Crónica de Fermín González

Con tarde soleada, ha tenido lugar la segunda prueba de este certamen  taurino. Se han lidiado eralas de Raquel Rodríguez (Valrubio), muy bien presentadas, variadas de pelo, que han acusado flojedad, pero han tenido la cualidad de la nobleza, han humillado, y embistieron con clase en la muleta, mejores las que hicieron tercera y sexta, con mayor empuje, y raudas en el caballo.

Comenzó el primer novillero Antonio Grande, que ya tiene en su haber ser el triunfador del bolsín mirobrigense, y el certamen de Ledesma. Inédito con el capote, en la muleta se mostró firme y consecuente, entendió muy bien a su becerra. Faena limpia por ambos pitones, rematando las series con mucha solvencia, buena técnica, colocación y dominio.

En segundo lugar, Cristian Canano, de Salamanca, del que se esperaba mucho y bueno, pero la becerra lo arroyó al pasarla de capote. Sufrió un fuerte trastazo y un puntazo, lo que mermó y mucho sus facultades. Toreo de muleta elegante, un tanto desconfiado remates exquisitos de buen trazo, aunque no terminó de acoplarse, y la faena a falta de ligazón, no tomó altura. Se volvió a doler del porrazo, marchó al hospital y dado de alta no reviste más importancia.

Tercera plaza para Alejandro González, de la escuela de Jerez. Practica un toreo poderoso, comenzó en la distancia, ligó pases de buena factura, mejor al natural, se coloca bien y corre la mano, con soltura. Boyante el animal en sus embestidas, pero a raíz de un revolcón y desarme, se atropelló un tanto ala razón y se vio superado.

Cuarto lugar, para Alejandro García, de Madrid, que manejo con soltura el capote, y lidio con criterio a la becerra, tiene buen corte de torero, muy asentado y depurada técnica, consiguió, con temple y sosiego, una faena de mucho empaque, bien rematada, conoce las distancias y marca bien los tiempos, con suavidad en los toques, colocación y buen ritmo.

La quinta plaza fue para Francisco Colmenero, otro alumno de Salamanca, que ya está muy placeado. Su animal fue muy flojo, pero le fue consintiendo y sacó pases de buen trazo, torero siempre muy dispuesto, y con afición. La faena fue intermitente, bien rematada aunque un tanto despegado.

La sexta y última plaza la ocupó Jonathan Anaya,  de Ciudad Real, que manejó con solvencia el capote, salió con ganas y disposición, torea con gusto, consintió una faena con buen son,  falto de colocación, con altibajos, y aunque la estructura era buena quedaba descolocado en muchas fases, y faltó ligar más y mejor a una vaca, que repetía con buen tranco, recorriendo mucha plaza. Tiempo tiene para corregir y mejorar.

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