​El presunto autor del homicidio de Beleña: “No quería matarlos, pero se habían llevado a mi mujer y con miedo se hacen muchas cosas"”

La versión de los tres acusados se centra en que solamente uno de ellos fue el que intervino, alegando que los dos presuntos asaltantes intentaron raptar a su mujer. Sin embargo, la víctima de los navajazos que sobrevivió ha admitido que la persona que le apuñaló no fue el autor confeso de los hechos, sino el más joven de los acusados al que ha reconocido en el juicio

 JUICIO BELEÑA 3
JUICIO BELEÑA 3

La Audiencia Provincial ha acogido este martes el juicio por el presunto homicidio perpetrado en Beleña por un grupo de personas que hirieron hasta le muerte con una navaja a un varón que se hizo pasar por Guardia Civil para intentar robarles una presunta mercancía de droga. En el mismo incidente resultó herido de gravedad el cuñado de la víctima que también intervino como falso agente de la autoridad. Se han juzgado unos hechos por los que el Ministerio Fiscal ha solicitado para el presunto autor de los hechos J.M.A. una pena de prisión de veinte años y para sus dos cómplices, N.D.H. y M.O.S. –primo y mujer del presunto autor-, diez años.

Un juicio que ha visto demorado su inicio, puesto que, tanto las acusaciones particulares como la defensa de los acusados han solicitado una suspensión que ha sido desestimada por el Juez. En la vista oral los tres acusados han centrado su versión en asegurar que solamente intervino J.M.A. como único autor de los apuñalamientos y que no se enteraron de lo que estaba pasando hasta que este se montó de nuevo en el coche con las manos ensangrentadas. 

Sin embargo, la declaración del cuñado de la víctima –con visibles problemas para la dicción y con admitidos problemas psicológicos bajo medicación- que también fue apuñalado en su día por este incidente, pero del que sobrevivió, ha cambiado la autoría de los navajazos reconociendo a N.D.H., el más joven de los acusados y que en aquel momento tenía 18 años, como la persona que les agredió.

Desde el inicio del juicio J.M.A. se ha prestado en todo momento a colaborar, incluso antes, puesto que mientras estaba en prisión envió una carta al Juzgado de Salamanca reconociendo ser el autor de todos los apuñalamientos, dando una versión que ha repetido este martes en la Audiencia Provincial.  “Nosotros llegamos a Salamanca para comprar un coche, en ningún momento vinimos aquí por ningún negocio de drogas. Sí que en la gasolinera de Santa Marta N.D.H. quedó con una mujer a la que enseñó algo para un futuro negocio, pero no teníamos nada más. Después vinieron detrás de nosotros la víctima y su compañero con un Seat Ibiza de color azul con las luces apagadas. Ya en la autovía, y de repente, nos dieron las largas y nos enseñaron una placa haciendo gestos para que parásemos” ha admitido J.M.A.

WhatsApp Image 2019 12 10 at 17.16.43Según esa declaración, el presunto autor de los hechos ha continuado admitiendo que pararon el vehículo pensando que eran agentes de la Guardia Civil, porque les estaban enseñando la placa y uno de ellos portaba un arma de fuego. “Cuando nos detuvimos, ellos nos dijeron que era un control rutinario de la Guardia Civil, que parasemos el coche y después quitaron las llaves del contacto. Se puso uno en la puerta del conductor y el fallecido, que era más corpulento, procedió a registrar el maletero y las bolsas que teníamos. Como no encontró nada nos dijo: sabemos lo que lleváis ¡dárnoslo!”, continúa en su declaración J.M.A. quien admite que acto seguido sacaron a su mujer, que iba sentada detrás del asiento del conductor, y la arrastraron hasta el Seat Ibiza en el que venían los falsos agentes. “Dígame que hombre si ve eso y oye los gritos de su mujer pidiendo auxilio no sale del coche a ayudarla, y más con lo que se oye últimamente. Yo pensé que la raptaban y rápidamente cogí el spray de defensa que mi mujer llevaba en el bolso y una navaja que tenía en la puerta y me fui a por ellos”, admite el acusado que reconoce que cuando escuchó hablar a uno de ellos se dio cuenta que no eran agentes de verdad.

“Abrí la puerta y solo se escuchaba a la persona que falleció diciéndole al otro: ¡Pégale un tiro!¡ Te estoy diciendo que le pegues un tiro! Mi primo me dijo: o hacemos algo o se llevan a tu mujer, así que fui hacia ellos y la soltaron. Después les rocié dentro de su Seat Ibiza el spray. Primero cogí a B.H.C., porque supuse que es quien tenía el arma de fuego y le clavé la navaja”, prosigue el acusado quien admite que en un primer momento le había puesto un tope al arma, pero” viendo que no se asustaban con el primer pinchazo, se lo quité –prosigue- para apuñalar a diestro y siniestro. Después se bajó J.L. –víctima mortal-, y me tiró un puño de izquierdas; yo lo esquivé y le clavé la navaja tres veces. La primera fue en el costado, la segunda en la espalda y la tercera fue la que le perforó en el corazón, pero yo en ningún momento tuve la intención de matarlo y por ello pido perdón a sus familiares […] pero, quizá, si no llego a actuar lo mismo mi mujer no estaba aquí sentada hoy” ha continuado admitiendo el acusado.

Del mismo modo ha concluido su declaración asegurando que “del miedo se hacen muchas cosas, pero si hubiera querido matarlos no les hubiera dejado marchar”, para después señalar que “tenía la mano llena de sangre cuando entré de nuevo en el coche. Allí seguían los otros tres compañeros de viaje y fue cuando les conté lo que había hecho”.

Por su parte su mujer, M.O.S., ha centrado su declaración –destacando que en algún momento ha comenzado a llorar- en asegurar que el hombre más corpulento, el fallecido J.L., fue quien le raptó poniéndole algo en la nuca mientras ella gritaba “por favor, ayudadme”. Del mmismo modo, ha admitido que “mi marido salió del coche y no sé qué hizo, pero me soltaron. Él me gritó que me metiera en el coche y eso hice. Cuando el volvió con las manos llenas de sangre solo decía: ¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho? Él lo ha pasado muy mal todo este tiempo y siempre se ha ofrecido a colaborar”.

N.D.H. es el más joven de las tres personas acusadas. Ha asegurado en la vista oral que él quedó con una tercera persona, -N.B.M.- una antigua conocida vecina suya, en la gasolinera de Santa Marta para enseñarle una pequeña porción de hachís para posibles futuras ventas de mayor mercancía –persona que según el escrito previo del Ministerio Fiscal fue quien avisó a J.L. y B. para que les asaltaran después-. En el momento de los hechos, el acusado como cómplice tenía 18 años y en su versión de aquel día ha asegurado que durante el incidente él no vio “prácticamente nada” y que se quedó en el coche. Es más, ha asegurado que “cuando después he sabido que mi primo les había apuñalado, yo seguía pensando que eran agentes de la Guardia Civil. Ojalá hubiéramos tenido conocimiento de qué era lo que buscaban, así posiblemente no habría pasado nada de esto”, ha concluido.

Sin embargo, la declaración del compañero de la víctima mortal ha descolocado a todos los intervinientes. B.H.C., con admitidos problemas psicológicos y bajo medicación, a petición del representante del Ministerio Fiscal, ha ido mirando durante varios segundos a cada uno de los tres acusados y finalmente ha asegurado que la persona que le agredió a él, y que previamente había hecho lo propio con su cuñado, fue el más joven de los tres –una declaración que ahora contradice a la que realizó ante la Guardia Civil y ante el Juzgado de Instrucción cuando le exhibieron las fotografías de los acusados donde sí señaló a J.M.A. como culpable-. En su intervención también ha añadido otro elemento desconocido hasta la fecha en la vista oral: la posibilidad de otra arma blanca y de que fueran dos personas las que hicieran uso de las mismas.

Según ha asegurado este testigo, la mujer, que estaba sentada en el asiento de atrás, “bajó la ventanilla y me roció con el spray, poco tiempo después yo no té que alguien me pinchaba con una navaja por detrás. En ese momento escuché gritar a mi cuñado pidiendo auxilio y cuando recuperé la vista me vi el dedo colgando y una persona que venía contra mí con una navaja bastante grande. En una de las puñaladas y agarré el filo de la navaja para que no me llegara al pecho”. Del mismo modo, ha afirmado que en ningún momento su cuñado mencionó algo sobre un disparo y que tampoco sacaron a la mujer del coche a la fuerza. Es más, él admite que las cuatro personas estaban fuera del coche cuando recobró la visión y que tuvieron que ser dos personas diferentes las que “me pincharon”. 

Continúa apuntando que “ayudé a mi cuñado a entrar en el coche, les dimos las llaves y cuando intentábamos huir nos tiraron una piedra y más spray dentro del coche. En ese momento mi cuñado me dijo: voy de muerte. Me han matado”.


Por último, este varón de 55 años ha afirmado que “quizá la intención de esta gente no era matarnos, porque si quisieran hacerlo no nos hubieran dejado marchar. Matarían sin querer”. El juicio, que se ha alargado hasta las 18:00 horas de la tarde, ha quedado visto para sentencia.

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