Montoya limpió con lejía su casa para limpiar pruebas del crimen de Laura Luelmo

El asesino confeso dijo a los agentes que "se encaprichó de ella". Su primera versión de los hechos está prácticamente descartada

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La investigación del crimen de la joven zamorana Laura Luelmo, realizada por la Guardia Civil, descarta la versión ofrecida por Bernardo Montoya. El hombre confesó el crimen, pero mintió en casi toda su versión de los hechos.

La Guardia Civil confirma que la primera versión ofrecida por Bernardo Montoya carece de toda veracidad. Tal y como publica el diario ABC, el asesino confesó llevó a Laura Luelmo hasta su casa, mismo lugar en el que la violó y la asesinó a golpes. Así lo confirman los restos de sangre de la joven que han aparecido en la vivienda de Montoya, situada justo enfrente de la casa recién alquilada por la profesora zamorana en El Campillo (Huelva). Después, Montoya fregó con lejía, tanto esa sangre como la propia ropa que él vestía, tal y como detectó la luz forense aplicada por el equipo central de inspecciones oculares del Instituto Armado durante el registro realizado el miércoles.

La última versión ofrecida por Bernardo Montoya es que los hechos se iniciaron cuando la propia Laura acudió a pedirle indicaciones para encontrar un supermercado en la zona. Montoya habría ofrecido indicaciones falsas para llevarle a un callejón sin salida. Tras eso, y seguir a la joven zamorana, “la cogió y golpeó violentamente su cabeza contra el maletero de su vehículo. Ella caería inconsciente al suelo y con una cuerda Bernardo le ató las manos y le metió en su maletero del coche”.

Una versión que ha sido totalmente descreditada en la mañana de este jueves con las últimas pruebas encontradas. La Guardia Civil ha encontrado en la vivienda de Montoya sangre de la joven fregados con lejía. Además, tanto la señal del móvil de ella, como la de su agresor, los sitúan en dicha vivienda el pasado 12 de diciembre.

Montoya dijo que "se encaprichó" de Laura

Tras la agresión, que no debió de ser mortal ya que las primeras pruebas forenses indican que la muerte se produjo entre 48 y 72 horas después de la desaparición, Montoya introdujo a Laura en el maletero de su coche, envuelta en una manta y condujo hasta el paraje donde fue encontrado el cuerpo, a unos 4 kilómetros de El Campillo.

En su confesión, el sospechoso aseguró que la dejó inconsciente, y no se descarta que pudiera ser así, ya que el cadáver estuvo varios días al aire libre.

Según ABC, Montoya dijo a la Guardia Civil que "se encaprichó" de Laura. Los investigadores no creen su versión de que la condujo hasta un callejón, sino que sospechan que la acorraló en la misma puerta de la casa alquilada por la profesora zamorana y la obligó a entrar en la suya.

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