El incendio que en la tarde de este sábado obligó a numeros efectivos de los Bomberos de la Diputación de Salamanca a esforzarse a fondo en el término municipal de Anaya de Alba, se ha convertido en el primer gran fuego forestal del verano en la provincia, después de que, según el parte de la Junta, arrasara 115 hectáreas.
El incendio se originó por causas accidentales debido a labores agrícolas y en un primer momento fueron los propios los agricultores los que trataron de apagarlo. Posteriormente acudieron los efectivos contraicendios de Villares de la Reina, Alba de Tormes y Peñaranda de Bracamonte. En total cinco camiones autobomba y dos agentes medioambientales, según la Junta.
Las llamas calcinaron 115 hectáreas de superficie de arbolado, encina y, especialmente, cereal; y fue finalmente extinguido a las 23:30 horas.