Tres años de cárcel para dos gendarmes franceses que fueron interceptados en Salamanca con explosivos que habían robado de su comisaría

Los dos acusados transportaban explosivos para usarlas en entrenamientos extremos de “formación y cohesión de grupos, organización de actividades extremas y sensibilización contra el terrorismo, centrada en ejercicios físicos y de autosuperación”

 Operativo de la Guardia Civil en Fuentes de Oñoro
Operativo de la Guardia Civil en Fuentes de Oñoro

Dos gendarmes franceses han sido condenados a tres años de prisión por la Audiencia Provincial de Salamanca tras ser sorprendidos en 2017 en Fuentes de Oñoro con un cargamento de artefactos explosivos que habían robado en su comisaría e iban destinados a un campo de entrenamiento en Portugal.

Según la sentencia a la que ha tenido acceso Salamanca24horas.com, los hechos se remontan a verano de 2017 cuando estos dos varones, ambos de 44 años y miembros en activo del cuerpo de policía de la Gendarmería Francesa, constituyeron, junto a un socio portugués, una especia de sociedad que se dedicaría a la formación de grupos que desempeñarían actividades extremas y de sensibilización contra el terrorismo, centrada en ejercicios físicos y de autosuperación. Esta actividad tendría lugar en campos de entrenamiento preparados a tal efecto y que eran propiedad del ciudadano portugués.

Para llevar a cabo estos entrenamientos, los dos policías franceses robaron de su propia comisaría, situada en la localidad de Iblines, una serie de artefactos explosivos de entrenamiento, que, aunque no tienen la misma capacidad de explosión que un artefacto convencional, su mal uso puede provocar lesiones graves e incluso la muerte.

Con esa idea los dos policías, acompañados por un tercero -del que no se ha podido confirmar si tenía conocimiento de los hechos ilícitos- cargaron una furgoneta, prestada por un bombero parisino de origen español, y la cargaron con cajas llenas del siguiente material: 67 granadas de entrenamiento de diferentes características, 36 fumígenos o bombas de humo con espoletas de diferentes características, 9 detonadores de media carga, 36 espoletas de diferentes características, 4 filtros de partículas y polivalentes y un lanzagranadas (si bien este último ya había sido utilizado con anterioridad en el centro de instrucción en Francia y no puede volver a ser utilizado, por lo que carece de consideración como arma y está exento de peligrosidad), así como 2 máscaras antigás.

Estos policías salieron de París el 6 de noviembre de 2017 con la furgoneta cargada, pero al llegar a Portugal, por los motivos que no se detallan en la sentencia, rompieron el acuerdo con el socio portugués y al día siguiente, emprendieron el viaje de vuelta para reintegrar el material robado en su comisaría.

Sin embargo, después de salir de la localidad portuguesa de Santa Anna d’ Asina, cercana a Guarda, los tres policías fueron interceptados en un control rutinario en la A-62, dentro del término municipal de Fuentes de Oñoro, y arrestados por agentes de la Guardia Civil.

Los dos principales acusados ingresaron preventivamente en la prisión de Topas.

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