La 'mujer de la baldosa' que causa destrozos en puertas y escaparates del centro por puro placer

Esta singularidad la ha puesto en práctica una mujer de 36 años que el pasado fin de semana fue sorprendida por agentes de la Policía Nacional mientras golpeaba repetidamente la luna de un escaparate de la calle Bientocadas con un trozo de baldosa. Antes, había causado destrozos en la puerta de otra tienda 

 Intento de robo en una tienda de Salamanca
Intento de robo en una tienda de Salamanca

Pese a que las estadísticas confirman que Salamanca es una ciudad segura, muchos dueños de negocios, por pura veteranía, conocen al dedillo los distintos métodos que tienen los ladrones para entrar a robar. Está el ya clásico bumping, una técnica sencilla que se realiza con una llave manipulada y un destornillador; también está el golpe contra el escaparate con cualquier objeto pesado y contundente; y si al ladrón le da igual todo, el alunizaje, con un vehículo que hace las veces de ariete. En todos estos métodos existe una relación de causa y efecto, porque el destrozo desemboca en el robo; pero en los últimos días ha aparecido una nueva modalidad: ocasionar el estropicio en el comercio por el mero placer de hacerlo, sin llegar a llevarse nada del interior. 



En este caso, esta singularidad la ha puesto en práctica una mujer de 36 años —y cuatro antecedentes policiales— que el pasado fin de semana fue sorprendida por agentes de la Policía Nacional mientras golpeaba repetidamente la luna de un escaparate de la calle Bientocadas con un trozo de baldosa. La mujer permaneció golpeando el cristal durante un largo periodo de tiempo, ya que primero fue descubierta por un vecino de la zona que dio aviso a los agentes, que a su llegada tuvieron el suficiente tiempo para ser testigos de lo que estaba haciendo y arrestarla. La mujer ahí seguía, como si nada, mientras la luna de protección del negocio apenas sufría unos golpes.

Además, una vez que los agentes le pidieron que dejara de golpear el cristal, comenzó a insultarles y a amenazarles con denunciarles por agresión y por haberla violado.

Sin embargo, según ha podido saber SALAMANCA24HORAS y puede constatarse en el vídeo que acompaña a estas líneas, la mujer de la baldosa había hecho lo mismo en otro negocio cercano, en el que también armada con un adoquín, había causado daños en la cerradura y en el propio cristal de la puerta del local, pero sin aplicar la fuerza suficiente para romperlo, lo que indica que estos actos son una especie de divertimento. Un pasatiempo que para el dueño del establecimiento no es para nada gracioso, ya que el arreglo de la cerradura y la reparación de los golpes en el cristal ascienden a 1.500 euros. 

Tras su detención, la mujer ya se encuentra en libertad con cargos, por lo que no se descarta que próximamente vuelva a hacer de las suyas. Total, en una ciudad como Salamanca baldosas le sobran.   

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