El otoño negro de 1976: cuando una ola de violencia sin precedentes sacudió a Salamanca

A pesar de la prudencia de las autoridades, que inicialmente restaron importancia a lo que calificaron de “episodios incívicos”, la realidad quedó plasmada en las diligencias abiertas y los procesamientos judiciales

Celdas de la antigua cárcel provincial de Salamanca
Celdas de la antigua cárcel provincial de Salamanca

Aquellos que vivieron en Salamanca el otoño de 1976 aún recordarán, dadas las características brutales de los hechos, la violencia que sacudió a la capital del Tormes.

Por aquel entonces Salamanca, todavía en transición política y social tras el franquismo, fue protagonista en páginas de algunos de los medios de comunicación nacionales con motivo de las agresiones -apuñalamientos, palizas y ataques organizados entre otros- que estaban, presuntamente, teniendo lugar en sus calles.El recuerdo de aquellos días ha quedado grabado en la memoria colectiva y hay quienes dudan qué ocurrió realmente y qué hechos, de todos los que conformaron aquella vorágine del terror, no fueron más que rumores surgidos del miedo y la psicosis colectiva.

Octubre de 1976

Corría octubre de 1976 cuando el diario El País se hizo eco de una brutal agresión acaecida en la plaza de los Bandos a la que, inicialmente, tacharon de rumor.

Tal y como relataba el citado medio, un joven, hijo de un catedrático, había sido víctima de una golpiza brutal que le había dejado en el suelo y con graves amputaciones en los genitales.

Al parecer, Salamanca vivía con temor aquellos días, puesto que, tal y como recogía el citado medio, para la vox populi no era el primer caso; una joven había sido violada por un grupo de jóvenes en presencia de su novio, al que previamente habían golpeado brutalmente.

La reacción de las autoridades ante estos hechos, recogida por El País, no se hicieron esperar aunque, eso sí, estaban divididas.

Por un lado, el comisario jefe de la Policía declaró, básicamente, que no había que darle veracidad a los rumores mientras que, paralelamente, el magistrado del Juzgado de instrucción número 3 manifestó públicamente su propósito de darle carpetazo al asunto y acabar con las agresiones.

¿Qué ocurrió? Más terror en Salamanca. Poco menos que la ciudad sin ley: bandas juveniles perfectamente organizadas, sin piedad alguna, acechaban en las calles esperando a su víctima o víctimas.

El Gobierno Civil, ante la situación, emitió un comunicado alegando que no había constancia a nivel oficial de ninguno de los hechos de los que se estaba hablando porque, al parecer, nadie había denunciado nada. Se añadía, además, que lo único que había pasado en Salamanca eran reyertas habituales y acciones que tachó de ‘inciviles’.

Hasta ahí.

Noviembre de 1976

Apenas unos días después, el 2 de noviembre, había más casos.

A los dos anteriores, se le sumaba un tercero, un cuarto, un quinto… y así hasta nueve aunque, únicamente y de forma oficial, se habían interpuesto tres denuncias.

Uno de estos episodios tuvo como protagonista a la hija de un banquero, la cual fue agredida con un arma blanca en un portal tras haber sido, previamente, obligada a entrar en el mismo.

A pesar de la prudencia de las autoridades, que inicialmente restaron importancia a lo que calificaron de “episodios incívicos”, la realidad quedó plasmada en las diligencias abiertas y los procesamientos judiciales.

A finales de noviembre, el juez impulsó una investigación judicial que implicó directamente a la policía y al Ministerio Fiscal, informaba El País.

El resultado fue la imputación de cinco jóvenes, acusados de delitos que iban desde el abuso sexual a menores hasta lesiones graves. Cuatro de ellos fueron puestos en libertad tras pagar fianzas de entre 100.000 y 225.000 pesetas, mientras que uno quedó en prisión preventiva por no poder abonarla. La instrucción dejó claro que los hechos estaban más que acreditados.Las declaraciones de testigos recogidas en el sumario hablaban de agresiones perfectamente organizadas.

Casi medio siglo después, muchas preguntas siguen abiertas. Pero lo cierto es que Salamanca, en aquel diciembre de 1976, vivió una crisis de seguridad urbana sin precedentes en su historia reciente.

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