de Azán (Salamanca), cuando presuntamente intentaban abatir ilegalmente especies cinegéticas en periodo de veda.

Los hechos ocurrieron gracias a la vigilancia continua que realiza el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Comandancia de Salamanca en su lucha contra la caza irregular, y a la colaboración ciudadana. Agentes del SEPRONA de Peñaranda de Bracamonte detectaron un vehículo con dos ocupantes que circulaba de forma sospechosa, a baja velocidad y con constantes paradas y giros bruscos, en actitud de búsqueda de piezas para abatirlas.

Al percatarse de la presencia policial, los individuos arrojaron por las ventanillas varios objetos que fueron recuperados tras una inspección minuciosa de la zona. Los agentes localizaron dos escopetas de color negro y tres aves muertas: una tórtola turca (Streptopelia decaocto), un carbonero común (Parus major) y una golondrina común (Hirundo rustica). Dos de estas especies están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE), y todas ellas fueron abatidas fuera del periodo permitido de caza.

27 05 2025 FURTIVO
27 05 2025 FURTIVO

La inspección del vehículo reveló restos de plumas en diferentes partes del interior, coincidentes con las especies halladas. Ante estos hechos, los agentes procedieron a la incautación de las armas y las piezas de caza, e iniciaron diligencias de investigación por un presunto delito contra la flora y la fauna, tipificado en el Código Penal.

La Guardia Civil recuerda que la caza furtiva no solo representa una amenaza para la biodiversidad, sino que constituye un delito penal que puede acarrear penas de prisión, multas económicas y la inhabilitación para la tenencia de armas. Además, agradece la colaboración ciudadana que ha sido clave en este caso para frenar una nueva infracción contra el medio ambiente.

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