​Ninguna medida para proteger y musealizar los campos de concentración franquistas, olvidando y ocultando así una parte de nuestra historia

Que la Dictadura se estudie tan suavemente y sin profundidad en las escuelas ha provocado que España esté peor preparada para el auge de la extrema derecha, puesto que el fascismo se ha blanqueado durante todos estos años

 Monasterio de la Caridad
Monasterio de la Caridad

La investigación de tres años del periodista Carlos Hernández de Miguel, que se ha traducido en Los campos de concentración de Franco, saca a la luz uno de los episodios olvidados de la historia de España.

Ya sea por desconocimiento o por encubrimiento, el investigador ha hecho ver que la Dictadura Franquista también contó con este tipo de recintos que estaban destinados al hacinamiento de prisioneros para su posterior fusilamiento, pasar largas temporadas en prisión o formar parte de Batallones de Trabajadores esclavos.

Salamanca no fue ajena a estos campos de concentración (que guardaban alguna similitud con los campos nazis, como la deshumanización de los presos, pero que se diferenciaban bastante). La provincia contó con dos: uno en Salamanca capital (el Centro Escolar Francisco de Vitoria) y otro en Ciudad Rodrigo (el monasterio de la Caridad).

La investigación de Carlos Hernández ha servido no sólo para hacer ver un capítulo negro de la historia de España hasta ahora escondido, sino para reflejar que durante la Dictadura (y también posteriormente) se borraron todos los vestigios de estos campos de concentración, ya fuese de manera intencionada (como ocurrió en Camposancos, en Pontevedra) o por la acción del paso del tiempo.

Esto último es, precisamente, lo que está ocurriendo en el monasterio de la Caridad. El mirobrigense es un edificio abandonado (si bien anteriormente tuvo un proyecto para ser un parador de lujo, pero finalmente no se llevó a cabo). Algo que es “muy triste” para Carlos Hernández, puesto que así se ve “cómo se ha ido destruyendo esa parte de la historia”.

Algo parecido pasó en Logroño, en la antigua plaza de toros (La Manzanera). Allí existía un mapa, una especie de mural, que, hecho por los prisioneros. Y, cuando se fue a demoler la plaza, un investigador local hizo ver al Ayuntamiento la importancia histórica que tenía. Sin embargo, el equipo de Gobierno (del PP por aquel entonces) se negó y no lo protegió.

Así, este historiador local, Carlos Muntión, pagó de su bolsillo a unos operarios para que ‘rescatasen’ la pared antes de que fuese derruida en un plazo de 24 horas que se les otorgó. Al final, sí consiguieron rescatar ese mural pero, cuando iban a llevárselo, aparecieron funcionarios municipales que lo confiscaron y se lo llevaron.

“Estuvo secuestrado durante más de 10 años en un almacén municipal”, cuenta Carlos Hernández, hasta que un reciente cambio del equipo de Gobierno permitió rescatar la pared, que ahora se exhibe en el memorial de La Barranca. Pero de no hubiera sido por la iniciativa de un particular, se habría perdido entre escombros.

Mural del campo de concentración de Logroño | Cortesía de Carlos Muntión

En Ciudad Rodrigo “estamos a tiempo”, recuerda Carlos Hernández, y aunque esté deteriorado “sería una lástima y un crimen histórico que no se pongan medidas para salvaguardar esas pintadas”. De hecho, que se convirtiese en un gran museo “sería lo ideal”, además de que se colocasen placas explicativas para detallar lo que fue ese recinto.

Y es que España “es el único país de Europa donde no se hacen estas cosas”, lamenta el periodista, recordando que la Europa ocupada por Hitler se ha musealizado o se ha creado un recuerdo a las víctimas. “La gente sabe lo que era aquello, y nosotros vamos a plazas de toros, centros escolares o campos de fútbol y no sabemos lo que ocurrió”, termina Carlos Hernández, pidiendo recordar a los miles y hombres de mujeres que sufrieron “y aprendamos para que no se repita esta barbaridad”.

“Es grave y peligroso que la verdad histórica no esté presente en los libros de historia”

El conocer esta parte de la historia es, para el investigador, una “deuda pendiente” que llega bastantes años tarde, puesto que en Alemania, Polonia o Austria ya se hacía a mediados de los ’40, una vez acabó la Segunda Guerra Mundial y “se trabajó históricamente”.

Aquí siempre ha sido más complicado, pero Carlos Hernández da gracias a las grandes investigaciones, incluso “titánicas”, sin las cuales sería imposible continuar a día de hoy, ya que estas entrevistaron a los supervivientes que ya han fallecido. Por ello, poco a poco podemos conocer una parte importante del Franquismo, de la Guerra Civil y de la República que no sería posible haber hecho una investigación necesaria.

Eso sí, pese a que haya este tipo de indagaciones, el periodista cree que “es grave y peligroso que toda esta verdad histórica no esté presente en los libros de historia ni en los libros de texto, que no se enseñe en las escuelas”. Porque, debido a ello, generaciones de españoles “hemos crecido sin tener ni idea de la historia más reciente” que, por ende, tienen una ‘tara’ intelectual que pueden provocar un gran peligro.

Y es que “(en España) estamos peor preparados que el resto de naciones para una nueva amenaza que ahora surge”, que no es otra que el crecimiento desorbitado de la extrema derecha.

De hecho, en Alemania, donde sí han estudiado la historia y conocen los campos de concentración, hay un auge de movimientos nazis, como es ‘Alternativa por Alemania’, con un número importante de votos (91 escaños en el Bundestag después de las últimas elecciones). “Si ellos tienen esa amenaza, qué puede ocurrir aquí que no conocemos nuestra historia”, lamenta el investigador. Carlos Hernández refleja, además, que en España “se ha conseguido blanquear la Dictadura, el Franquismo y el nazismo”, algo que puede repercutir negativamente en los próximos años.

“Se debe defender la democracia y alejarse de cualquier tentación totalitaria ”

Ante los peligros que pueden sufrir las Leyes de Memoria Histórica con el auge de esta extrema derecha, Carlos Hernández, tanto como investigador como por ciudadano, ha pasado “de la preocupación a casi el miedo”. Sí que acepta que es “inevitable” que haya un partido político de tal ideología, puesto que está ocurriendo en toda Europa, pero acusa que en España está tomando una derivada “muy preocupante” puesto que están encabezando las listas “negacioncitas del holocausto o personas que han firmado un manifiesto a favor de Franco y defienden la Dictadura y, por tanto, sus crímenes”.

A ello se le suma otro peligro, y es que algunos "esconden su ideología neofascista bajo el paraguas de la bandera de España”. No sólo eso, sino que otros partidos, como el PP, también están derivando hacia la extrema derecha, puesto que es lo que lleva aparejado su pacto con el partido de extrema derecha en Andalucía.

“Y, si las cuentas le salen, lo hará después de las generales y en el resto de lugares donde pueda hacerlo”, cree el periodista, algo que “es impensable en el resto de Europa”, donde la derecha mayoritaria (como Merkel o Macron) no pactan con los extremistas (como Alternativa por Alemania o Le Pen, respectivamente), porque “hay un cordón sanitario sobre los fascistas”.

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Si este cordón sanitario no se produce en nuestro país, para Carlos Hernández tanto el PP como incluso Ciudadanos (si pacta, como en Andalucía) estarían legitimando ese partido “que cada día, de forma más abierta, es neofascista, y es preocupante”.

Tampoco cree que Vox pueda ganar unas elecciones en este país, pero sí que puede influir, “como ya lo está haciendo”, en las políticas de ayuntamientos, comunidades autónomas y del país. Esto solo ocurre, matiza, en el momento que los otros partidos de la derecha pactan con ellos, una situación “peligrosa e inédita en casi toda Europa (salvo Italia y Austria)”.

Ahora, España también se ha unido al club de la Europa Negra en el que la extrema derecha gobierna o influye, si bien el investigador confía en que la derecha española “vuelva a la razón y sean derecha democrática al 100%”, alejándose “cuando más, mejor” de la extrema derecha y, así, dejar de blanquearla.

Porque, como recuerda preocupado, cuanto más la blanqueen (a la extrema derecha), como lo han hecho los últimos años sin condenar el Franquismo o justificando lo que se hizo, “será un punto a favor de la extrema derecha que quiere volver a dominar”. Porque se puede estar de acuerdo o no en la economía y en lo social, pero “se debe defender la democracia y alejarse de cualquier tentación totalitaria”.

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