Narcosubmarinos, rutas diversificadas y cada vez más violencia: la Fiscal Jefe Antidroga elabora un retrato del narcotráfico en España
Salamanca se posiciona como un puente que enlaza las redes que conectan Portugal con el resto de España, lo que facilita la entrada de sustancias como la cocaína y el hachís que, posteriormente, son redistribuidos a otros puntos del país como Madrid
Pese a que en Salamanca el narcotráfico no se manifiesta con la crudeza con la que sí lo hace en otros puntos de España, las redes criminales dedicadas a ello operan bajo dinámicas tan estructuradas como claras.
Las organizaciones criminales vinculadas al tráfico de droga aprovechan la situación geográfica estratégica de la que goza tanto la capital del Tormes como la provincia.
Salamanca se posiciona como un puente que enlaza las redes que conectan Portugal con el resto de España, lo que facilita la entrada de sustancias como la cocaína y el hachís que, posteriormente, son redistribuidos a otros puntos del país como Madrid.
En lo que a los grupos locales se refiere estos se limitan, mayoritariamente, al almacenaje y a la distribución a pequeña escala trazando, así, un esquema claro de cómo se establecen las redes dedicadas al narcotráfico a nivel nacional: proveedores que introducen la droga que se vende a intermediarios que la ocultan en pisos o naves destinada redes de menudeo.
Lo cierto y verdad es que Salamanca no se erige como uno de los epicentros ni de porducción ni consumo masiva nivel nacional pero, eso sí, se ha posicionado como una pieza estratégica de un engranaje criminal que busca diversificar rutas y burlar los controles policiales.
Sin ir más lejos, el pasado 17 de septiembre, un varón ingresó en prisión tras ser interceptado en Navacarros transportando 76,8 kilogramos de hachís en su vehículo.
La actuación de la Guardia Civil que permitió esta detención, cabe recordar, se enmarcó dentro del Plan TELOS, un operativo diseñado para combatir la entrada de hachís procedente de Marruecos.
En lo que al menudeo de drogas en Salamanca se refiere, hay que subrayar que influye notablemente la existencia de barrios periféricos y zonas rurales aisladas -la conocida como España vaciada- lo que ha sido aprovechada por redes locales no solo para el menudeo, sino también para la ocultación de drogas o mercancía robada.
Una de las incautaciones más recientes en la provincia, junto a la de Navacarros, tuvo lugar en Béjar. Este municipio se convirtió, el pasado agosto, en el escenario de la detención de dos jóvenes en la plaza mayor tras ser interceptados con 270 gramos de hachís, 14 papelinas de cocaína, una balanza de precisión y un cuchillo con restos de hachís, además de material para preparar y envolver las dosis.
Los hechos tuvieron lugar cuando los agentes, que ya conocían a los individuos, advirtieron que presentaban una actitud sospechosa, motivo por el cual procedieron a interceptarlos pese a que estos trataron de huir, inútilmente, en taxi.
Para combatir esta lacra a nivel nacional existe La Fiscalía Especial Antidroga, una moneda con dos caras: la Fiscalía de la Audiencia Nacional, en su sede central, y de Fiscalía Especial coordinadora de la actividad del Ministerio Público relacionada con el tráfico de drogas, a través esencialmente de sus delegados territoriales (cabe señalar que Salamanca carece de un delegado territorial en este ámbito).
En la Audiencia Nacional, esta fiscalía interviene directamente en los procesos penales relativos a delitos vinculados al tráfico de drogas y estupefacientes y a delitos de blanqueo de capitales relacionados con el narcotráfico.
La fiscal jefe de la Fiscalía Especial Antidroga, Rosa Ana Morán, ha concedido una entrevista a Salamanca24horas.com en la que aborda la problemática de esta realidad que azota España y elabora un crudo retrato del narcotráfico en España.
Morán no duda al describir la situación: “Es un problema creciente. Hemos visto un aumento enorme de incautaciones de cocaína y la llegada de organizaciones criminales internacionales cada vez más peligrosas, más violentas” y advierte: “Hay más cocaína disponible que nunca, el precio ha bajado y las rutas se diversifican”.
Las narcolanchas, que antes se usaban casi exclusivamente para el hachís, hoy también transportan cocaína. “El Atlántico está plagado de embarcaciones, narcosubmarinos y embarcanciones de gran calado que, a medio kilómetro de la costa, descargan droga en narcolanchas rápidas sin bandera, con hipermotores potentísimos. Son muy difíciles de parar”, detalla.
Y recuerda un dato que avergüenza: “España es el primer productor de cannabis de Europa".
Más allá de la logística, insiste en el impacto social: “El narcotráfico no solo alimenta la violencia entre bandas. Es la semilla de muchas más violencias. Una gran parte de la violencia de género tiene droga detrás. Además, en las plantaciones se explota a personas en condiciones inhumanas; hay prostitución forzada, esclavitud, daños al medio ambiente y blanqueo de capitales que contamina la economía legal”.
Lo que más le preocupa es la falta de conciencia ciudadana: “Hoy cuidamos mucho la salud, hacemos deporte, comemos bien… pero luego se consumen hachís con niveles altísimos de THC o cocaína como si no pasara nada. No hay conciencia del daño real que produce la droga”.
La justicia, reconoce, no da abasto: “No está preparada. Los juzgados mixtos llevan desde un testamento hasta un divorcio, y a la vez tienen que autorizar escuchas en investigaciones complejas que requieren mucho estudio. La Audiencia Nacional está colapsada: hemos llegado a sentencias de 500 folios dictadas un año después del juicio. Eso genera dilaciones indebidas, atenuantes que rebajan condenas y, en la práctica, es un fracaso”.
En cuanto a las defensas, explica que se trata de procesos muy litigiosos: “Plantean nulidades, buscan errores en la cadena de custodia, pruebas ilícitas… Eso nos da un enorme trabajo. Y las investigaciones están durando demasiado”.
Los focos del negocio siguen siendo los de siempre: “Para la cocaína, Andalucía y Galicia, también Cataluña y Valencia. Para el cannabis, Granada, Almería, cada vez más Castilla y León, Castilla-La Mancha..." La conclusión es que si se controla un puerto, se van a otro; si se refuerza el Estrecho, entran por el Guadalquivir. Su negocio no se detiene.
Finalmente, advierte de otra de las caras de este delito: la trata.
“Las redes de trata usan drogas para someter a mujeres. Antes se utilizaban muchas ‘mulas’, hoy menos: lo que entra por una mujer en Barajas es poco comparado con lo que llega en contenedores o paquetería. Ahora el método más frecuente es el marítimo”.
Lo lógico es pensar que, igual, la solución reside en endurecer el código penal sin embargo, la fiscal jefa no lo concibe como solución: “Las penas ya son altas. Lo importante es prevenir e investigar. Lo peor para nosotros son las dilaciones, porque terminan reduciendo condenas”.
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