Toros

Javier Castaño, testigo de la grotesca corrida de toros en Muro, Mallorca

La corrida de toros en la que actuó Javier Castaño sufrió repetidos parones porque los que intervenían no habían cobrado, hubo cortes de luz y una vergonzosa respuesta del público

Javier Castaño, testigo de la grotesca corrida de toros en Muro, Mallorca

Javier Castaño vivió y fue testigo de la grotesca tarde vivida en Muro (Mallorca) durante la tarde del domingo, que terminó pasadas las once de la noche. El primer problema fue que los toreros no habían cobrado sus honorarios, por lo que el festejo sufrió un primer parón que se reanudó tras media hora de espera. Este fue el primero, al que le sucedió un segundo parón porque la cuadra de caballos tampoco había cobrado, y de nuevo prosiguió el espectáculo. 

En el tercio de varas al tercer toro, el público mostró su nerviosismo y desconcierto con una vergonzosa respuesta lanzando multitud de objetos al ruedo en señal de protesta. Además de todo esto, la plaza se quedó sin iluminación en dos ocasiones, sembrando la incertidumbre total. 

Ficha del festejo:Muro (Mallorca): Dos novillos de El Onsareño para rejones, y seis toros de Partido de Resina para la lidia a pie. 

El rejoneador Roberto Armendáriz, silencio y oreja; 

Javier Castaño, ovación con saludos y silencio tras aviso; Alberto Lamelas, silencio tras aviso y oreja con fuerte petición de la segunda; Cristian Escribano, silencio y silencio. Entrada: Más de media plaza.

Comentarios
....... Hace 6 años (26/06/2017 17:49)
CRONICA DE LA CORRIDA DE AYER<br/>DIARIO DE MALLORCA.<br/><br/>El pánico se apodera de los toreros frente a los de Partido de Resina<br/>Nefastas circunstancias dan al traste con el resultado artístico en el centenario del coso de Muro.<br/><br/>Al aficionado torista, de ayer y de hoy, le preocupa muy poco el toro boyante y claro en la embestida. Le emociona y le interesa el toro revoltoso, el que se ciñe, el que corta el terreno, el que se defiende, el que busca por debajo del engaño, el probón y el incierto. Y acepta y le complace contemplar la destreza y la maña del lidiador inteligente que vence las dificultades.La de ayer en Muro, se enfocó para el torista.<br/>Se lidió una seria corrida, excelentemente bien presentada, de Partido de Resina. Una tía en el argot taurino. Una auténtica pava que tuvo un puntito de mansedumbre y que pidió los papeles a la terna actuante. <br/>Algunos de los lidiados lucían dos terroríficas velas y presentaban una integridad a placer del tipo de aficionado mencionado. Todo un lujo. La psicosis y el pánico que se apoderaron días previos al festejo por el aspecto de los astados, propició tras el paseíllo, una deleznable actitud y lamentable plantón por parte de la terna de espadas actuantes. Los legítimos derechos de los toreros deben ser reclamados a las doce del mediodía en los despachos, tal y como indica el reglamento nacional de espectáculos taurinos. Ni el público asistente, ni la Fiesta, ni su propia profesión merecen semejante despreciable conducta. Una deplorable encerrona. Una falta de profesionalidad y dignidad tanto de Castaño, que se vio desbordado frente a su segundo, de Lamelas, que paseó una cariñosa oreja, y Escribano. <br/>Con la corrida que pesó en el ruedo, se ensañaron, tras ser derribados, todos los del castoreño. Le dieron sin compasión. Las cuadrillas de subalternos pasaron un auténtico calvario. En la muleta no fueron ningunos marrajos ni quisieron comerse a nadie. Pero eso sí, pedían estar firmes y confiados y los matadores anduvieron todo lo contrario. Sin acople ninguno de los tres en los recibos capoteros y manejando penosamente los aceros. <br/>Innumerables pinchazos, bajonazos, descabellos y seis desarcertadas lidias, llevaron al traste una corrida que tuvo una duración de hasta casi cinco horas. Actuó también el rejoneador Roberto Armendáriz más preocupado de teatralizar con el tendido que de clavar acertadamente las farpas. Lidió dos de El Onsareño. El sabor que nos queda en el paladar después de asistir al milagro del toreo es un lujo. Y los lujos ni están al alcance de todas las fortunas ni a la vuelta de todas las esquinas.<br/><br/> <br/>00
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