Salamanca bajo la lupa forense: 37 muertes violentas, tres indeterminadas y más de un centenar de autopsias

Estos datos, recopilados en la Memoria del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Palencia, Salamanca y Valladolid de 2024, son apenas la punta del icerbeg de un complejo informe en el que se reseña que, de los 189 casos investigados, 133 requirieron autopsia

El furgón forense en el lugar de un hallazgo. Foto de archivo.
El furgón forense en el lugar de un hallazgo. Foto de archivo.

La Memoria del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Palencia, Salamanca y Valladolid se trata de un documento que cada año pone cifras a un trabajo que reviste vocación y desconocimiento a nivel mediático.

En el último balance publicado, el cual recopila los datos correspondientes a 2024, se reseña que de los 189 casos investigados en la provincia salmantina por los profesionales de esta rama de la medicina, 133 de ellos fueron autopsiados. Desgranando estas cifras, nos topamos con 37 muertes violentas, 80 naturales y 3 indeterminadas.

A esos números hay que sumarles, también, una exhumación por filiación (que viene a ser una diligencia judicial de exhumación ordenada por un juez), un estudio de restos óseos no humanos y otro caso pendiente de análisis.

Partidas judiciales y autopsias totales

El informe refleja que 130 levantamientos de cadáver fueron realizados directamente por médicos forenses mientras que, por su parte, dos fueron realizados con asistencia de servicios sanitarios.

Asimismo, en 73 autopsias fue necesario enviar muestras al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, una práctica habitual en el contexto de investigaciones judiciales. Algunos de los objetivos que suelen estar detrás de estos envíos son la detección de alcohol, drogas o venenos, aclarar la causa de la muerte en casos sospechosos, la identificación de personas mediante el ADN... y un largo etcétera.

Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Salamanca ubicado en la trasera del Tanatorio San Carlos
Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Salamanca ubicado en la trasera del Tanatorio San Carlos

Por zonas judiciales, Salamanca capital concentró 82 autopsias, seguida de Béjar con 22, Ciudad Rodrigo con 14, Vitigudino con 10 y Peñaranda con 5.

Las muertes violentas: de los accidentes de tráfico a los suicidios

Es importante reseñar que una muerte violenta es toda aquella que no es natural. Y sí, puede antojarse como una obviedad, pero el asunto es un poco más complejo de lo que parece y puede dar pie a equivocaciones.

Antes de entrar en cifras, es pertinente explicar que una muerte violenta (en el contexto médico legal) no es solo homicidio, que es lo que a nivel popular se suele pensar , sino que una muerte violenta también es una caída o un accidente doméstico, por ejemplo.

Una vez habiendo matizado este punto, en el documento que nos ocupa e incluidas en el apartado de muertes violentas, destacan 21 muertes por accidente de tráfico y otras 32 por suicidio.

También se registraron 21 caídas al mismo nivel, 11 precipitaciones o caídas desde altura, 4 atragantamientos, 2 accidentes laborales, 3 intoxicaciones por monóxido de carbono, 1 asfixia posicional (un tipo de asfixia mecánica que viene dada por una postura que impide la respiración) , 1 muerte por intervención animal y 1 homicidio. En otros dos casos, la causa quedó indeterminada.

Las víctimas de tráfico incluyeron dos ciclistas, tres motoristas, siete conductores de coche, uno de furgoneta, seis ocupantes de vehículo y dos peatones, lo que refleja la variedad de situaciones que desembocan en tragedia en las carreteras y calles de la provincia.

La otra mitad: las muertes naturales

Las 80 muertes naturales conforman el bloque más numeroso del informe. Son fallecimientos sin violencia ni sospecha, pero que aún así precisan de la mirada del forense para certificar causas y descartar delitos. En tres casos la etiología sigue siendo indeterminada y en uno, la investigación continúa abierta.

La memoria forense ofrece un retrato objetivo pero revelador de la realidad salmantina. Entre cifras y tablas se adivinan tendencias que preocupan -como el repunte de los suicidios- y otras que muestran la eficacia del trabajo médico y judicial.

En los archivos del Instituto queda constancia de lo que la muerte deja tras de sí: certezas, estadísticas y una última palabra científica sobre los finales de un año.

Un retrato sobrio, pero imprescindible, de la cara menos visible de Salamanca.

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