Los ?barones? de la Semana Santa de Zamora lo tienen claro. No quieren medianías, parches mediocres, o apaños para salir del paso. Los presidentes de las cofradías y hermandades de la Pasión Zamorana quieren que de una vez por todas se note que la capital del románico también es la capital de la Semana Santa y por eso apostarán fuerte. 

Una apuesta que también ven con buenos ojos sectores importantes de la ciudad, que ven en la construcción de un nuevo museo la posibilidad de reivindicar, de una vez por todas, el peso que tiene Zamora como capital semanasantera. Algo que puede traducirse en turismo, economía y desarrollo para una provincia que ante la sangría constante que padece, espera agarrarse a uno de sus principales valores seguros para tratar de no acabar naufragando.

La ampliación del actual museo, otrora almacén de imágenes, se ha descartado y solo un giro radical de los acontecimientos haría cambiar de parecer al Consejo Rector de la Junta Pro Semana Santa. Los dirigentes de las cofradías y hermandades quieren dignidad y eso no lo ofrece una triste ampliación, sino una construcción de proporciones acordes al peso que posee la Semana Santa de Zamora en todos los puntos del planeta. 

De esta forma, y una vez desestimada la posibilidad de ampliación, la Junta Pro Semana Santa tendrá que dar dos pasos a continuación. En primer lugar, y el más importante, la ubicación. El presidente de la Junta Pro Semana Santa, Antonio Martín Alén, dejaba entrever en las últimas horas que ya hay conversaciones muy avanzadas y una decisión próxima a tomarse, aunque prefirió no hacerla pública por el momento. 

Cuando se solucione la ubicación llegará el momento del diseño. Así, para la construcción del  ?guggenheim? de la Semana Santa zamorana, el Consejo Rector quiere apostar fuerte y espera contar con el trabajo de un arquitecto de reconocido prestigio a nivel internacional. La forma de conseguirlo, un concurso nominativo con dos o tres arquitectos de renombre que diseñen un edifico singular. Una construcción que tenga el suficiente peso para que los dirigentes zamoranos puedan acudir a cualquier institución a pedir, sin ambages, ni rubores, ni complejos una ayuda económica para que el proyecto sea una realidad lo antes posible.

Y es que parece que por fin el carácter conformista y pusilánime que posee en algunos aspectos la sociedad zamorana desaparece. La Semana Santa de Zamora no se conforma con cualquier cosa. Sabe que por historia, trayectoria y riqueza cultural, la capital zamorana merece tener el ?guggenheim? de la Semana Santa.

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