Indulto de un Montalvo con polémica en gran tarde de Ferrera

Primera corrida de toros en La Glorieta en la Feria Taurina con Antonio Ferrera, Sebastián Castella y Ginés Marín y toros de 

 Ferrera (2)
Ferrera (2)

Tarde de sol y calor en La Glorieta con un poquito más de gente que en la primera novillada de abono, unos 2800 espectadores. Paseíllo sin orden con Antonio Ferrera de azul marino y oro, Sebastián Castella, de cobalto y oro y Ginés Marín, de sangre de toro y oro. En chiqueros esperan seis toros de la ganadería salmantina de Montalvo. 

Antonio Ferrera indulto

El primer toro, Liricoso, 535 kilos. Serio, descarado, encampanado y rematando con saña en el burladero de 5, así se presentó el primer Montalvo, que humilló sin viaje en el capote templado de Ferrera. Lucida y hermosa cara a cargo de José María González y quite torero de Antonio, frente a un toro humillador que no termina de empujar para adelante. Comenzó con doblones, poderoso y empujando, y el toro decidió romper por abajo a empujar con celo tras la muleta. Dos series y un buen cambio de mano, con el toro rebosando la muleta bien trazada. 

Era mejor el pitón zurdo y por ahí comenzó a entusiasmar la faena, a pesar de la figura crispada y el trazo lineal. Morisquetas cambiando la muleta por la espalda hasta perderla y quedarse desarmado. Cerró con naturales sobre la diestra y un final alternando manos hacia las tablas. Petición de indulto y nueva serie con Ferrera metido en un dilema. No lo quería matar y siguió toreando y el toro embistiendo de dulce sobre el izquierdo. Pañuelo naranja e indulto. Siempre con polémica y protestas, sobre todo del sector más joven. Toro indultado, que padreará en los campos de Linejo y triunfo de Ferrera.

El segundo fue Atractivo, 502 kilos. Huidizo y escarbador se presentó el segundo, también recibido con palmas. A los medios se fue Castella a bregar con él. Un puyazo y templadísima y medida lidia de José Chacón. Castella vio la calidad del toro y quitó por notables chicuelinas. Brindó al público con el toro arreando, vivo, un punto descompuesto pero obediente. Y Castella comenzó por alto y en un ladrillo lo apretó pronto, mucho y muy abajo. El toro sintió el rigor del sometimiento y el francés, con sus habituales toques secos y rudos, armó un trasteo a menos, como el brío del astado. Acortó terrenos, se metió encima y las cercanías ensuciaron el limpio trasteo. Media estocada cobrada sin fe y un descabello. Ovación para Castella.

Castella

El tercer toro recibía el nombre de Perejiles, 548 kilos. Ovación para recibir al bonito tercero, con el que Ginés Marín brilló a la verónica. Trasteo limpio, armonioso y sin trascendencia sobre la diestra. Subió el nivel por naturales, donde el torero puso mayor trazo y el toro mayor humillación. Acortó distancias sin lograr la conexión con los tendidos. Dos pinchazos y una entera sobre el aviso dejó el premio en tibias palmas.

Ginés Marín

Liricón, 535 kilos. Precioso y armónico el cuarto, al que Ferrera saludó con medio capotillo por verónicas y un media espectacular. Galleó por chicuelinas para dejar bajo el peto y quitó con el percal a la espalda variado y torero. Cortó en banderillas el toro y le puso las cosas difíciles a Mingo Siro. Comenzó por alto y cayó Ferrera tras la zancadilla del toro. Se quedó de rodillas en gesto de gran torería. El de Montalvo Cantó pronto sus ansias de rajarse en busca de tablas y el trasteo se compuso de detalles, recortes y muletazos a favor de querencia, bien aprovechados. Hilvanó una serie por naturales, aprentando abajo, sin solución de continuidad. Los muletazos de trinchera finales tuvieron usía y regusto, subiendo el calor popular. Entera desprendida cobrada a ley y descabello. Una oreja.

Ferrera

Carabonita, 555 kilos. Todo un toraco el negro listón y chorreado, que remató de salida y levantó la ovación. Luego romaneó en el peto, metiendo riñón. Reservón en banderillas, puso las cosas muy difíciles a la cuadrilla de Castella. Toro que siempre se guardó, acometió por dentro y defensivo. Malo y deslucido. Porfía sin convicción del francés. Marrón a espadas en exceso. Silencio.

Castella1

Avisador, 530 kilos. Menos toro fue el sexto, paletón y con menos seriedad. Escarbó, cómo casi toda la corrida, menos el mulo quinto. Tras brindar a S. M. El Viti, se fue a los medios para buscar faena. Dos embestidas buenas daba, cuando tenía todo a favor por viaje lineal y dos malas, cambiando el pitón y arrollando cuando Ginés le apretaba. Metió el hocico entre las manos, señal de negarse a embestir. Y ya nada pasó. Una tanda a derechas con sacacorchos e intentos en vano. Estocada.

Ginés

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