Confiesa que lo de pasárselo bien en fiestas lo deja para cuando no tenga responsabilidades en el Ayuntamiento pero disfruta, dice, viendo a los demás pasárselo en grande gracias a un programa de fiestas que, año tras año, se toca lo justo tras escuchar las peticiones de los peñistas de la localidad.
Para Bienvenido Garduño los festejos son sinónimo de enorme responsabilidad y motivo de permanente orgullo al comprobar cómo la implicación de sus vecinos es cada vez mayor.
¿Con qué ánimo llega el alcalde al inicio de las fiestas, con la lengua fuera o con la ilusión de poder disfrutar?
Desde hace años, lo de disfrutar queda en segundo plano. Disfrutamos ‘por delegación’ viendo que la gente lo pasa bien. El ritmo es trepidante y debemos estar pendientes de que todo salga bien. Para un alcalde lo de la fiesta es solo a ratos.
Además la responsabilidad es grande, claro
Sí, y sobre todo cuando, como en nuestro caso, hay festejos populares en los que hay que estar muy pendiente de cada detalle.
¿Cuáles son las actividades del programa que destaca el alcalde por encima del resto?
Después de tantos años, el programa en si no varía demasiado; solo se han hecho algunos cambios. Destacaría, eso sí, la actuación del grupo de danza que actúa el domingo por la noche. Estuvieron en Sancti Spiritus hace unos años y fue un éxito. Aparte está el tema taurino en el que este año llama la atención el toro del cajón en el cauce del río, una de las grandes novedades del programa, y puede resultar precioso.
¿Qué no debe faltar en el programa festivo de Sancti Spiritus?
Los festejos populares, los festivales y las verbenas, que han reverdecido de unos años a esta parte. Vuelven a disfrutarse muchísimo y la gente vuelve a participar y, ojo, a entender y a exigir. Se le ha perdido el miedo a bailar y pasárselo bien.
A pesar de que los cambios en el programa festivo han sido pocos, ¿acostumbra a escuchar a los vecinos para elaborarlo?
Claro que sí. Todos los años tenemos una cita con los jóvenes para escucharlos y siempre nos hacen sus peticiones. Así, por ejemplo, se cambiaron las fechas de las verbenas a petición suya. Ellos ven cosas en las que tú no has caído.
Hace años tomó una decisión crucial que cambió el tono de las fiestas, ¿verdad?
No sé si tanto pero sí es verdad que cuando llegamos al Ayuntamiento, el miércoles era fiesta, se iba a un merendero… Yo les propuse pasarlo al sábado. Al principio no lo veían y ahora la gente está encantada. Disfruta de su paella, comiendo carne de las vaquillas… incluso desde días antes la gente ya coge sitio. Este año, al caer después de San Juan, igual enlazamos un día con otro (risas). Se tomó esta decisión porque cuando se empezaba a festejar de miércoles, la gente llegaba quizá con menos ganas al fin de semana. Ahora es completamente diferente.
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