El 'Parricida de Chamberí' reconoce haber apuñalado a su padre, pero asegura que no era su intención que falleciera

Durante su declaración en el juicio ha señalado que “fue un arrebato” y que le tenía miedo a su padre porque “era una persona estricta y me machacaba psicológicamente”. Del mismo modo, ha recalcado que, si pudiera volver atrás, le cambiaría la vida a su padre: “me pondría yo y que él estuviera aquí”

 Juici parricida2
Juici parricida2

El juicio contra el joven acusado de acabar con la vida de su padre al apuñalarle dos veces en el cuello ha comenzado este martes en la Audiencia Provincial con las declaraciones del propio acusado, su hermana y la mujer de víctima, así como de los agentes que le detuvieron y que inspeccionaron el lugar de los hechos que sucedieron el 27 de julio de 2016 en el domicilio en la calle Taboada García del barrio de Chamberí.

El acusado, J.R.D.Z., ha reconocido haber apuñalado a su padre, aunque ha asegurado que no era su intención que falleciera, sino que “fue como un arrebato, un ataque de ira”. Según ha detallado el acusado, que en el momento de los hechos tenía 18 años cumplidos hacía poco más de un mes, la convivencia en su casa no era buena.

“Mi padre era una persona estricta y me machacaba psicológicamente”, ha subrayado y ha explicado que “todo le parecía mal y nunca valoraba lo que hacía”. “Sentía que no servía para nada”, ha declarado, aunque ha asegurado que, si pudiera volver atrás, se cambiaría por su padre: “me pondría yo y que él estuviera aquí”. Asimismo, ha pedido perdón a su hermana y a la mujer de su padre.

Por su parte, su hermana ha reconocido durante su declaración, tras un biombo para no ver al acusado, la mala relación que había entre los tres y ha descrito a su hermano como una persona fría, mentirosa, falta de empatía y “extremadamente inteligente” a quien ella tiene miedo. “Él sabía lo que estaba haciendo”, ha recalcado y ha declarado que su hermano “estaba en shock completo cuando me vio a mí”, ya que “no esperaba ser descubierto”.

Problemas de convivencia

En el domicilio familiar vivían el acusado, que actualmente tiene 20 años, su hermana mayor, la víctima y padre de ambos y la mujer de éste. La familia estuvo yendo unos meses a terapia psicológica debido a los problemas de convivencia, tal y como han reconocido los tres. “En la casa las cosas eran extremadamente tensas”, ha señalado la hermana del acusado.

Tanto la viuda como la hija de la víctima detallaron que alrededor de un mes antes de este suceso, descubrieron que el acusado había mentido con sus notas y no estaba preparando sus exámenes de Selectividad, sino repitiendo 1º de Bachillerato. Esta situación ocasionó una discusión entre padre e hijo en la que el progenitor golpeó a J.R.D.Z., tal y como han reconocido tanto la viuda como el propio acusado.

Tras este suceso, elaboraron con el psicólogo un plan de estudio que, según la hermana, el acusado aceptó. En el momento de los hechos, el padre de J.R.D.Z. le quitó el móvil y le limitó el uso de Internet a los estudios. Según han confirmado los tres, el acusado sólo podía salir de casa para ir a la academia o para sacar al perro. “Mi padre estaba encima de él para asegurarse de que no había más mentiras”, ha recalcado la hermana.

La hermana del acusado no cree que su hermano le tuviera miedo a su padre y reconoce que ella tampoco estaba muy unida a su padre, aunque no ha querido dar detalles de los problemas que tenían antes de ir a terapia, ya que “es mi vida personal y no soy yo la que está en juicio”.

Por su parte, la viuda de la víctima ha reconocido durante su declaración, también oculta tras un biombo, que su marido “se enfadaba muy a menudo” y considera que el acusado se sentía más presionado cuando su padre estaba en casa, de hecho, cree que J.R.D.Z. le tenía “bastante miedo”.

Dos puñaladas en el cuello

Los hechos por los que se juzga a J.R.D.Z ocurrieron el 27 de julio de 2016, sobre las 5 horas de la madrugada. El acusado se levantó para beber agua, cogió de la cocina un cuchillo y se fue hasta el salón donde dormía su padre “por el calor”. Allí, le asestó dos puñaladas en el cuello que alcanzaron la yugular, tras lo cual asegura haberse quedado “como ausente”.

La hermana del acusado ha declarado que se despertó al escuchar un ruido como de un cristal que se había caído y pensó que había sido el perro. Fue hasta el salón y, al encender la luz, “veo a mi hermano apuñalando a mi padre”. Ha declarado, visiblemente emocionalda, que el acusado estaba encima de su padre, quien intentaba defenderse con las manos y gritaba “me está matando, me está matando”. Según el relato de la hija de la víctima, su hermano paró, ella le empujó y trató de presionar la herida del cuello de la víctima con una sábana.

La viuda, según su propia declaración, se despertó al escuchar a la hija de la víctima gritar “una ambulancia, una ambulancia” y fue al salón. En un principio creyó que el responsable había sido alguien que habría entrado en la casa.

La hermana del acusado tomó la iniciativa de llevar a su padre al hospital. Fueron los cuatro, conducía la mujer, sentaron al padre en el asiento del copiloto y los dos hermanos viajaban detrás. Desde su asiento ella seguía presionando la herida de su padre. Según la joven, el hombre estuvo consciente hasta poco antes de llegar al hospital Virgen de la Vega, donde ingresó sobre las 5.25 horas en parada cardiorrespiratoria.

Los policías que detuvieron al acusado han declarado que le hallaron en el interior del coche con el que llevaron a la víctima al hospital. Fuera del vehículo se encontraban la hermana y la mujer de su padre, quien contó a los agentes lo ocurrido.

Según los policías, el acusado confesó de manera espontánea lo ocurrido, detallando que esa tarde había tenido una fuerte discusión con su padre. Ya por la noche, según los agentes, el joven les dijo que se despertó “con ideas de matar a su padre”, que se volvió a dormir y que, de nuevo, se levantó, fue a la cocina y cogió el cuchillo.

Los agentes de la policía científica han detallado que había sangre en la calle, en el portal y en el rellano. Ya en la vivienda encontraron sangre “prácticamente por toda la casa”, aunque especialmente en el salón y en el pasillo.

Además, hallaron el cuchillo de madera “con la hoja torcida” y ensangrentado en el salón y un par de guantes negro, uno en el salón y otro en el pasillo. En el juicio, se han mostrado ambas pruebas y el acusado ha señalado que los llevaban puestos porque él “siempre dormía con guantes” debido a las ampollas que le salían en las manos por las pesas.

El Ministerio Fiscal pide una pena de 15 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, con el agravante de parentesco y el atenuante de arrepentimiento espontáneo, así como una indemnización de 120.000 euros para la hija de la víctima y de 150.000 euros para la viuda.

Por su parte, la defensa ha recalcado que el acusado sufrió un ataque de ansiedad producido por las circunstancias que vivía en su casa y pide que se tenga en cuenta la eximente de trastorno mental. De no tenerse en cuenta, la defensa sostiene que se trata de un homicidio (cuyas penas van de diez a quince años) y no de un asesinato (con penas de entre 15 y 25 años).

Un jurado popular será el encargado de juzgar durante estos días al acusado. El juicio se reanudará este miércoles a las diez de la mañana donde se aportarán las pruebas médicas y forenses. 

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído