La “Buenasuerte” de haber visto a Emilio de Justo con Garcigrande
CRÓNICA
Justo Hernández ha permitido con sus toros la consagración del extremeño en La Glorieta con el indulto, que Ortega haya podido torear de salón y su reafirmación como un genio de la bravura
El primer casi lleno de La Glorieta se vivía este 14 de septiembre, a excepción del tendido 3 y 4, y algún hueco en el 1 y el 7, cuando el reloj marcaba casi las 18:00 horas y estaban a punto de iniciar el paseíllo una de las ternas más esperadas, no solo en Salamanca, sino en cualquier plaza de primera.
Emilio de Justo y Andrés Roca Rey, unos fijos en esta plaza en los últimos años, pisaban firmes la arena del coso charro encarrilados hacia la presidencia junto con Juan Ortega, el único del trío que se presentaba desmonterado al asumir su primer compromiso con la consagración como matador de toros. A estas horas en chiqueros esperaban seis bonitos toros de Garcigrande: ‘Pulserito’, ‘Afrutado’, ‘Rarito’, ‘Buenasuerte’, ‘Cocotero’ y ‘Rebelde’.
Por la mañana fueron el primero y cuarto del lote de De Justo y el tercero y sexto de Roca Rey los que más gustaron por hechuras. Unas hechuras que en esta ocasión no fallaron porque cómo fueron. ‘Buenasuerte’ se posicionó en cabeza del encierro, se le perdonó la vida y qué suerte la de Emilio y la de La Glorieta; ‘Afrutado’ fue otro de los destacados que permitió torear de salón a Ortega, ‘Pulserito’ también fue de buena nota. Y es que, lo que no falló esta tarde es el ojo que tiene el ganadero Justo Hernández, un genio en eso de criar bravura, que se sigue manteniendo en la cúspide pese a que ahora le toca caminar solo sin la compañía de Julián López Escobar ‘El Juli’, que armaban el tándem ejemplar para poner el toreo “patas arriba” y ya de paso dar una lección de tauromaquia, con todo el respeto del mundo.
El debutante Juan Ortega era uno de los más esperados, reafirmaba su buen toreo en La Glorieta, siendo el perfecto ejemplo de que las comparaciones son odiosas, dicho por las constantes similitudes con el maestro de La Puebla. El toro de su debut, ‘Afrutado’, el de menos peso del encierro, permitió a Ortega torear de salón durante toda la faena marcada por la suavidad, el toreo al ralentí y gloriosos cambios de mano que fueron ovacionados por la afición presente. Con el percal regaló una media que se queda para el recuerdo. Una oreja con fuerte petición tras aviso. La faena del quinto fue cuestión de detalles toreros, pero solo detalles. Fue silenciada.
Con ‘Pulserito’ abría la tarde Emilio de Justo pero se consagró con ‘Buenasuerte’. El primero fue uno de los toros más armoniosos del encierro, frío de salida y aquerenciado en toriles de inicio hasta que se metió con él Emilio, que pronto leyó las buenas condiciones de este primero de Garcigrande al que recibió por verónicas. La querencia en toriles no la olvidaba el burel al que los hombres de plata del extremeño tuvieron que volver a sacar antes de que De Justo cogiera la franela con la que estuvo perfecto. Supo darle el tiempo necesario que le pedía el astado, que embistió muy bien por ambos pitones, siendo noble, humillador, con continuidad, clase y la pega de agotarse demasiado pronto. La muerte se le dio en los medios como a los toros bravos. Estocada entera, aunque un poco caída y trasera que valió para no tener que usar el verduguillo. Se demoró en caer y sonó por eso el aviso. En el tercio de varas fue picado en el caballo que hacía la puerta, montado por Germán González que dejó un buen puyazo al relance.
‘Buenasuerte’, con el número 61, por hechuras, es de esos toros que enamora a primera vista y Emilio se enamoró porque le dio suerte. Lo recibió con una larga de rodillas y con delantales en los medios marcados por la suavidad, pero cuando cogió la pañosa, qué bien toreó el extremeño con rodillas en tierra y al natural con la derecha, por donde dejó un cambio de mano de los que pesa quilates. La piel de gallina durante toda la faena en la que toreó sin la ayuda, con los vuelos, al natural con la derecha y la izquierda, poniendo de pie a la afición que lo jaleó fuerte y lo animó para perdonarle la vida a este gran toro de Justo Hernández que le dio mucha suerte y que es de los que no puede uno evitar llevarse a casa. Otro torazo que encamina a Justo Hernández a ser firme candidato al ‘Toro de Oro 2025’.
Pasearon la vuelta al ruedo Emilio con las orejas y el rabo simbólico y Justo por ser su criador. Hoy Emilio de Justo se consagró como figura en Salamanca, hasta los pequeños del palco infantil le gritaron “torerazo”, con una faena sabiamente estructurada y de las que lo meten a uno de lleno en la historia de la tauromaquia, ante un toro que se perdió Valladolid porque estuvo reseñado para entrar en esa feria, qué menos mal que no lo hizo. ¡Gracias y enhorabuena!
‘Rarito’ se llamaba el tercero de los pupilos de Justo Hernández, el más serio de salida, también en su embestida. Se salió Roca Rey con él a la verónica hacia los medios, en un saludo capotero que pasó desapercibido por el eclipse que había dejado Ortega. Fue por eso por lo que se ajustó por Chicuelo pero tampoco fue suficiente. Saludó una meritoria ovación Viruta que anduvo ajustado, junto a buen par de Algaba marcado por la brega de mimo de Antonio Chacón. Silencio en el inicio de faena a la espera de ver qué hacía el peruano ante otro de Justo Hernández que colocaba bien la cara, noblón, pero con el que Roca no se acabó de acomodar y cuando empezó a cogerle el aire ya no había toro. Faena “rarita”.
El cierra plaza fue un toro grandón, ‘Rebelde’ de nombre, con el que R.Rey se echó de rodillas apostando fuerte por el valor. Este toro sí trasmitía, pero al peruano, y sin querer faltarle el respeto, se le olvidó que hay toros que hay que torear y que un par de series adornadas no son suficientes. La ovación se la llevó con los palos Antonio Chacón porque esta vez Roca se dejó la inspiración en casa y puso al público contrapuesto, unos le aplaudían y otros le pitaban.
En el siguiente enlace pueden ver cómo ha sido contado el 'toro a toro' en directo desde La Glorieta.
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