​La Magna Carta se ratifica en Salamanca actualizando los valores universitarios a un mundo cambiante

En un acto presidido por el Rey, Felipe VI, se produjo la adhesión de instituciones más grande desde la creación del documento, hace 30 años en Bolonia. Felipe VI cree que el sistema universitario español debe impulsarse hacia “la internacionalización y la innovación”

 Foto grupo de la Magna Carta Universitatum
Foto grupo de la Magna Carta Universitatum

Este martes, 18 de septiembre, la Universidad de Salamanca acogió la unión de más de 70 universidades a la Magna Charta Universitatum, la firma más multitudinaria desde que se crease dicho documento en Bolonia, hace 30 años.

Este encuentro del XXX Aniversario no sólo ha servido para la adhesión de varias instituciones al documento, sino que tras dos días de debates y observatorios, se han adaptado los valores que promulga al mundo de hoy en día.



Para finalizar los actos, y antes de la comitiva en la que más de 250 rectores de 54 países y 200 doctores de la Universidad de Salamanca recorrieron las calles de la ciudad como gran conmemoración, hubo un gran encuentro en el Paraninfo de la las Escuelas Mayores presidido por el Rey, Felipe VI.

Precisamente fue Su Majestad el encargado de clausurar el evento, con un discurso en el que recordó que esta Magna Charta lleva durante 30 años “promoviendo y fortaleciendo la cooperación entre las universidades” en los diferentes países, siendo la USAL un ejemplo de ello, pues lleva 8 siglos “al servicio de la sociedad”.

Además, insistió en que este encuentro, que puede ser uno de los broches a los 10 años que se llevan realizando actos relacionados con su VIII Centenario, pone de manifiesto que “España abre sus brazos a quienes participan en las redes mundiales de intercambio de docentes e investigadores”, y que la innovación orientada a la transferencia es uno de los mayores resultados que se han logrado gracias a esa colaboración, si bien son “considerables las tareas que quedan por acometer, tanto en docencia como investigación”.

Por todo, el Rey pidió estrategias de colaboración “que trascienden en gran medida las fronteras nacionales” y consideró la actualización de la Magna Charta sucedida estos dos días, en los que se han puesto al día “los propósitos institucionales”, como el impulso necesario para “la internacionalización e innovación del sistema universitario español”.

Ricardo Rivero apuesta por universidades que no sean “organizaciones mercantiles” y que apuesten por la “libertad”

El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, fue el primero en tomar la palabra en el acto. En su discurso recordó que el Estudio salmantino, “la primera ‘Alma Mater’ española e iberoamericana”, siempre ha cumplido unos principios y valores que ha transmitido por todo el mundo, y que la Magna Charta Universitatum que hoy se ratifica en su XXX Aniversario “es un documento que nos apunta nuestra auténtica razón de ser”.

Y es que dicha Magna Charta “nos explica qué debe ser una universidad, lugar donde mujeres y hombres aspiren a perfeccionarse” y no organizaciones “puramente mercantiles” ni “comerciantes de títulos sin escrúpulos”, aseveró Rivero, quien además exigió “vocación internacional”, que debe ser “uno de los indicadores de la calidad”, puesto que la movilidad y la diplomacia académica facilitan “la comprensión mutua de los pueblos y la paz”.

Así, la USAL, bandera de “espacio de libertad” y cuyo modelo “ha sido replicado internacionalmente”, seguirá cumpliendo “los principios y valores de la Magna Charta Universitatum y seguirá siendo la academia palanca de España en el mundo”, finalizó el rector del Estudio salmantino.

Los valores universitarios deben ser quienes guíen hacia el futuro

Tras el Francesco Ubertini, rector de la Universidad de Bolonia, fue turno para el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, quien destacó la “sólida unión entre la ciudad y la Universidad” durante 8 siglos, lo que convierten a la capital del Tormes “en la ciudad universitaria por excelencia”.

Parafraseando a Cervantes, el alcalde recordó que Salamanca “es la madre de las ciencias”, y que la simbiosis entre la ciudad y el Estudio salmantino “que hace cuatro siglos expresó el universal escritor” ha empujado a ambos a ser “un referente del conocimiento, del debate y del avance científico”, como se ha demostrado con el Centro de Láseres Pulsados y con la ratificación de la Magna Charta Universitatum.

Igualmente, Fernández Mañueco resaltó que la USAL fue la primera universidad en la que cursó estudios una mujer (Beatriz Galindo ‘La Latina’) y donde por primera vez impartió clase una mujer (Luisa de Medrano), lo cual confirma que el Estudio salmantino siempre ha sido pionero. Una historia compartida “engrandecida por la ayuda de la Corona”, cuya presencia en dicho acto “refuerza e impulsa” los valores universitarios de “independencia, libertad y diálogo”, base sobre la que se apoyan los pueblos y les permiten “mirar hacia el futuro”, lleno de “esperanza e ilusión”.

Posteriormente tomó la palabra el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien puso en valor “los estrechos vínculos entre saber, derechos y libertades” además de “identidad europea” gracias a todas las efemérides que se dan en este 2018: el VIII Centenario de la USAL, el XXX Aniversario de la Magna Charta, el 40 aniversario de la Constitución Española y el Año Europeo de Patrimonio Cultural.

El presidente se centró, sobre todo, en esa identidad europea “forjada desde las primeras universidades” y entre las que sobresale el Estudio salmantino, siendo decisivo a la hora de promulgar “la idea de Europa como espacio de concordia, libertad y progreso” además de crear vínculos con el nuevo mundo.

Herrera también recordó que por las aulas salmantinas han pasado protagonistas tanto de la primera Constitución Española (1812) como de la última (1978), lo que ha hecho que España “sea hoy una de las grandes naciones constitucionales de Europa”. Sin embargo, no se debe quedar ahí, sino que la historia “requiere, para refrescar su impulso, nuevos símbolos” y renovar su compromiso, como este martes ha ocurrido con la Magna Charta.

Este, como se ha demostrado durante dos días en la USAL, es un “documento vivo” que debe adecuar los valores universitarios “a los requerimientos de un mundo cambiante” que es cuando “estas instituciones deben asumir más que nunca su liderazgo social” y ayudar a Europa “a afrontar los titubeos que la atenazan”.

Por ello, apostando “por la apertura hacia nuevos conocimientos, relaciones e intercambios” se deben compartir unos valores y objetivos “en aras del avance de las sociedades y el bienestar de todos”, misión que pasa por “la plena libertad de investigación y de enseñanza” de las universidades.

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