Disposición y seguridad de Pérez Pinto en su presentación en Madrid

Irregular, teclosa y sin transmisión. Así fue en conjunto la novillada que llevó El Retamar a Madrid para inaugurar el certamen 'Cénate Las Ventas', donde se presentaron los novilleros Pérez Pinto, de Salamanca, y Pedro Montaldo, de Guadalajara, actuando junto al portugués Tomás Bastos.

La disposición no fue reproche para ninguno de los tres diestros que estuvieron vistosos, pero no tuvieron toros prestos para un triunfo rotundo. De ahí que la terna se fuera de vacío, salvo una vuelta al ruedo de Montaldo que la dio por voluntad propia.

Alcotán y Correrías se llamaron los dos novillos que le tocaron en suerte a Pérez Pinto, un encierro, en conjunto, bonito y muy torero, donde el de mejor comportamiento fue ‘Bonito’, el astado que salió en sexto lugar y cayó en unas manos todavía muy principiantes.

Del lote del diestro charro, el número 61, Correrías, era el más hecho y el más torero. Gustó de inicio, lo hacía bien, muy en el encaste Núñez, pedía mano baja, y las cosas muy bien hechas como se las hizo en el capote, genuflexo, toreando a la verónica de tablas hacia los medios, y robándole dos series importantes, asentadas y de mano baja, que llegaron al tendido, pero se vino demasiado pronto abajo y tuvo sus teclas, que no fueron, desde luego, la claridad en su embestida, imposibilitando alcanzar el triunfo con el que tanta fe iba Pérez Pinto a Madrid. El novillero que brindó al público en esta ocasión, estuvo seguro y dispuesto frente a sus dos oponentes, y quitó por chicuelinas en el sexto de su compañero Montaldo.

Alcotán, el astado de la presentación, fue otra cosa, y no mejor, punteaba al final del muletazo, echando la cara siempre arriba y generando peligro por ambos pitones, estando a punto de prenderlo hasta en tres ocasiones. Pinto estuvo entregado, con la cabeza fría y aguantando las feas acciones de su oponente. Mató de estocada delantera, le sonó un avisó y recibió los aplausos del público. En el segundo de su lote escuchó dos avisos, tardaba en caer el animal y el verduguillo tardó en ser efectivo.

Sus sensaciones al finalizar la novillada fueron contrariadas, aseguraba el torero, destacando que faltó esa transmisión que le permitiera conectar con el toro para que la faena pudiera coger vuelo, también con un público que se mostró frío, que protestó sin sentido durante toda la noche, asentado en el 6 y el 7, y que estuvo desentendido de las obras.

Pérez Pinto se despidió de Madrid entre aplausos y el calor de la afición, en el que a parte de la familia y amigos estuvo arropado por una cincuentena de aficionados llegados de un autobús que partía de Ciudad Rodrigo junto con otros aficionados repartidos en coches particulares.

Tomás Bastos, el segundo de la terna en actuar, apoderado por Cristina Sánchez, estuvo enrazado, yéndose a porta gayola en sus dos oponentes, pero al igual que a Pérez Pinto le faltó suerte. Construyó faenas intermitentes e irregulares con enganchones propiciados mayoritariamente porque, en este caso, sobre todo el primero de su lote, soltaba mucho la cara al final del muletazo. Escuchó un aviso en el primero en el que salió a saludar una ovación entre algunas protestas y otros dos avisos en el segundo, el quinto novillo, en el que se atascó con el descabello.

La suerte y el lote en conjunto fue a parar en manos de Montaldo que también se presentaba en Las Ventas, siendo el novillero que más acusaba su inmadurez en el ruedo. En frente tuvo al sexto de la tarde, el mejor con diferencia, un novillo muy bien hecho que era de lío, el que más humilló y el que mejor se desplazó colocando la cara. Con la mano derecha estuvo más asentado el torero, al que sí se le reconoció la entrega con un animal al que le faltó cuajar. El tercer toro, primero de su lote, fue el más manejable de los tres primeros. Hizo dos veces guardia al entrar a matar, escuchando un aviso en el primero y otro aviso en el segundo al que mató con una estocada baja, dando una vuelta al ruedo que el público no le pidió. Palmas para 'Bonito'.

Las actuaciones más destacables de las cuadrillas fueron la exquisita lidia de Jesús Talaván, acompañado de un gran par de banderillas de Rafael González y otro de José Andrés Gonzalo en el primero de Pérez Pinto, con un buen segundo puyazo de Rafael Pérez; y una lidia de mimo y por muy por abajo de Rafael González en el segundo, con un puyazo medido de Agustín Sanz en el segundo encuentro al caballo. Se desmonteró Iván García por su buena actuación en el sexto novillo, a las órdenes de Montaldo.