Morante, un sueño, borda el toreo en una apoteósica tarde en Salamanca con el valor de Marco Pérez y dos torazos, Repique y Despertador
Repique de Garcigrande subió al cielo de los toros elegidos viendo el pañuelo azul, y aunque Despertador no vio el azul lo acompañó a la gloria. Dulcero del Puerto de San Lorenzo gozó de mucha clase

El reloj de La Glorieta marcaba las seis de la tarde y la plaza lucía en todo su esplendor, el motivo no era para menos, regresaban los toros a Salamanca con motivo de la celebración del patrón local San Juan de Sahagún.
Los aficionados con más solera aseveran que los tendidos del coso charro recordaban aquellos tiempos memorables, gloriosos, de cuando en Salamanca se celebraba aquel mítico festival taurino de las Hermanitas de los Pobres en el que actuaban de forma altruista y contribuyendo a una labor social las máximas figuras del toreo de la época. Don Santiago Martín ‘El Viti’, que el jueves fue homenajeado en su tierra, en esta plaza, durante la clase magistral que se firmó en la arena y que consolidó que los toros en la capital del Tormes interesan incluso fuera de la feria, fue uno de los diestros que más veces actuó en La Glorieta en la festividad de San Juan. Junto con él, Paco Camino, Pedro Gutiérrez Moya 'El Niño de la Capea' y Julio Robles fueron los toreros que más veces se enfundaron el traje campero en esta fecha.
El momento que atraviesa en la actualidad Morante de la Puebla es extraordinario e indiscutible para partidarios y detractores. Por todos es sabidos que el torero sevillano sufre un trastorno de despersonalización del que está tratándose, que le ha borrado la memoria, como confesó el mismo maestro en una entrevista realizada por Zabala de la Serna en El Mundo, pero, ¿quién diría que es un torero sin memoria? Puede que MdlP no recuerde algunas de sus faenas más memorables, pero el diestro cigarrero sigue siendo un ‘maestro de maestros’, que cada tarde regala algún hecho que quedará sellado para las páginas más emblemáticas de la tauromaquia. Ojalá algún día recupere la memoria y recuerde todo lo bueno que ha hecho por esta fiesta nacional, aunque la afición, entre los que se incluye la servidora que escribe estas letras, nunca podrá olvidar ese toreo tan personal e inimitable que ha vuelto a regalar a Salamanca.

No pisaba José Antonio la arena de La Glorieta vestido de luces desde el año 2022. Una lesión de muñeca le impidió hacer el paseíllo en la Feria de 2023 y en 2024 tampoco lo hizo al cortar once días antes de estar anunciado en Salamanca la temporada debido al empeoramiento de su estado de salud. Es por eso que su cita hoy en la capital del Tormes era un reencuentro con la afición charra en un día especial como todo lo que rodea al sevillano, que ni siquiera los “cuatro” antitaurinos, y nunca mejor dicho, que se personaron antes del festejo frente a la estatua del Viti, han podido empañar. Es más, su presencia pasó desapercibida, pues a menos de media hora de dar comienzo el festejo los alrededores de la plaza de toros estaban colapsados, con todos los accesos taponados y una larga cola formada por los más rezagados que intentaban hacerse con una entrada a última hora.
El regreso de Morante en el regreso de los toros por San Juan de Sahagún ha sido un éxito muy pero que muy acertado, la expectación ha sido máxima, con el paseíllo finalizado y todavía muchos de los tendidos sin estar colocados. Ni las autoridades han querido perderse hoy este festejo que ha concentrado a centenares de personas, y donde el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco junto con el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo han encabezado una larga la lista de un sinfín de autoridades políticas que han acudido para apoyar a la tauromaquia.

Había comenzando ya a mover con la suavidad que acostumbra Morante el percal cuando seguía entrando gente a los tendidos. Los acomodadores se han llevado hoy una buena bronca por los aficionados, desde luego que no ha sido para menos porque es una falta de respeto que el público esté de pie e intentándose acomodar mientras hay ya un hombre jugándose la vida en el ruedo. Quizás habría que haber retrasado el inicio del espectáculo y los cinco minutos que se dieron de margen antes de la salida del tercer toro llegaron demasiado tarde.
Dulcero, el primero en salir al ruedo, del hierro del Puerto de San Lorenzo, dejó una excelente carta de presentación, qué clase tuvo, lástima que pecó de masedumbre, por eso MdlP, acertado, decidió ejecutar toda la obra, brindada al maestro Santiago Martín El Viti, en las tablas. Se atascó con los aceros y los rugidos de La Glorieta que se habían escuchado a medio gas se desvanecieron. El de García Jiménez no sirvió para el toreo de MdlP, que sabio pasaportó sin entretenerse ni tampoco generar falsas esperanzas al público. Lo más destacado el puyazo de Barroso y una verónica a compás abierto que no la pudo ejecutar más lenta José Antonio, y donde ni siquiera el enganchón importó.

La apoteosis vino en el quinto toro de Garcigrande, Repique, el mejor toro del hierro. Uno de los grandes que se marchó al cielo con el reconocimiento del pañuelo azul. Vuelta al ruedo.
Cualquier calificativo para Morante en esta faena se queda corto. El de Puebla había estado toda la tarde con ganas pero aquí ya se desmayó. Lo ocurrido fue una apoteosis. Como toreó Morante y como fue Repique es una de esas faenas que pocas veces se ven y que cuando ocurren solo pueden venir de la mano del genio de la Puebla, ese toreo no tiene imitación y tampoco sucesores. Se lució en el percal el genio y escuchó una fuerte labor por su bendecido capote. Lances de rodillas, toreo a la verónica y quite por cordobinas. Mimo y mano baja que hilvanó y cosió una embestida de oro del pupilo de Justo Hernández. Justo qué gloria es que seas ganadero de la tierra.

Garcigrande al igual que MdlP tienen esa capacidad de ser odiados a la vez que amados. Hoy fueron amados. Dos orejas y rabo para el sevillano y vuelta al ruedo para Repique. Puerta Grande para los dos.
Marco Pérez, la joven promesa salmantina en el que todo el mundo tiene puesta la mira, acompañaba al maestro Morante este 14 de junio. Confesaba en días previos a Salamanca24horas que hoy era uno de esos días que había soñado desde niño. Él también podrá contar algún día que fue el primer torero salmantino en estar acartelado en la recuperación de los toros por San Juan después de trece años en el dique seco, y lo puede decir estando posicionado en el lado de las figuras pese a su temprana edad. A sus 17 años y con la alternativa recién cumplida, Marco se presentaba este sábado en La Glorieta como matador de toros, encarando también su primera contratación tras la consagración, afortunado por estar junto al genio de la Puebla, aunque difícil postura la suya, porque cuando Morante torea y además está inspirado cuesta hasta salir después a torear y más cuando se ha despertado el duende.
Molinito, al igual que la raíz de la palabra de donde vino, Molino, no dejó de girar, es decir, que fue muy cambiante. Quiso mucho MP aunque poco pudo hacer ante el Garcigrande, primero de su lote, que como marca de la casa fue complicado en banderillas donde saludó Elías Martín, y que sus teclas no mejoraron a lo largo de la faena. Sin entrega y con muchas carencias de lo que se espera de un buen toro del hierro de Justo Hernández, finiquitó el salmantino una primera obra caracterizada por la monotonía y una suerte suprema que sigue siendo la asignatura pendiente del torero. En el cuarto toro, el segundo de Marco, la espada se llevo por delante el triunfo que se empezaba a presagiar en los finales de la franela, donde el diestro estuvo más acoplado, afianzado y sobre todo colocado. Brindó al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, la muerte de este noble y obediente del Puerto, al que le faltó raza y más transmisión para calar en la afición.

Cerró plaza con Despertador, lo puso todo MP, variado con el capote y vistoso, pero para entonces La Glorieta se había quedado afónica y los olés no llegaron a retumbar ni en el quite a una mano, que, por cierto, fue impecable. En suerte le tocó un torazo de García Jiménez, ese que todo torero reza para que le toque en suerte en el sorteo. Fue un carretón con un pitón izquierdo para bordar y para soñar el toreo; mucha profundidad en la colocación y tremendamente humillado. MP estuvo firme y apostó por el valor seco, tragó los parones de su oponente con las manoletinas ancladas. Dos orejas y puerta grande. No le concedieron el pañuelo azul a Despertador, pero subió a la gloria con Repique.
Los gritos de “José Antonio Morante de la Puebla” y una avalancha de juventud para cruzar la puerta grande con los toreros puso fin a una tarde histórica. La Glorieta colapsada de principio a fin de la tarde.
Los deseos de la afición por llevar al genio de La Puebla en volandas hasta el hotel no se cumplieron, pero al igual que le obsequiearon con pasadobles antes de hacer el paseíllo, también lo hicieron salir a saludar al balcón de su hotel en la Rúa como hizo en Madrid con el vestido ya desenfundado.
Junto ambos diestros, vestido con el oro, hizo el paseíllo el también salmantino Salvador Ruano, como sobresaliente, hubiera sido todo un detalle haberle dejado hacer un quite.
En el siguiente enlace les adjuntamos también cómo ha sido el 'toro a toro' retransmitido en directo desde La Glorieta, en la corrida que ha devuelto el regreso de los toros por San Juan a Salamanca.
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