“Lo peor fue en las viviendas. Pude salvar una casa en El Groo y dos en Cerezal”, un forestal narra lo vivido en el incendio de Cipérez
Bomberos de la Diputación se quejan de falta de efectivos del SPEIS en el incendio y asegura que solo había bomberos voluntarios en lugar de funcionarios
En una tarde infernal, con tres incendios en Índice de Gravedad 2 en la provincia de Salamanca, el de Cipérez fue rápido, las llamas devoraban terreno a tal velocidad que los medios de extinción no las alcanzaban. En pocas horas el fuego había recorrido 20 kilómetros y al caer la tarde estaba muy cerca de Ledesma a pesar de que se había iniciado en Cipérez. Localidades como El Groo o Cerezal de Puertas han quedado con casas calcinadas, se han quemado naves, ganado y buen parte de la dehesa del Campo Charro. Un fuego que todavía sigue activo, con reactivaciones en puntos cerca de Tremedal, Villaseco de los Reyes o Villar de Peralonso.
Uno de los bomberos forestales que trabajan con un vehículo de extinción charly y que el viernes se dejó la piel en Cipérez asegura que el incendio se hizo muy grande, el fuego cogió mucha velocidad avanzando muy rápido lo que hacía casi imposible la extinción. “No dábamos abasto. Ha llegado a Ledesma desde Cipérez, imagínate” y denuncia que en el operativo “hacen falta medios y sobre todo gente preparada, aunque en un caso como el de ayer al haber tantos incendios simultáneos es imposible llegar a todos, aunque tengas más personal”.
Un incendio en el que se han quemado casas. “Estuve en todos los sitios realmente, íbamos atajando para parar la cabeza como fuera”, asegura este forestal, pero “lo peor fue en las viviendas”. Y es que se han quemado casas en El Groo y en Cerezal de Puertas. “En el Groo pude salvar una casa, que estaba el dueño en el tejado y en Cerezal un par de ellas, porque ahí se quemaron casas viejas”. Con treinta años de bombero a sus espaldas, asegura que se ha repetido la situación de El Maíllo en el incendio de 2022, cuando “avanzó muy rápido el fuego, aquí ha sido igual, iba a toda velocidad. Cuando tienen combustible y es pasto avanza mucho más rápido”, asegura.
Tras una jornada de once horas en una charly asegura que en un incendio siempre hay tensión “pero llevo muchos años, sujetas los nervios en ese momento y trabajas” aunque reconoce que hoy “tengo los ojos y la garganta destrozada de tragar humo”. "Solo queremos que reconozcan nuestro trabajo", concluye.
La Diputación "está mandando a bomberos voluntarios a los fuegos"
Una de las personas que voluntariamente acudieron a la zona del fuego a ayudar en la extinción es además bombero profesional. Estaba en su día libre y no dudo en ir a echar una mano. Asegura que la situación fue “muy complicada”. Vi bomberos de Villares, había dos nodrizas con solo tres personas en ellas, dos charlys con un conductor cada una y poco más”. Afirma que “faltaban medios, lo que sí había era mucha gente de los pueblos trabajando en extinción y los bomberos que había de la Diputación eran los denominados voluntarios, que no son funcionarios ya que “apenas tienen, la mayoría o están de baja o se han ido a otros servicios donde ganan más, así que lo que había eran voluntarios que no pueden trabajar sin un funcionario en teoría”, asegura.
Su crítica va para la Diputación. “Está mandando voluntarios a los fuegos, a los funcionarios solo a los pocos que están de guardia porque han firmado ya el pago de las horas extra y por cada día extra son 700 euros, así que no los llaman. Es más fácil tirar de la subcontrata a pesar de querer echar al personal y de los voluntarios”, asegura. Concluye preguntándose “si faltan medios, ¿por qué quieren echar a los bomberos que llevan años trabajando y a todos los voluntarios? No tiene sentido”.
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