'El Vinas', condenado a 11 años y medio de cárcel por intentar matar a 'El Rafi' al negarse a asumir la autoría del crimen de 'El Chispi'

El agresor asestó a la víctima dos pinchazos en el cuello con unas tijeras cuando ambos participaban en un taller en la prisión de Villanubla en la que están presos

Juicio de 'El Vinas' en la mañana de este lunes en Valladolid. | FOTO: EUROPA PRESS
Juicio de 'El Vinas' en la mañana de este lunes en Valladolid. | FOTO: EUROPA PRESS

La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a 11 años y medio de cárcel a Cristóbal M.V, alias 'El Vinas', por intentar matar a otro preso, Rafael S.J., 'El Rafi', que se negó a asumir la autoría del crimen de 'El Chispi' en Salamanca, por el que ambos estaban investigados.

El agresor asestó a la víctima dos pinchazos en el cuello con unas tijeras cuando ambos participaban en un taller en la prisión de Villanubla en la que están presos. Los magistrados de la Sección Segunda consideran al condenado autor de un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de obstrucción a la Justicia.

El juicio

Durante la vista oral, celebrada el pasado 21 de diciembre, 'El Vinas' señaló que no sabía nada, únicamente que se produjo "un revuelo muy grande y a mí, que tenía sólo un lápiz en la mano, me agarraron entre varios y me sacaron de allí". 

La fiscal del caso, que mantuvo su petición global de 12 años de cárcel por tentativa de asesinato y otro delito contra la Administración de Justicia, sostuvo, sin embargo, que el encausado y su hijo, 'El Pepón' quien se suicidó poco después en prisión, abordaron por la espalda a la víctima la tarde del pasado día 20 de marzo, aprovechando que todos se hallaban en el taller de madera y cuero, y trataron de quitarle la vida al negarse 'Rafi' a asumir toda la culpa del tiroteo mortal del 'Chispi' ocurrido el 29 de enero en la capital charra y por el que los tres permanecían presos en Valladolid.

El acusado y ahora condenado reiteró en declaraciones recogidas por Europa Press, que aquella tarde él se hallaba pintando un caballo con alas en el taller de manualidades y que tan sólo tenía en su mano un lápiz. Únicamente recuerda que se produjo un "revuelo" y que él, al intentar de acercarse para ver qué ocurría, fue agarrado por otros dos reclusos y le tiraron al suelo. Por ello, 'El Viñas' se desmarcó por completo de aquel episodio violento, a la vez que aseguró que su hijo, ya fallecido, y la víctima eran amigos, "como uña y carne".

La víctima, por contra, señaló al ocupante del banquillo, sin ningún género de dudas, como la persona que, acompañado de su hijo, le asaltó por la espalda de forma traicionera cuando él estaba haciendo manualidades.

"Vino Cristóbal con las tijeras y me alcanzó dos veces, una de ellas ya en el suelo, conde el acusado y su hijo siguieron dándome de patadas", ha recordado 'Rafi' por videoconferencia desde el Centro Penitenciario de Valladolid, a la vez que achacó lo ocurrido a una represalia del encausado por no plegarse a las exigencias de éste para que en su declaración ante el juez le excluyera del crimen perpetrado a principios de año en la persona de el 'Chispi', tiroteado en el barrio del Tormes de Salamanca cuando sostenía a su hija en brazos.

"Varios internos me sacaron de allí y luego me llevaron a la enfermería. ¡Si las tijeras llegan a tener la punta más fina, me mata!", ha aseverado el testigo de forma categórica.

Funcionarios de prisiones que se entrevistaron con los testigos minutos después de registrarse el incidente coincidieron en que "absolutamente todos ellos" identificaron a Cristóbal como el autor, si bien ya entonces les mostraron su temor a sostener tal versión en un juicio debido a que el implicado pertenece a "una familia conocida".

A medio centímetro de la yugular

Con respecto a la prueba pericial, los forenses confirmaron que el acusado es una persona esquizofrénica que necesita medicación con psicofármacos, aunque ello no supone que aquel día actuara con sus facultades afectadas, mientras que otros profesionales, encargados de analizar las lesiones sufridas por la víctima, advirtieron de la grave peligrosidad de los tijeretazos porque una de las heridas estuvo a medio centímetro de distancia de afectar al paquete vascular existente en el cuello.

Así, los dos expertos advirtieron de que una de las lesiones, compatibles con haberse producido por la espalda, fue superficial pero la otra, de cinco centímetros de profundidad, pasó muy próxima a la carótida y la yugular. De haber afectado a una de las dos, la víctima podría haber muerto en el acto o desangrarse en menos de tres o cuatro minutos debido a que se trata de arterias y venas de "gran calado".

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