La primavera trae el sol, el buen tiempo, pero también el polen que tantos quebraderos de cabeza le da a los alérgicos. Este año, sin embargo, dará un pequeño respiro comparado con otros años en los que los niveles alcanzaron cifras históricas. Las pocas lluvias caídas en otoño, aunque sí se han recrudecido posteriormente, han provocado que los granos por metro cúbico de polen, medida que se utiliza comúnmente se haya reducido drásticamente.

Salamanca es una provincia en la que las gramíneas, las encinas y los robles están presentes en su orografía y, por tanto, es su polen el que más aparece en el aire. Los meses de mayo y junio son los peores para este tipo de polen que, sin embargo, en 2016, están lejos de los registros pasados. En las dos estaciones presentes en la provincia, situadas en la capital y Béjar, se han medido, eso sí, datos que sitúan en parámetros altos que afectan a los alérgicos.

De esta manera, en la última semana se ha llegado en los pólenes llamados poaceae y quercus, provenientes de gramíneas y encinas, a valores cercanos a los 250 granos por metro cúbico de media al día, que supera holgadamente la cifra de 50 que se marca para denominarlo como un nivel alto. No ocurre así con el plantago o el rumex, polen del llantén y la acedera, también presentes en la provincia aunque de una manera más moderada, en torno a esos 50. 

Además, referente a lo anterior, en el caso de poaceae, los niveles de 250 solo se alcanzaron en un día, el sábado pasado, estando incluso por debajo de los 50 el resto. Algo similar ocurre con el quercus, que alcanzó su máximo hasta el momento el domingo, con 242 granos, aunque en los anteriores se situaron en torno a los cien. 

En años anteriores, sin embargo, los niveles de quercus llegaron incluso a los 2.200 en la estación de Béjar en algún momento y superaron los 250 la mayoría de los días. El peor año de los últimos fue, en este sentido, 2014 en el que los niveles se dispararon. No así en el caso de las gramíneas, que no han alcanzado cotas tan altas. De hecho, fue en 2013 cuando alcanzó su máximo mantenido semanalmente de los últimos años en 350 mientras, en este año, supera por poco los 75, estando en niveles de 1995 y 2005, únicos hasta el momento en el que no se superó la cifra total de 2.000 granos por metro cúbico. 

Bajos niveles de olea

Lo que ha descendido incluso más notablemente que lo anterior es el polen proveniente del olivo, que suele alternar episodios de emisiones elevadas con otros con escasa concentración. El año pasado fue uno de los primeros y se llegó incluso a contabilizar cifras históricas en lugares como Jaén, donde el olivo está más presente que en el resto de la península. 

De hecho, en la provincia salmantina este año apenas ha aparecido mientras que en 2015 se situó en niveles de 525 granos por metro cúbico. 2014 y 2013, aunque menores, también superaron los 50 y los 175, respectivamente. 

 

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