Eran otros tiempos. En 2013, el bipartidismo seguía dominando con el PP de Rajoy en el Gobierno después de que el PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba ya al mando tras la dimisión de José Luis Rodríguez Zapatero y su elección, hubiera cosechado los peores resultados del partido hasta el momento. En Salamanca, el bipartidismo se dividía con 18 concejales para el PP y 9 para el PSOE. Ciudadanos apenas había salido de Cataluña y a VOX ni se le esperaba.
El 30 de octubre de ese año, la Facultad de Derecho vivió un evento que desbordó las previsiones de una pequeña sala pero que en la actualidad se hubiera trasladado seguro a otro edificio, siempre que los líderes políticos hubieran querido acceder. El más conocido por entonces, quién lo iba a decir, se recogía en la cara de José Bono, exministro y expresidente del Congreso, en ese momento ya incluso fuera de él. Junto a su figura, el líder de un Ciudadanos incipiente a nivel nacional, Albert Rivera, y un militante del PP por muy poco tiempo, Santiago Abascal.
Juntos, con el desaparecido en el acto Jordi Xuclá, del también renombrado CIU tras varios cambios, pese al anuncio de que estaría, hablaron largo y tendido de un nacionalismo que tampoco significa lo que hoy. Las ideas generales, eso sí, no habrán cambiado demasiado. La ausencia del diputado de CIU provocó que el acto se convirtiera en algo más descafeinado, con críticas a una situación catalana más relajada y a una vasca que fue duramente criticada por Santiago Abascal.
Lo que estaba por venir
'El nacionalismo a debate', así se llamaba la jornada, se convirtió, sin embargo, en el germen de muchas cosas ajenas al cierto 'compadreo' entre los conferenciantes. Se podía prever que Santiago Abascal, actual líder de VOX, no iba a durar mucho bajo las siglas del PP. No en vano, ya en el cartel que anunciaba el interesante debate, se le presentaba como presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española.
Durante su intervención, atacó incluso más duramente al Partido Popular que al propio nacionalismo, precisamente por su labor contra esta variante. Poco después, ni siquiera un mes, anunció su marcha después de la "excarcelación de terroristas". Ya era diciembre y había registrado VOX como partido que cinco años después, ha tenido su auge en Andalucía.
Albert Rivera también estuvo. El líder de Ciudadanos, del que ya se especulaba con su expansión más allá de Cataluña y que, de hecho, ya estuvo dentro de la coalición 'Sí por Salamanca' en las elecciones municipales de 2011, junto a otras fuerzas políticas, con pobres resultados de menos de 2.000 votos en la capital y casi 7.000 a nivel provincial, con 69 concejales.
Poco después, eso sí, el partido se catapultó con las elecciones europeas y comenzó su expansión nacional con caras que se encontraban aquel día en la sala, entre ellos el del actual portavoz del partido en el Ayuntamiento de Salamanca, Alejandro González Bueno. Es solo un ejemplo de la gran cantidad de rostros por entonces también desconocidos que han pasado a primera línea en la actualidad.
El partido, al igual que VOX, aunque de manera más sostenida, también se encuentra en una época de auge tras las últimas elecciones en Cataluña, donde venció, y Andalucía, habiendo crecido en más del doble en número de diputados con respecto a las anteriores. Ahora se acercan las municipales y regionales, y quién sabe si también las generales, en las que se podrá ver en poco más de cinco años el proceso de estos dos partidos casi desconocidos en la Facultad de Derecho en 2013.
El día en el que compartieron críticas contra el nacionalismo y Albert Rivera conoció a su novia
Albert Rivera, sin embargo, seguro que no recuerda el 30 de octubre como el día en el que compartió mesa con Bono y Abascal. O al menos no será lo principal, ya que este mismo día acabó conociendo a su actual pareja, Beatriz Tajuelo.
Unas gafas de sol fueron las 'culpables' de que la entonces azafata de vuelo sea ahora la pareja de Rivera. El líder político las olvidó en el avión que le trajo hasta Matacán y una llamada fue suficiente para que Beatriz decidiera llevárselas a L'Hospitalet de Llobegrat en mano.
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