​La inmigración frena la pérdida poblacional de Salamanca

Los países de Sudamérica y de Centroamérica y el Caribe vuelven a ser los que más personas nuevas aportan a la provincia. También hay menos miembros de la Unión Europea, mientras que los asiáticos se mantienen estables 

 Previsión de una menor emigración y menos llegada de inmigrantes
Previsión de una menor emigración y menos llegada de inmigrantes

Este pasado martes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba las cifras de población de toda España a 1 de enero de 2019. Y Salamanca volvía a salir mal parada, ya que con 332.296 habitantes, marcaba su cifra más baja desde que se tienen datos (1976) tras perder en el último año un total de 1.353 personas.

Sin embargo, ese dato podía ser aún peor, ya que el crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y muertes) de la provincia de Salamanca fue, en el último año, de 1.929 personas menos, tal y como también recogía el INE en sus Índices Demográficos de Población.

Así pues, sólo un motivo explica que Salamanca decrezca a un menor ritmo del que las estadísticas de fallecimientos y alumbramientos apuntan: la inmigración. Y es que gracias a las personas de otros países que vienen a vivir a territorio salmantino se frena esa sangría poblacional que viene sufriendo la provincia desde que se tienen datos y, especialmente, desde 2009 (último año en el que se ganaron habitantes).

El grupo más numeroso de inmigrantes residentes en Salamanca es el de pertenecientes a países de la Unión Europea (sin España), que asciende a 5.145 habitantes. Sin embargo, se trata de 15 personas menos de este grupo que a 1 de enero de 2018, lo que supone el séptimo año de pérdida poblacional para este colectivo.

Los segundos numerosos son los provenientes de Sudamérica que, además, crecen de manera notable. Así, con 3.587 inmigrantes residentes en Salamanca, supone un aumento en comparación al año anterior de 554 personas (es decir, del 18,15%). Estos datos le permiten ser el grupo que más crece en número pero no en porcentaje. Y es que las personas que provienen de Centroamérica y el Caribe se disparan más de un 21% gracias al aumento de 254 habitantes de esta región, hasta situarse con 1.443 residentes.

Más que centroamericanos y caribeños hay africanos. Concretamente, un total 2.276 residentes, lo que supone un ligero aumento en comparación al 1 de enero de 2018 (cuando había 2.249). Por último, los residentes procedentes de Asia permanecen invariables en el número exacto de 800, lo que no supone ni un aumento ni una disminución respecto al año pasado, cuando hubo los mismos.

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