No todos los mayores de 65 años pasan sus días en residencias de mayores y centros de días. Cada vez son más quienes abogan por un envejecimiento activo, en algunos casos incluso con una salud mejor que la de muchos treintañeros.

Ante la creciente demanda de una tercera edad que avanza cada vez más rejuvenecida, el Ayuntamiento ha construido nuevas zonas biosaludables en la ciudad. Por ejemplo, en la plaza Marmolistas del barrio Vidal; en la calle Botijeros, en el barrio de Tejares; en el parque de Ciudad Rodrigo, en Puente Ladrillo; en la Plaza de Baleares, en Pizarrales; así como en los parques de La Alamedilla y junto al puente Sánchez Fabrés.

Estos proyectos se suman al centenar de aparatos biosaludables distribuidos en ochos zonas diferentes de la ciudad. En concreto, los ciudadanos pueden disfrutar de estos elementos en la calle Maestro Jiménez, en San José; Boulevard de la Milagrosa, en Prosperidad; Parque de San Juan Bosco, en barrio Blanco; Parque de Würzburg, en Garrido; Parque de Los Jesuitas; en Prosperidad; Parque de Picasso, junto a la calle Gómez Ulla, en El Rollo; Plaza de Vallejera, en Pizarrales; en la calle Villar del Profeta, junto a las pistas deportivas, en El Zurguén; y en la calle Conde Orgaz, en Ciudad Jardín.

Instalaciones que surgieron como una forma de incitar a los mayores de edad a un envejecimiento activo, ejercitando sus articulaciones con diversas propuestas que se especifican en cada aparato. Tanto el tiempo a desarrollar como la forma de realizar el ejercicio. Así, desde primera hora de la mañana se les puede ver en acción no sólo en el parque Würzburg, también en el bulevar de La Milagrosa o en el parque de San Juan Bosco, donde también se han instalado.

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