Xosé Bustelo, investigador del Centro del Cáncer: "Los centros de investigación biomédica deberíamos haber estado trabajando desde el minuto 0 de la crisis"

En plena pandemia del Covid-19, cuando miles de investigadores en todo el mundo se afanan en encontrar soluciones (y vacunas), sorprende comprobar que, en España, los principales centros de investigación biomédica han permanecido cerrados. ¿Cómo es esto posible?

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Esa misma pregunta se han hecho importantes científicos de este país. Y le han buscado respuestas. Por el camino, a muchos no les ha quedado otra que revelarse contra el Gobierno. Es el caso de Xosé Bustelo, subdirector del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca, referente de la investigación que se realiza en Salamanca y presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA). El profesor Bustelo ha sido especialmente crítico en sus redes sociales contra la labor que está desempeñando en esta crisis el ministerio liderado por Pedro Duque. Él le llama “ministro de Ciencia Ficción”, tal y como afirmó en una columna de opinión publicada hace unos días en el diario El Mundo.

SALAMANCA24HORAS ha hablado con Xosé Bustelo para conocer la problemática que han vivido estos centros de investigación durante los meses de confinamiento. Y es que investigar el cáncer desde casa, en su caso, resulta casi imposible. En un primer momento, Bustelo consideró que tenía sentido que sólo las investigaciones relacionadas con el Covid-19 siguieran adelante. Con el inicio de la paulatina desescalada, el investigador cree que es hora de retomar la actividad. Los expertos también consideran que se ha desaprovechado a una gran cantidad de investigadores que hubieran sido útiles en los primeros compases de la pandemia en nuestro país.

“En la primera fase, cuando el pico de infecciones era máximo y el sistema sanitario estaba a borde del colapso, por supuesto que yo estaba de acuerdo con la medida de cierre de las actividades de investigación no relacionados con el Covid-19”, explica Bustelo. “Era lo que había que hacer y, como nosotros, también lo hicieron muchos colegas extranjeros tanto de Europa como de los Estados Unidos. Otra cosa muy distinta es que esta situación se haya mantenido sine die desde dicho momento”, dice.

Para el presidente de ASEICA, la investigación en general y, por supuesto la investigación en cáncer, “debe ser considerada como una actividad esencial”. Y lo justifica: “No hay que olvidarse de que, cada año y solo en España, 135.000 personas mueren por esta causa. Y tampoco que, pese a los avances producidos, hay todavía tumores que tienen índices de supervivencia muy bajos. Creo, además, que los centros de investigación o, al menos, unos servicios tecnológicos básicos, debieron de estar implicados desde el minuto uno en el diagnóstico de la Covid-19 mediante los análisis por PCR”.

Es decir, el Gobierno de España pudo valerse del Centro de Investigación del Cáncer desde el primer minuto para realizar los test.

Según explica Xosé Bustelo, hay grupos de investigación que están desarrollando en estos momentos una actividad muy importante en el desarrollo de vacunas y terapias contra el SARS-Cov-2, el virus que causa la enfermedad. “También hay investigadores clínicos que han tenido un papel fundamental en intentar comprender los procesos biológicos que hacen a este virus tan dañino en los pacientes y, por supuesto, en cómo combatirlos. También hay una cohorte de profesionales que tienen un papel muy importante a nivel práctico en estos momentos, como epidemiólogos e infectólogos”, asegura.

La paralización del Centro del Cáncer de Salamanca y sus consecuencias

Según explica el científico, la paralización es negativa por tres razones principales. “Una de ellas, obviamente, es que se ha perdido un tiempo precioso en los proyectos que se estaban llevando a cabo. En algunos casos, esto afectó a trabajos que, por su diseño, pueden tener una duración superior incluso a un año. Se han perdido puntos de los experimentos que no se podrán recuperar. La otra razón es que, en ciencia, restablecer el “status quo” anterior lleva mucho más que el tiempo en que los laboratorios han estado cerrados. Hay que volver a recuperar reactivos, modelos animales y ello lleva mucho tiempo. Calculo que, en la mayoría de los casos, estos dos meses de inactividad se traducirán en atrasos de, como mínimo, unos seis meses”.

En tercer lugar, dice, “está la sempiterna tercera razón, que es la falta de fondos”. “Si ya eran escasos antes, piensen en lo que habrá que invertir no solo en volver a empezar todo lo que se interrumpió, sino también en los costes asociados a la compra de material de protección para los investigadores”.

Por lo tanto, sólo cabe esperar la desescalada de estos centros, porque su labor es esencial para la sociedad.Creo que deberíamos haber estado trabajando, como mínimo, desde hace un mes. Eso no quita, obviamente, que por la situación en la que nos encontramos tengamos que hacer cosas de una forma diferente (turnos de trabajo, protección especial, etcétera)”, exclama. Desde el Centro del Cáncer de Salamanca esperan ser autorizados para poder retomar la actividad esta próxima semana.

Colaboración en la realización de pruebas del coronavirus

Sin embargo, los investigadores salmantinos ya se han puesto manos a la obra para participar en la realización de test. “Nuestra Unidad de Genómica, en coordinación con el servicio Núcleus de la Universidad de Salamanca, está ya en ello. Estamos acreditados por el Instituto de Salud Carlos III. Se ha firmado ya el convenio con la Junta de Castilla y León y las primeras muestras ya están llegando”, indica Xosé Bustelo. Preguntado sobre si ha sido un proceso —el de acreditación— muy largo, el subdirector del Centro del Cáncer contesta que no. “Yo creo que el problema no fue ese sino que, pese a nuestras demandas, no se hizo ningún plan de acción por parte de ninguna administración para aprovecharse de los recursos humanos y tecnológicos que poseemos”.

¿Echó de menos el experto, por tanto, un mayor trabajo de los centros acreditados durante la pandemia? “Sí, por supuesto. Deberíamos haber estado trabajando desde el minuto 0 de la crisis”.

La gestión del Ministerio de Ciencia durante la crisis

Bustelo divide en dos su respuesta a la pregunta de si considera, como referente en investigación, si el Ministerio de Ciencia ha sabido gestionar la crisis sanitaria. “Si nos referimos al Instituto de Salud Carlos III, creo que la gestión ha sido positiva. Obviamente, como en todos los países, ha habido algo de improvisación, algún nubarrón y momentos más afortunados. Es normal, nos enfrentamos a una situación nueva y, la verdad, se carecía de una hoja de ruta clara de cómo abordarla. Fue un poco empírico”.

“Si nos referimos a la parte científica, a la que incluiría al ministro Pedro Duque y a otras agencias asociadas al Ministerio, como la Agencia Estatal de Investigación, mi valoración sigue siendo muy negativa. Pese a todos sus anuncios y promesas, seguimos igual o peor que siempre”. Sobre Duque, Bustelo afirma que “ganaríamos bastante si de dedicase a ser ministro en vez de ser un simple propagador de anuncios que nunca se consolidan a nivel práctico”. Y continúa. “Honestamente, necesitamos un cambio radical. Dudo que él lo pueda hacer. Necesitamos un profesional en el timón de este Ministerio clave”.

¿Habrá pronto una vacuna?

El investigador de Salamanca afirma que es optimista, “aunque con la ciencia siempre hay que esperar a ver qué pasa”. “Independientemente de esto, el desarrollo de una vacuna nunca se podrá hacer en menos de un año y tendremos también problemas posteriores de logística: cómo producir la vacuna en cantidades suficientes para todo el mundo. No olvidemos que estamos en una situación de pandemia que afecta a un gran número de países y personas”, explica.

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